Espiritualidad Católica como fuente testimonial. Tras el reconocimiento de nuestro carisma cristiano, buscamos ser consecuentes y por lo tanto expandir el Evangelio de Cristo en nuestra sociedad.
TIEMPOS LITURGICOS
domingo, 30 de octubre de 2022
sábado, 22 de octubre de 2022
El 23 de octubre celebramos el
día internacional en el que toda la Iglesia reza especialmente por la causa
misionera, y organiza una colecta para colaborar con ella. El Domund es
una Jornada universal que se celebra cada año en todo el mundo, el penúltimo domingo
de octubre, para apoyar a los misioneros en su labor evangelizadora,
desarrollada entre los más pobres.
El Domund es
una llamada a la responsabilidad de todos los
cristianos en la evangelización. Es el día en que la Iglesia lanza una
especial invitación a amar y apoyar la causa misionera, ayudando a los
misioneros. Los misioneros dan a conocer a todos el
mensaje de Jesús, especialmente en aquellos lugares del mundo donde el
Evangelio está en sus comienzos y la Iglesia aún no está asentada.
Este año, el Domund cumple
200 años al servicio de la misión. El Santo Padre ha propuesto
para la Jornada del Domund de este año 2022 el lema Seréis mis testigos (Hch 1,8).
Eso dice el Señor a los apóstoles. Y estos hombres, pocos y con muchas
debilidades, se extendieron por todo el mundo, sin miedos, sin complejos, sin
protestas ni condiciones, a llevar aquello que habían descubierto en el Corazón
de Cristo, que les había cambiado la vida.
Hoy muchos hombres, y más mujeres todavía,
de todas las condiciones —solteros, casados, sacerdotes, consagrados…— están
siendo testigos de Dios por toda la tierra. Son nuestros misioneros;
esas personas que han oído la voz del Redentor que las llama y están
convencidas de que pueden aportar su grano de arena para que este mundo sea un
poco más digno cada día […] cada uno de nosotros, tú y yo, igual que el papa
Francisco o las religiosas, estamos llamados a ser testigos de
Cristo muerto y resucitado; de que ninguno de nosotros puede
pactar con la mediocridad.
El Domund de 2022 va a ser un bonito
homenaje a los que, como Pauline Jaricot*, se creen el Evangelio y procuran ser
sus testigos en la misión.
* Unió
la oración, verdadera contemplación del corazón, con la acción y con la
compasión. Y concibió así “el plan” que permitió fundar la Sociedad de
la Propagación de la Fe en 1822, que, con el correr del
tiempo, llegó a convertirse nada menos que en una de las Obras Misionales a las
que el papa Pío XI dio justo un siglo después, en 1922 —otro de los grandes
centenarios de este año—, la categoría de “Pontificias”, recomendándolas y
encomendándolas a toda la Iglesia.
MENSAJE DEL SR. OBISPO CON OCASIÓN DEL DÍA DEL DOMUND
(2Tm 1, 7)
OCTUBRE
2022
«Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza» (2Tm 1, 7)
La carta de la que está sacada esta
Palabra de vida es considerada una especie
de testamento espiritual de Pablo. El
apóstol se encuentra en la cárcel en Roma a la espera de ser condenado, y
escribe a Timoteo, un joven discípulo y colaborador suyo y responsable de la
compleja comunidad de Éfeso.
El
escrito contiene recomendaciones y consejos dirigidos a Timoteo. Pero está
destinado a todo miembro de la comunidad cristiana, de ayer y de hoy.
Pablo está encadenado por haber predicado el Evangelio, y quiere
animar a su discípulo, temeroso ante las persecuciones y lleno de dudas por las
dificultades que conlleva su ministerio, a afrontar las
pruebas, para que sea un guía seguro para la comunidad. No es algo natural en
Pablo ni en Timoteo sufrir a causa del Evangelio; es un testimonio posible
porque se apoya en la fuerza de Dios.
«Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza»
Pablo quiere dar testimonio del Evangelio.
Se ve claramente que no son los talentos, las
capacidades ni los límites personales lo que garantiza o frena el ministerio de
la Palabra, sino que son los dones del Espíritu, la
fortaleza, la caridad y la templanza los que garantizan el poder del
testimonio. La caridad, en medio de la fortaleza y la templanza, parece
desempeñar un papel de discernimiento; con la templanza se expresa el ser
prudentes y el estar preparados ante cualquier situación. Timoteo, como el discípulo
de todos los tiempos, puede anunciar el Evangelio con fortaleza, caridad y
templanza hasta sufrir por el Evangelio.
«Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza»
También
nosotros experimentamos la tentación de desanimarnos y dejar de vivir y
testimoniar la Palabra de Dios, de no
saber cómo afrontar determinadas situaciones. Chiara
Lubich nos ayuda a comprender de dónde sacar la fuerza en estos momentos:
«Tenemos que recurrir a la presencia de Jesús dentro de nosotros. La actitud
que habrá que tomar no será, pues, bloquearnos y quedarnos en una resignación
pasiva, sino lanzarnos hacia fuera, hacernos uno con lo que la voluntad de Dios
nos pide, afrontar los deberes a los que nos llama nuestra vocación,
apoyándonos en la gracia de Jesús que está en nosotros. En definitiva,
lanzarnos hacia fuera. El mismo Jesús desarrollará cada vez más en nosotros
esas virtudes que necesitamos para dar testimonio de Él en la actividad que tengamos
encomendada»[1].
«Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza»
Fortaleza,
caridad y templanza: tres virtudes del Espíritu que se obtienen con la oración
y con el ejercicio de la fe. El padre Justin Nari, de
la República Centroafricana, fue amenazado de muerte junto a sus hermanos de
comunidad y a miles de musulmanes que intentaban librarse de las represalias de
la guerra refugiándose en la iglesia. Los jefes de las milicias que los
asediaban les habían dicho varias veces que se rindiesen, pero él había seguido
dialogando constantemente con ellos para evitar una masacre. Un día se presentaron
con 40 litros de gasolina y amenazaron con quemarlos vivos si no les entregaban
a los musulmanes. «Con mis hermanos de comunidad celebré la última misa y me
acordé de Chiara Lubich -recuerda el padre Justin-. ¿Qué habría hecho ella en
mi lugar? Quedarse y dar la vida. Y eso decidimos hacer nosotros. Al terminar
la misa, llaman por teléfono: el ejército de la Unión Africana estaba de paso
por la región, en una ciudad allí cerca. El padre Justin corre a su encuentro y
vuelve con ellos a la parroquia: faltaban trece minutos para que venciese el
ultimátum; trece minutos que salvaron la vida de todos sin derramamiento de sangre"[2].
[1]
C. LUBICH, Palabra de vida, octubre de 1986, en
EAD., Palabras de Vida/1 (1943-1990), Ciudad Nueva, Madrid 2020, p.
390.
[2]
M. MALTESE (ed.), Unitá é iI nome della pace: La strategia di Chiara Lubich, Cittá Nuova, Roma 2020, pp. 29-30.
OCTUBRE : ANIVERSARIOS TERESIANOS
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar
LA ADORACIÓN NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS
Adorado sea el Santísimo Sacramento…
Celebramos este año el 25 aniversario de
la muerte de Santa Teresa de Calcuta y de la proclamación de Doctora de la
Iglesia a Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz; además, el cuarto
centenario de la canonización de Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia.
Damos gracias a Dios por
la actualidad de las dos doctoras de la Iglesia: a la Madre Teresa de Calcuta,
podemos denominarla cariñosamente “·doctora de la caridad”. En
las tres teresas brilla el amor incondicional y entrañable a Jesús, tanto
en la vida contemplativa como en la activa. Vidas entregadas a Él y a la
extensión del Reino, llevando el amor de Jesús a todos los
hombres, sus hermanos.
Profesan un gran amor a
Jesús Sacramentado, desde una entrega silenciosa y una obediencia amorosa,
fundada en la humildad y la pequeñez, reconociendo que todo es don de Dios.
Nos recuerda la de Ávila en
el Camino de Perfección, cómo nos mostró el
Señor el amor que nos tiene, quedándose con nosotros en el Santísimo
Sacramento, aun sabiendo lo mal que lo iban a tratar
“manos enemigas”, y nos recomienda “pues no lo hagamos nosotros, porque
juntando nuestra oración con la suya tendrá mérito delante de Dios para
alcanzar lo que pidiéremos”.
Adoradores, contentemos al
Señor, como nos recuerda la santa e insiste en la frecuencia y
preparación, para acercarnos al Sacramento y aprovechar la
audiencia la hora posterior a la comunión y
practicar la comunión espiritual: “comulgar espiritualmente
que es de grandísimo provecho, y hacer lo mismo de recogeros después en vos,
que es mucho lo que se imprime el amor así de este Señor”.
La Pequeña Teresa nos
ha mostrado su entrega total al amor misericordioso de Jesús; en
su celda escribió en la pared “Jesús es mi único amor”; en sus poesías expresa
su intimidad trinitaria: “¡Ah! Tú lo sabes Divino Jesús, te amo, / El Espíritu
de Amor me incendia con su Fuego, / Amándote atraigo al Padre” (P 17/2). Amor
que pondrá en el centro de su vocación, al manifestar que en el corazón de la
Iglesia ella será el amor. Aprendamos
de Ella en las horas de adoración silenciosa, mirando y dejándonos mirar por el
Amor de los amores. Teresita quiere vivir su entrega desde el
ocultamiento, como lo expresa en la poesía de la Rosa deshojada: “La rosa deshojada,
/ ¡oh, mi Niño divino! / es la más fiel imagen / del corazón que quiere a cada
instante / por tu amor inmolarse enteramente”.
Amor y abandono, vivido en
el “caminito de la infancia espiritual”, que tanto han aconsejado San
Juan Pablo II, recordando que “el camino
de Teresa de Lisieux es el camino de toda la Iglesia”; y San
Pio X, nos recordaba al inicio de su proceso: “que es la santa
más grande de los tiempos modernos”. Vive su celo por la
salvación de las almas, al querer recoger la sangre que ve
brotar de la cruz de Jesús, en una estampa que le han regalado, y apadrinará a
su primer “hijo”, al asesino Pranzini.
La Madre Teresa de Calcuta, cuyo nombre
está tomado de la santa de Lisieux, seguirá la llamada de Jesús,
dentro de la llamada “Tengo sed”; dentro de su noche oscura
buscará por todos los medios saciar la sed de Jesús, especialmente
en los pobres más pobres que le desconocen, haciéndose uno con
ellos para llevarlos a Jesús.
Vida eminentemente eucarística, como
nos narra la siguiente anécdota: “Santa Teresa de Calcuta cuenta que al
principio eran muy pocas monjas y no llegaban a atender a toda la necesidad.
Entonces se pusieron a orar para ver qué hacer para poder atender a tanta
necesidad. La respuesta del Señor fue sorprendente. Quería que
rezaran todas juntas una hora extra delante del Santísimo sacramento expuesto.
Santa Teresa de Calcuta declaraba que esta hora santa diaria fue la causa y la
razón por la que la comunidad floreció. La comunidad ha crecido hasta más de
tres mil Hermanas mediante el poder y la gracia recibidas en la hora santa
diaria”.
Las tres Teresas han
hecho de su intimidad con Jesús, en el Sacramento, la “senda” de su vida de
entrega a Jesús y de llevar las almas a Jesús y Jesús a
las almas, sobre todo a las más pobres espiritual y materialmente;
decía Teresita “atráeme” para manifestarle a Jesús todas las intenciones de su
corazón.
Nuestro Venerable fundador, en
momentos turbulentos, nos dice: “Las
obras de Dios son siempre de Dios, así en su origen, pues
nacen de su inspiración, como en su principio, y en su desarrollo, y a Él solo
deben su prosperidad. Cuanto más excelente es la obra, más requiere la
humildad. La humildad es grandeza, la mayor grandeza a la que el hombre puede
llegar en la tierra”.
Nunca nos cansaremos de dar gracias a Dios por la vocación de adorador; que aprendamos de estas santas, tan actuales, para que cada día nuestras familias sean más eucarísticas, para poder decir con ellas “Solo Dios basta”.
Preguntas para el diálogo y la meditación.
■ ¿Conozco
las enseñanzas de la pequeña doctora de la Iglesia sobre su caminito?
■ ¿Pido la intercesión de las
mismas en mis horas de adoración?
■ ¿Cultivo en mi vida la
“senda” eucarística y de abandono?
■ ¿Hablo a Jesús de los
hombres, para después hablar a los hombres de Jesús?