TIEMPOS LITURGICOS

TIEMPOS LITURGICOS

viernes, 4 de septiembre de 2020

LOS SIGNOS EXTERNOS DE DEVOCIÓN POR PARTE DE LOS FIELES (Cont.)


     En realidad, los gestos del cuerpo expresan y promueven “la intención y los sentimientos de los participantes”11 y permiten superar el peligro que acecha a todo cristiano: el acostumbramiento. “Para nosotros, que vivimos desde siempre con el concepto cristiano de Dios y nos hemos acostumbrado a él, el tener esperanza, que proviene del encuentro real con este Dios, resulta ya casi imperceptible”12. Por eso “un signo convincente de la eficacia que la catequesis eucarística tiene en los fieles es sin duda el crecimiento en ellos del sentido del misterio de Dios presente entre nosotros. Esto se puede comprobar a través de las manifestaciones específicas de veneración de la Eucaristía, hacia la cual el itinerario mistagógico debe introducir a los fieles”13.
     Los actos de devoción se comprenden, de modo adecuado, en este contexto de encuentro con el Señor, que implica unión, “unificación que sólo puede realizarse según la modalidad de la adoración”14. Destacamos en primer lugar la genuflexión 15, “que se hace doblando la rodilla derecha hasta la tierra, significa adoración; y por eso se reserva para el Santísimo Sacramento, así como para la santa Cruz desde la solemne adoración en la acción litúrgica del Viernes Santo en la Pasión del Señor hasta el inicio de la Vigilia Pascual” 16.
     La inclinación de cabeza significa reverencia y honor 17. En el Credo -excepto en las solemnidades de Navidad y la Encarnación en las que es sustituida por el arrodillarse-, unimos este gesto a la pronunciación de las palabras admirables “Y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre”18.
  Finalmente queremos destacar el arrodillarse en la consagración19 y, donde se conserva este uso desde el Sanctus hasta el final de la Plegaria eucarística 20, o al recibir la sagrada Comunión 21. Son signos fuertes que manifiestan la conciencia de estar ante Alguien particular. Es Cristo, el Hijo de Dios vivo, y ante él caemos de rodillas 22. En el arrodillarse el significado espiritual y corporal forman una unidad pues el gesto corporal implica un significado espiritual y, viceversa, el acto espiritual exige una manifestación, una traducción externa. Arrodillarse ante Dios no es algo “no moderno”, sino que corresponde a la verdad de nuestro mismo ser 23. “Quien aprende a creer, aprende también a arrodillarse, y una fe, o una liturgia que desconociese el arrodillarse, estaría enferma en uno de sus puntos capitales. Donde este gesto se ha perdido, se debe aprender de nuevo, para que nuestra oración permanezca en la comunión de los Apóstoles y los mártires, en la comunión de todo el cosmos, en la unidad con Jesucristo mismo” 24.


[11] Institutio Generalis Missalis Romani (IGMR) n. 42.
[12] Benedicto XVI, Carta encSpe salvi, n. 3.
[13] Benedicto XVI, Exh. apost. post. Sacramentum caritatis, n. 65.
[14] Benedicto XVI, Discurso a la Curia Romana, 22-XII-2005.
[15] Cfr. M. Righetti, Storia liturgica 1, Ed. anastatica, Milano 20052, pp. 389-390.
[16] IGMR, n. 274; Ceremonial de los Obispos, n. 69.
[17] Cfr. IGMR, n. 275; Ceremonial de los Obispos, n. 68.
[18] Cfr. IGMR, n. 275.
[19] Cfr. IGMR, n. 43; J. Jungmann, Missarum sollemnia 2, Ed. anastatica, Milano 2004, pp. 162-164.
[20] Cfr. IGMR, n. 43.
[21] Cfr. IGMR, n. 160; J. Jungmann, Missarum sollemnia, 2, p. 283.
[22] Cfr. Benedicto XVI, Luce del mondo, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 2010, pp. 219-220.
[23] Cfr. J. Ratzinger, Opera omnia. Teologia della liturgia, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 2010, pp. 175-183.194-195, 558-559.
[24] J. Ratzinger, Opera omnia. Teologia della liturgia, p. 183.



OFICINA PARA LAS CELEBRACIONES LITÚRGICAS DEL SUMO PONTÍFICE

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