TIEMPOS LITURGICOS

TIEMPOS LITURGICOS

sábado, 27 de marzo de 2021

DOMINGO 28 DE MARZO DE 2021, DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

« DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO? » 


     La liturgia de la Iglesia proclama toda la pasión de Cristo completa dos veces, el domingo de ramos la pasión según el ciclo litúrgico y el viernes santo que siempre se proclama según San Juan. 

     Marcos en su breve exposición de la Pasión de Cristo nos habla de  que la pasión es camino obligatorio hacia la Pascua. Todo el evangelio de Marcos está en la clave de su muerte y resurrección explicado a los que quieren seguir a Cristo y piden el Bautismo.

     El resumen de la Pasión de Marcos es, me amó y se entregó a la muerte por mí. Es la locura del amor de Dios para decir a cada uno que nos ama. Marcos refleja en su pasión la dimensión personal a cada uno de la locura del amor de Cristo que nos ha amado hasta el extremo.

   Cercano ya el triduo pascual Juan nos presenta que va creciendo momento a momento la tensión contra Jesús. El texto de la resurrección de su amigo Lázaro en Betania es el trampolín hacia la crucifixión. Los enemigos ni aguantan su humana bondad, ni su divinidad de hacer vivir a los muertos.

 

+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo

                                                        Primado de España

 

DEL BLOG DEL OBISPO

Dispongamos el corazón para la pascua




MI MENSAJE A LAS PUERTAS DE LA SEMANA SANTA

     Entramos en esta Semana que llamamos Santa. La Semana Santa está consagrada al recuerdo de la Pasión y Resurrección del Señor, dos hechos inseparables.

     Comenzamos pasando por ese pórtico que es el Domingo de Ramos, recordando el misterio del Hijo de Dios, que sigue siendo el que viene en nombre del Señor, y quiere hacernos entrar con Él en la Jerusalén Celestial, acompañándole en la Pascua de la muerte y de la Resurrección. La Semana Santa es el fin de un recorrido, el momento culminante de nuestra peregrinación anual, por lo que estos días nos mueven a la contemplación, al agradecimiento y a la conversión.

     El jueves Santo se inscribe no en el pasado de aquel año en que Jesús murió, sino en la perenne presencia del misterio de la Última Cena que da sentido a nuestra vida. Jesús nos dejó en ella tres regalos: el primero la Eucaristía, donde el pan y el vino en sus manos se nos dan como cuerpo y sangre suyos, memorial de su pasión y por lo tanto presencia suya, ofrenda sacrificial y banquete de comunión. Cristo no se ha quedado en el pasado, sino que en el presente, es compañía perenne de nuestro camino. El segundo, el sacerdocio Jesús donde constituyó sacerdotes a los apóstoles, los capacitó para hacer presente el misterio mismo de la pascua suya: Haced esto como memorial mío. Y finalmente el mandamiento nuevo del amor, tan original y típicamente suyo que le dio la medida máxima, hasta dar la vida por nosotros. Cada Jueves Santo se estremece la Iglesia ante el misterio del don y la inmensa responsabilidad de responder al sacrificio de Cristo.

     La tarde del Viernes Santo presenta el drama inmenso de la muerte de Cristo en el Calvario. La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza. señalando con sus cuatro brazos las dimensiones del universo, como si todo el cielo y la tierra se concentrara allí donde en Cristo todo se junta y se reconcilia. ¡Fulget crucis mysterium! Brilla el misterio de la cruz [...] Y María estaba allí, junto a la Cruz, la madre de los hijos dispersos que ella reúne junto a la cruz de su Hijo. Maternidad del corazón, que se ensancha con el dolor que la fecunda […]

     En el Sábado Santo nos llena un gran silencio, porque el rey duerme. La Tierra está temerosa y sobrecogida, porque Dios se ha dormido en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo. Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción al abismo. La Iglesia permanece junto al Sepulcro del Señor, conmovida, en oración.

     La feliz conclusión del drama de la Pasión viene con la alegría inmensa que sigue al dolor: la Resurrección del Señor. Pero dolor y gozo se funden pues se refieren en la historia, al acontecimiento más importante de la humanidad: el rescate por el Hijo de Dios del pecado original. La fiesta de Pascua es, ante todo la celebración del acontecimiento clave de la humanidad, la resurrección de Jesús después de su muerte, consentida por Él para rescatar y rehabilitar al hombre caído […] Dejemos que el Señor, por medio del Espíritu Santo, actualice en nosotros la grandeza de los misterios que celebramos. La obra redentora de Cristo no se acaba con su muerte, sino que se prolonga con la victoria de la resurrección. La Pasión del Señor es el camino que conduce a su triunfo. Pero debemos disponer el corazón haciendo oración, participando en la liturgia, impregnándonos de la misericordia de Dios, reconociéndonos pecadores pero también infinitamente amados por el Señor. Sin duda proclamaremos convencidos y colmados de gozo, al final, el Aleluya de la Resurrección.



viernes, 26 de marzo de 2021

REFLEXIONES PARA LA ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA


MARZOSAN JOSÉ

 Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

 

Reflexiones que nos animen y ayuden a encontrarnos con Jesús sacramentado y descansar en su corazón.

 

     Cada mes daremos algunas pinceladas sobre diversas virtudes que nos ayuden a vivir la media hora de adoración que tanto insistía el Venerable Luis de Trelles, o contemplar cómo las vive el Señor desde el Sacramento; utilizando la Palabra de Dios, el Magisterio, textos de santos u otros autores, y recogiendo cada mes una de las promesas del Corazón de Jesús, acabando con una oración.

 

SAN JOSÉ

 

     La Palabra de Dios nos dice de San José: 

     “José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mt. 1,20-21).  “José, levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise” (Mt. 2,13). “Mis delicias están con los hijos de los hombres.” (Proverbios 8,31).

     Que San José nos enseñe a acoger a María y a su Hijo y a adorarlo y llevarlo a donde Él quiera ir, de la mano de José que como primer adorador en la noche de Belén, nos hará crecer en intimidad eucarística.

     Nos enseña el Abad de San José de Clairval en “Id a José”: “Los dos discípulos de Emaús se sintieron abrasados en el amor divino en poco tiempo de conversación con Jesús, ¡qué llamas ardientes de santa caridad debieron iluminar el corazón de José después de conversar durante treinta años con Jesucristo, después de oír las palabras de vida eterna que salían de su boca, y observar los maravillosos ejemplos de humildad, paciencia y obediencia que le daba mostrándose tan diligente en ayudarle en todos sus trabajos y servirle en todas las necesidades del hogar!

     El corazón de José no estaba dividido, porque el amor que tenía a su Esposa le colmaba de amor divino todavía más. Así sin lugar a dudas, José, mientras vivió con Jesucristo, acrecentó sus méritos y su santidad hasta tal punto que podemos ciertamente decir que sobrepasó los méritos de todos los otros santos.

     La familiaridad, el respeto y la dignidad muy elevada con que Cristo colmó a San José durante su vida terrena, como un hijo a su padre, no se los retiró en el cielo; más bien se los completó y llevó al grado más alto.

    “Acordaos de nosotros bienaventurado José, interceded por nosotros mediante la ayuda de vuestra oración junto a Aquel que fue considerado como vuestro hijo; al mismo tiempo, hacednos propicia a la bienaventurada Virgen, vuestra esposa y Reina de los cielos, donde el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo reinan en lo infinito por los siglos de los siglos (San Bernardino de Siena).”

  Las preciosas palabras de San Juan Pablo II en “REDEMPTORIS CUSTOS” - del 15/08/1989, muy actuales para nosotros, adoradores: 

     “27.- La comunión de vida entre José y Jesús nos lleva todavía a considerar el misterio de la encarnación precisamente bajo el aspecto de la humanidad de Cristo, instrumento eficaz de la divinidad en orden a la santificación de los hombres: «En virtud de la divinidad, las acciones humanas de Cristo fueron salvíficas para nosotros, produciendo en nosotros la gracia tanto por razón del mérito, como por una cierta eficacia.

    Aún hoy tenemos muchos motivos para orar con las mismas palabras de León XIII: «Aleja de nosotros, oh Padre amantísimo, este flagelo de errores y vicios... Asístenos propicio desde el cielo en esta lucha contra el poder de las tinieblas ...; y como en otro tiempo libraste de la muerte la vida amenazada del niño Jesús, así ahora defiende a la santa Iglesia de Dios de las hostiles insidias y de toda adversidad». Aún hoy existen suficientes motivos para encomendar a todos los hombres a san José.

     32.- Deseo vivamente que el presente recuerdo de la figura de san José renueve también en nosotros la intensidad de la oración que hace un siglo mi Predecesor recomendó dirigirle. Esta plegaria y la misma figura de José adquieren una renovada actualidad para la Iglesia de nuestro tiempo, en relación con el nuevo Milenio cristiano. Que san José obtenga para la Iglesia y para el mundo, así como para cada uno de nosotros, la bendición del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

     San José vivió en su vida lo que nos dice La Imitación de Cristo” Libro 2, 8: “Cuando Jesús está presente todo es bueno y no parece cosa difícil; más cuando está ausente, todo es duro. Si Jesús estuviere contigo, ningún enemigo podrá dañarte.”

     Promesas del Corazón de Jesús a Santa Margarita M.ª de Alacoque: “Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada. Pondré paz en sus familias”. Promesa que se vivió en el hogar de Nazaret de José, María y Jesús.

Preguntas para el diálogo y la meditación.

¿Qué lugar le doy a San José en mi vida cristiana y sobre todo como adorador?

¿Soy consciente de la importancia de su patrocinio en estos tiempos como aconsejan los Papas?

¿Le encomiendo todas las necesidades, familiares, sociales y una buena muerte?

¿Qué lugar ocupa en mi hogar y en mi vida interior?

­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­Acabamos con esta hermosa oración a san José:

Buenas noches San José
con tu esposa y con tu niño
vengo a hablarte con cariño
y me tienes que escuchar.
Tres cosas vengo a pedirte
y me las tienes que dar
en el cielo dadnos gloria
en la tierra dadnos paz
y a la hora de la muerte
nos vengas a consolar.
José bendito tú sabes nuestras penas
dile a tu Niño que nos saque de ellas.
¡Oh Niño hermoso!
Que nuestras penas
se conviertan en gozo.


domingo, 21 de marzo de 2021

DOMINGO 21 DE MARZO DE 2021, 5º DE CUARESMA

«… QUEREMOS VER A JESÚS» 


     Seguir a Jesús con todas las consecuencias es siempre un salto de muerte y vida. Si morimos con El, viviremos con Él. Es un misterio de muerte y vida. Es morir para vivir.

     Juan, el evangelista místico, utiliza siempre el símbolo. Ante una realidad que no se sabe explicar con palabras, acude al símbolo del grano de trigo.

     Una imagen que nos habla de que Jesús es el grano de trigo que caído en el surco de la vida, por amor al Padre y a la humanidad, es trigo que muere para vivir, para resucitar. 

     Estamos ya a las puertas de Jerusalén. Hemos recorrido una cuaresma llena de dolor, muerte y vida. Sabemos que es el Señor el que amándonos hasta el extremo, nos indica el camino obligatorio de la cruz, para alcanzar la vida y la resurrección. Grano de trigo que muere para dar el fruto de la espiga. 

 

+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo

                                                        Primado de España


lunes, 15 de marzo de 2021

DEL BLOG DEL OBISPO

DÍA DEL SEMINARIO



     El próximo 19 de marzo, solemnidad de San José, se celebra el Día del Seminario. Este año bajo el lema, «Padre y hermano, como san José». El objetivo de esta edición es reflejar la figura de San José, en los sacerdotes, en un año en el que, si cabe, este santo ha tomado un mayor protagonismo tras declarar el Papa el Año de San José.

  La Subcomisión Episcopal de Seminarios destaca en su reflexión teológica, que, bajo el cuidado de San José, los sacerdotes son enviados a cuidar la vida de cada persona, con el corazón de un padre, sabiendo además, que, cada uno de ellos es su hermano.

    En nuestra diócesis la campaña comienza este mismo fin de semana. Así, los seminaristas de San Bartolomé estarán del 12 al 14 de marzo en la Janda y en el Campo de Gibraltar.  El fin de semana del 19 al 21 de marzo será el turno de la Bahía de Cádiz      

  Aprovechando que en muchas parroquias se celebra habitualmente una hora santa a la semana, la intención es que en la semana del 15 al 21 de marzo se rece por nuestros Seminarios, por las vocaciones, por nuestros seminaristas … «Hay que pedir al dueño de la mies que envíe obreros a su mies»



(Antes de oír el audio deje pasar el Himno inserto al blog)


LOS DÍAS INTENSOS QUE NOS ESPERAN 


    Las condiciones en que vivimos mientras dure esta pandemia nos limitan en ciertos aspectos, pero nunca nos pueden impedir que vivamos cristianamente y más aún, redoblando nuestras súplicas a Dios por las necesidades del mundo y dando testimonio de la luz de Cristo. Por ello os animo a seguir siendo adoradores de Cristo-Eucaristía en cada momento y en cada ambiente de vuestra vida. Si confiamos en el Señor y pedimos la unción de su Espíritu, nos mostrará caminos nuevos de santidad y nos dará capacidad para responder a los retos actuales (…“yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.” Lc XXI, 15).

   Tenemos por delante, por tanto, momentos especiales que nos ayudarán a reflexionar, asumir y mostrar la maravilla de nuestra fe:

   -El tiempo cuaresmal es un tiempo de gracia. Pero no es un apremio infantil para dejar de hacer travesuras ni una época sombría de rigor penitente. En Cuaresma experimentamos la generosa providencia de Dios en la medida que somos conscientes de nuestro pecado y abandonamos el mal camino. No se puede perdonar a quien no se arrepiente de su perversidad. La Sagrada Escritura nos advierte de nuestra cruda realidad (“…pecador me concibió mi madre…” Salmo 50) y nos ofrece el remedio (“"¡Buscad al Señor y su fuerza, id tras su rostro sin descanso, recordadlas maravillas que él ha hecho, sus prodigios y los juicios de su boca!" Salmo 105).

   El hecho de que estemos más encerrados y se nos limite para muchas actividades habituales puede provocar una relajación de costumbres que degenere también en pereza espiritual. Debemos aprovechar la Cuaresma, como siempre, para dar un empujón a nuestra espiritualidad: meditemos con mayor fervor la Palabra de Dios, hagamos actos de penitencia (vivir bajo una epidemia ya es bastante penitencia, pero no nos conformemos con eso), practiquemos la caridad (ayudando económicamente, visitando o llamando para dar ánimos, rezando por los demás…), aumentemos la devoción (Santo Rosario, Viacrucis, los domingos de San José….) y no dejemos que el miedo nos paralice de modo que no recibamos los sacramentos, verdaderos tesoros de la gracia. Son fundamentales la Eucaristía y la Confesión. Y las visitas al Santísimo para adorarlo. Los adoradores estamos comprometidos especialmente con esto.

  -La Solemnidad de San José, patrono de la Iglesia universal. Como un oasis de abundancia, en plena sequedad cuaresmal, la fiesta de San José nos hace poner nuestra mirada en la imponente figura de aquel que cuidó, con varonil firmeza, exquisita prudencia y admirable discreción al mismo Dios hecho hombre. Tengámoslo muy presente durante este año jubilar y aprendamos de él []

   -La Semana Santa es la semana mayor del año. En ella celebramos que Jesús, “…sabiendo que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.” (Jn XIII, 1). Jesús es una persona de extremos, porque no le gustan las medias tintas. A la hora de dar, lo dio todo []

   Os animo a todos a ofrecer vuestra compañía reparadora a Cristo en la Eucaristía. Estamos necesitados de su consuelo y su fuerza y el mundo entero necesita de nuestra adoración ferviente. Tanto los que podemos acudir al templo, como los que no pueden o no se atreven a salir de casa, debemos ofrecer momentos de intimidad con el Señor, evitando distracciones. Los costaleros no pueden hacer su función sino hay procesiones. Los adoradores sólo pueden dejar de adorar si Cristo no está entre nosotros. Y eso no pasará nunca.

  

Fray Francesc Xavier Català Sellés O.P.

Consiliario diocesano ANE y ANFE – Asidonia/jerez


sábado, 13 de marzo de 2021

(Sal 25, 4)

 

MARZO 2021

 

«Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas»

(Sal 25, 4)

 

   Este salmo nos presenta a un hombre que se siente rodeado de peligros y amenazas y necesita encontrar el camino recto que lo ponga por fin a resguardo. ¿A quién pedir ayuda?

     Consciente de su debilidad, al final eleva los ojos y clama al Señor, al Dios de Israel, el cual nunca ha abandonado a su pueblo, sino que lo ha guiado a través del largo viaje por el desierto hasta la Tierra Prometida.

     La experiencia del camino hace que renazca en el viajero la esperanza; es la ocasión privilegiada para una nueva intimidad con Dios, para abandonarse confiadamente al Amor fiel de Él a pesar de su propia infidelidad.

     En el lenguaje de la Biblia, caminar con Dios es también una lección de vida, es aprender a reconocer su designio de salvación.

«Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas»

    A menudo, después de haber recorrido los senderos de nuestra presunta autosuficiencia, nos encontramos desorientados, confundidos, nos volvemos más conscientes de nuestros límites y carencias. Quisiéramos recuperar la brújula de la vida y así conocer el itinerario hasta la meta.

   Este salmo nos ofrece una gran ayuda; nos incita a experimentar de nuevo o por primera vez el encuentro personal con Dios, a confiar en su amistad.

    Nos anima a ser dóciles a sus enseñanzas, que nos invitan constantemente a salir de nosotros mismos para seguirlo por el camino del amor, que Él es el primero en recorrer para ir a nuestro encuentro.

     Puede ser una oración que nos acompaña durante la jornada y transforma cada momento, gozoso o doloroso, en una etapa de nuestro camino.

«Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas»

    En Suiza, Hedy, casada y madre de cuatro hijos, hace tiempo que procura vivir la Palabra. Ahora está gravemente enferma, y sabe que está llegando a la meta de su camino en la tierra.

   Cuenta su querida amiga Kati: «Cada vez que la visito, y también con el personal que la cuida, Hedy siempre está proyectada en el otro, se interesa por cada uno, aunque ya le cuesta mucho hablar. Da las gracias a todos por estar ahí y ofrece su experiencia. ¡Es solo Amor, un vivo Sí a la voluntad de Dios! Congrega a muchas personas: amigos, familiares, sacerdotes. Todos están profundamente impresionados por la atención que presta a todas las visitas y por su fuerza, fruto de su fe en el amor de Dios».

    Chiara Lubich comparó la vida con un «santo viaje»[1]: «[…] El "santo viaje" es el símbolo de nuestro itinerario hacia Dios. […] ¿Por qué no convertir la única vida que tenemos en un viaje, un viaje santo, como Santo es Aquel que nos espera? [...] También quienes no tienen un credo religioso pueden hacer de su vida una obra maestra y emprender con rectitud un camino de sincero compromiso moral. Ya que la vida es un "santo viaje" siguiendo el trazado de la voluntad de Dios, nuestro camino nos pide avanzar todos los días. [...] Pero ¿y si nos paramos? [...] ¿Debemos abandonar la empresa, desanimados por nuestros fallos? No; en esos momentos el santo y seña es "volver a empezar" [...] poniendo toda la confianza en la gracia de Dios más que en nuestras capacidades. [...] Y sobre todo, caminemos juntos, unidos en el amor, ayudándonos unos a otros. El Santo estará en medio de nosotros, y Él se convertirá en nuestro "Camino”: Él nos hará entender más claramente la voluntad de Dios y nos dará el deseo y la capacidad de ponerla en práctica. Unidos, todos será más fácil y tendremos la bienaventuranza prometida a quienes emprenden "el santo viaje"»[2].


Leticia Magri



[1] Cf. Sal 84, 6: «Dichoso el que encuentra en ti su fuerza, y peregrina hacia ti de buena gana».

[2] C. LUBICH, Palabra de vida, diciembre 2006, en EAD., Palabras de vida/2 (1991-2006), Ciudad Nueva, Madrid 2021, pp. xx


sábado, 6 de marzo de 2021

DOMINGO 7 DE MARZO DE 2021, 3º DE CUARESMA

« EL CELO DE TU CASA ME DEVORA »


    Poco a poco va sucumbiendo la tensión que hará que los enemigos de Jesús se organicen para acabar con El.

      La tensión va subiendo cuando Jesús quiere colocar en su sitio lo que es esencial para la fe de los judíos, la Ley, el Templo, el sábado...

     Ante el Templo denuncia que hayan convertido la casa de su Padre en una cueva de bandidos, de negocios. Mi casa es casa de oración.

   Jesús aprovecha la contienda y la polémica para ante el asombro de los que valoraban la belleza material del Templo, afirmar que no quedará piedra sobre piedra. Sin embargo es un lenguaje que muchos no entienden, habla del Templo de su cuerpo que resucitará. No podrán contra Él, las fuerzas del mal.

 

+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo

                                                        Primado de España