TIEMPOS LITURGICOS

TIEMPOS LITURGICOS

lunes, 30 de marzo de 2020

CARTA PASTORAL ANTE LA SEMANA SANTA



   Queridos diocesanos:


     Ante una de las crisis más duras de cuantas ha padecido España a causa de la pandemia del Covid-19 os escribo para compartir con vosotros el sentir de la Iglesia y el mío propio, unido a los sentimientos de los sacerdotes con los que estoy en comunicación en todo momento, y fortalecernos en la fe.
     Quisiéramos estar más cerca que nunca de quienes peor lo están pasandoque sin duda son aquellas familias que sufren estos días la pérdida de un ser querido, acrecentado aún más si no han podido despedirse de ello— y acompañarlas en su sufrimiento 
     La Cuaresma que estamos viviendo está resultando una dura prueba que puede llevarnos a la conversión en el seguimiento más radical de Cristo. La ceniza sobre nuestras cabezas con que se inició esta peregrinación hacia la vida, en la verdad de las cosas, nos recordaba la fugacidad de la existencia y la inconsistencia de todo lo nuestro, pero también que bajo ciertas cenizas de la amnesia de Dios contemporánea aún puede arder el rescoldo de una fe que, si prende de nuevo, hará que arda de amor nuestro corazón para dar luz y calor al mundo. Miremos de nuevo a Cristo que nos invita a profundizar en su amor y a cargar la cruz. Estoy comprobando que en nuestro confinamiento cuaresmal estamos reforzando la experiencia de la comunión de los santos y el firme soporte para nuestra fe de las devociones piadosas más arraigadas, como el Santo Rosario, el Vía Crucis, la Liturgia de las Horas, la meditación de la Palabra de Dios
   Han quedado patentes nuestros limites, nuestra fragilidad, que somos caducos y débiles. A la vista están las dificultades para muchas familias, especialmente para los ancianos, y para los más frágiles, pero el dolor, sin embargo, nos une más. “El sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor al prójimo” (San Juan Pablo II, Salvifici Doloris 30).  Todo ello ha de ayudarnos a acrecentar entre nosotros las obras concretas de la caridad, como nos ha recordado el Papa Francisco.  Vivamos intensamente en este momento crítico la caridad entre nosotros en la convivencia del confinamiento domiciliario, con una especial solicitud por los cercanos y vecinos que necesiten consuelo y atención, cuidando especialmente a los enfermos
     Vivamos ahora la Semana Santa acompañando a Cristo que sufre como Siervo de Dios para cargar con nuestros pecados y dolencias y para vencer la muerte en su triunfante Resurrección, por la que nos hace partícipes de la vida eterna.  En nuestra situación actual entendemos mejor su Pasión, el desprecio y la soledad que sufre el Señor, el abandono de los suyos, su entrega consciente y ejemplar para vivir amando con coherencia. Miremos a al Señor Crucificado, a quien otros años hemos contemplado piadosamente en las procesiones de nuestras calles, pero que ahora prolonga su doliente presencia entre nosotros en medio de los que sufren, y reclama nuestra ayuda como cireneos para soportar la cruz y sentir más que nunca a su lado su peso extenuante. “Me amó y se entregó por mi” (Gal 2,20). Son nuestros pecados los que le han crucificado. El, sin embargo, cura nuestras heridas y nos responde con amor, abriendo un caudal de misericordia de donde brota la salvación del mundo.
    Os recomiendo seguir las celebraciones de Semana Santa por los medios de comunicación. Pero quisiera algo más: que el impedimento doloroso de no participar comunitariamente no nos impida orar profundamente unidos a toda la Iglesia que celebra el Misterio Pascual. Hacedlo desde vuestra casa con piedad, evitad toda distracción, venerad alguna imagen o estampa que tengáis de Cristo y de María. Siguiendo las indicaciones de la Santa Sede los sacerdotes —cada uno según su prudente criterio pastoral, pero siempre íntimamente unidos a vosotros— podrán celebrar sin que el pueblo esté presente en el templo, incluso la Misa en la Cena del Señor. Sintámonos fortalecidos como Iglesia. En las retransmisiones orad con devoción y responded a los sacerdotes como si estuvieseis allí mismo en la iglesia. Gracias a ellos, que os siguen acompañando muy de cerca, tendréis todo cuidado pastoral. Se lo he agradecido personalmente y seguirán pendientes de cuánto necesitéis. Aprovechemos este largo tiempo que hemos de compartir para leer juntos la Pasión del Señor, o para participar a través de los medios de todo aquello que nos adentre en lo que estamos celebrando
     Deseo de corazón que Cristo Resucitado nos llene de su luz para hacer su voluntad y seguir su camino. Os pido que intensifiquemos nuestra oración por los difuntos, por los enfermos, por el personal sanitario, por todos los servidores públicos; por los sacerdotes, consagrados, catequistas, familias y cuantos nos sostienen en la fe
   Imploremos con toda Iglesia al Señor Crucificado y Resucitado para que la humanidad sea liberada del flagelo de esta pandemia, e  invoquemos la intercesión de la Santísima Virgen María, Madre de la Misericordia y Salud de los Enfermos, Auxilio de los Cristianos, Abogada nuestra, para que socorra a la humanidad doliente y nos obtenga todo bien necesario para nuestra salvación y santificación.


                    + Rafael, Obispo de Cádiz y Ceuta



     Para visualizar la Carta pastoral completa seguir este enlace:

CONSAGRACIÓN DE LA PENÍNSULA IBÉRICA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


     Una oración única en la historia de la Península Ibérica en la tarde del 25 de marzo, fiesta de la Anunciación. La iniciativa surgió por impulso de unos laicos de Portugal, que juntaron miles de firmas para renovar la consagración de la Iglesia portuguesa al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, desde el santuario de Fátima. Pero enseguida la Conferencia Episcopal Española se sumó a la propuesta, y las redes sociales del santuario de Fátima detallaron que sería la primera vez que ambas iglesias ibéricas se consagraban, juntas, a ambos Corazones, el de Jesús y el de María.
     Fue al finalizar el rosario que el cardenal Dos Santos realizó la consagración "de toda la península Ibérica, España y Portugal, y sus respectivas islas al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, a la que se tiene una devoción arraigada en tantas diócesis", según explicó una nota de los obispos españoles. 
     El cardenal Dos Santos oró ante la imagen que se venera en la capilla de las Apariciones, trasladada para la ocasión a la basílica. 

texto de la oración completa de la consagración
hecha por el cardenal en nombre de todos los obispos de la península ibérica:
     Corazón de Jesucristo, médico de las almas, Hijo amado y rostro de la misericordia del Padre, la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España -naciones que son Tuyas-mira para Tu costado abierto, que es su fuente de salvación, y Te suplica:– en esta singular hora de sufrimiento, asiste a Tu Iglesia, inspira a los gobernantes de las naciones, escucha a los pobres y a los afligidos, enaltece a los humildes y a los oprimidos, sana a los enfermos y a los pecadores, levanta a los abatidos y a los desanimados, libera a los cautivos y prisioneros y líbranos de la pandemia que nos afecta.
     Corazón de Jesucristo, médico de las almas, elevado en lo alto de la Cruz y palpado por los dedos del discípulo en la intimidad del cenáculo, la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España -naciones que son Tuyas-te contempla como imagen del abrazo del Padre a la humanidad, ese abrazo que, en el Espíritu del Amor, queremos darnos unos a otros según Tu mandato en el lavatorio de los pies, y Te suplica:– en esta singular hora de sufrimiento, ampara a los niños, a los ancianos y a los más vulnerables, conforta a los médicos, a los enfermeros, a los profesionales de la salud y a los voluntarios cuidadores, fortalece a las familias y refuérzanos en la ciudadanía y en la solidaridad ,sé la luz de los moribundos, acoge en Tu reino a los difuntos, aleja de nosotros todo mal y líbranos de la pandemia que nos afecta.
     Corazón de Jesucristo, médico de las almas e Hijo de Santa María Virgen, por medio del Corazón de Tu Madre, a quien se entrega la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España -naciones que desde hace siglos son Suyas-y en tanto otros países, acepta la consagración de Tu Iglesia .Al consagrarse a Tu Sagrado Corazón, la Iglesia se entrega a la protección del Corazón Inmaculado de María, configurado por la luz de Tu pascua y aquí revelado a tres niños como refugio y camino que conduce a Tu Corazón. Sea Santa María Virgen, Nuestra Señora del Rosario de Fátima, la Salud de los Enfermos y el Refugio de tus discípulos nacidos junto a la Cruz de Tu amor. Sea el Inmaculado Corazón de María, a quien nos entregamos, quien diga con nosotros:– en esta singular hora de sufrimiento, acoge a los que perecen, da aliento a los que a Ti se consagran y renueva el universo y la humanidad.   Amén.

domingo, 29 de marzo de 2020

DOMINGO 29 DE MARZO DE 2020, 5º DE CUARESMA

«YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA… ¿CREES ESTO?»


     En nuestro itinerario hacia la luz pascual nos acercamos a Jerusalén y con Jesús vamos a casa de los amigos, en Betania. Lázaro ha muerto y Jesús en la resurrección y la vida, quiere dar la respuesta definitiva al dolor y la muerte con su vida entregada como Redentor del mundo. En Betania Jesús acoge tres maneras sencillas de ser amado y acogido en la amistad. María de Betania representa el amor que se hace delicadeza y ternura. Sera la que unja los pies a Jesús con un perfume carísimo. Marta representa el amor que se hace acogida, confianza y servicio. Lázaro es el amor que se deja elegir, se pone en sus manos y no dice ni una palabra que no sea la de la aceptación.
     Cercana ya la Pascua, el domingo de la resurrección de Lázaro nos prepara para vivir la gracia de la pascua, de la muerte y resurrección de Cristo.
     Descubrimos la profunda humanidad de Jesús. Cien por cien divino, cien por cien humano. Tiene un Corazón compasivo y misericordioso. Ante la tumba del amigo, llora. Se le conmueve las entrañas. Sería terrible despojar a Jesús de su profunda humanidad diciendo que su llanto es de mentirijilla...como lo va a resucitar después. En el fondo, es lo que creen que nuestra fe, no tiene en cuenta el sufrimiento humano. Por creer, no nos afectaría nada lo humano. El ejemplo también de los santos nos descubre que en su fe intensa, también sufrieron y les costó el dolor y la muerte.
     Entrar en Betania, es entrar en la cercanía de las personas que amamos y que han muerto. Es preciso afirmar con las palabras y la vida, que creemos en la vida eterna. No nos detengamos solo en la muerte, que es camino y puerta de entrada en la vida eterna. Existe el Amor redentor de Cristo que vence el pecado, el dolor y la muerte. Jesús en Betania, nos descubre la alegría de la amistad y nos lleva a vivir la vida, con la esperanza de saber que en la vida y en la muerte somos del Señor.
     Los amigos de Betania no fueron al sepulcro la mañana de resurrección como fue la Magdalena, porque ellos creían y afirmaron su fe en el Resucitado... Sabemos que tú eres la resurrección y la vida y el que cree en ti aunque haya muerto vivirá. En el Ritual de Iniciación Cristiana, al admitir a un catecúmeno para su preparación al bautismo se le pregunta, que pides a la Iglesia y responden la vida eterna.


+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo. 
Primado de España                     

sábado, 21 de marzo de 2020

MENSAJE DE NUESTRO OBISPO CON MOTIVO DEL ESTADO DE ALARMA



    Vivamos este tiempo como una oportunidad para la verdadera conversión , para volver a Dios de todo corazón y volcarse con los demás, para ser más solidarios. Tomemos una mirada de fe, esperanza y caridad sobre todo lo que acontece. Pongamos en Dios nuestras seguridades, porque su amor está por encima de todo.
     Renovemos nuestra percepción del valor del otro, las relaciones, la familia. Seamos muy generosos. Que la comunión en la Iglesia, Cuerpo de Cristo, brille renovada. Vivimos en una solidaridad interna de caridad, oración, entrega. Seamos creativos en el apostolado.
     Es momento de orar juntos, ofrecer el Ángelus, el rosario, por los más indefensos, los sanitarios, los ancianos, los enfermos, los pobres. Los monasterios de clausura de la diócesis ofrecen su adoración ante el Santísimo. Nos hemos educado viendo al Señor, que ha entregado su vida por nosotros y nuestra salvación. Debemos estar a la altura.    




DOMINGO 22 DE MARZO DE 2020, 4º DE CUARESMA - DOMINGO LAETARE

«Y TÚ, ¿QUÉ DICES DEL QUE TE HA ABIERTO LOS OJOS?»


   Seguimos caminando al encuentro con Cristo luz pascual, iluminados por el Espíritu Santo que cura todas nuestras cegueras. En la medida en que avanzamos en la identificación con Cristo, sabemos que aunque caminemos por cañadas oscuras, nada debemos temer. El Señor encauza con la Luz de su Corazón muestras tinieblas, para vivir en la Luz sin ocaso que es Cristo.
     Este pasaje es leído por la Iglesia en clave catecúmenal. Es caminar sabiendo que aunque seamos ciegos él nos guía y nos alimenta. El ciego de nacimiento narrado magistralmente por Juan es un texto que no deja indiferente a nadie. El protagonista principal es Jesús en su deseo inmenso mesiánico de dar la vista a los ciegos. Jesús va a buscarlo porque tiene deseo que descubra la luz en medio de todas nuestras cegueras. Otros protagonistas son aquellos que no pueden aceptar que Dios haga milagro con los pobres...además era un sábado.
     Contrasta la actitud de Jesús de sanar los corazones afligidos y hacer oír a los sordos, ante la actitud siempre nefasta de quienes en la práctica no creen en la bondad de Dios, el Señor actúa siempre con sencillez y humildad. Como desde el principio, desde el paraíso crea y recrea a través de la pobreza del barro. Untando la tierra con saliva, nos ayuda a vivir como el Señor, nos ama desde nuestra pobreza y construye cuando le dejamos que nos toque con su Misericordia.
     A pesar de todos los obstáculos que le hacen pasar al ciego, al final cree que el Señor ha estado grande y construye desde nuestra pobreza. Es clave saber de quién me he fiado. Es curioso que la fe humilde del ciego, pone en tela de juicio a los que son incapaces de reconocer la acción de Dios en todas nuestras oscuridades y cegueras... hacia la luz de Pascua.



+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
                                     Primado de España

viernes, 20 de marzo de 2020

REFLEXIONES PARA LA ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA


MARZODESDE EL CUARTO DE GUARDIA

Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

I - LA ADORACIÓN NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS

1º Marco para esta noche de febrero.

“Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: “Refugio mío, Alcázar mío
Dios mío, confío en ti”.
     A toda la vida del creyente se le debe aplicar esta oración, pero cobra un significado muy entrañable y cercano para todo adorador nocturno. Desde que entramos en el templo para hacer la vigilia nos ponemos al amparo de nuestro Dios y metafóricamente a la sombra protectora del Omnipotente, en la penumbra iluminada por la lamparilla. ¿Qué debería resonar en nuestro interior a lo largo  de todo el turno? ¡“Dios mío, confío en ti”!

2º Una oración jaculatoria  al espíritu santo, para que nos encienda en amores.

     -“¡Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles
con la luz del Espíritu Santo!, concédenos que sintamos rectamente con el mismo Espíritu y gocemos siempre de su divino consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor.”-
     La adoración nocturna es escuela de formación pero para aprender a amar a Jesucristo en el prodigio de la Eucaristía, sacrificio y sacramento. Sólo el Espíritu Santo, Espíritu de Cristo, que procede del Padre y del Hijo, puede concedernos el sentir rectamente, no según nuestros pareceres, y hacernos gozar de sus consuelos.

3º Un texto de un santo o de la iglesia que nos inicie en la oración meditativa.

     -“Carta encíclica de San Pablo VI  “MYSTERIUM FIDEI” Sobre La Doctrina y Culto De La Sagrada Eucaristía”-
INTRODUCCIÓN (Manual  pág112-113)
     «Ante todo queremos recordar una verdad, por vosotros bien sabida, pero muy necesaria para eliminar todo veneno de racionalismo; verdad, que muchos católicos han sellado con su propia sangre y que célebres Padres y Doctores de la Iglesia han profesado y enseñado constantemente, esto es, que la Eucaristía es un altísimo misterio, más aún, hablando con propiedad, como dice la sagrada liturgia, el misterio de fe. Efectivamente, sólo en él, como muy sabidamente dice nuestro predecesor León XIII, de feliz memoria, se contienen con singular riqueza y variedad de milagros todas las realidades sobrenaturales .
     Luego es necesario que nos acerquemos, particularmente a este misterio, con humilde reverenciano siguiendo razones humanas, que deben callar, sino adhiriéndonos firmemente a la Revelación divina.
     San Juan Crisóstomo, que, como sabéis, trató con palabra tan elevada y con piedad tan profunda el misterio eucarístico, instruyendo en cierta ocasión a sus fieles acerca de esta verdad, se expresó en estos apropiados términos: «Inclinémonos ante Dios; y no le contradigamos, aun cuando lo que Él dice pueda parecer contrario a nuestra razón y a nuestra inteligencia; que su palabra prevalezca sobre nuestra razón e inteligencia. Observemos esta misma conducta respecto al misterio [eucarístico], no considerando solamente lo que cae bajo los sentidos, sino atendiendo a sus palabras, porque su palabra no puede engañar».
     Idénticas afirmaciones han hecho con frecuencia los doctores escolásticos. Que en este sacramento se halle presente el cuerpo verdadero y la sangre verdadera de Cristo, no se puede percibir con los sentidos —como dice Santo Tomás—, sino sólo con la fe, la cual se apoya en la autoridad de Dios. Por esto, comentando aquel pasaje de San Lucas 22, 19: «Hoc est corpus meum quod pro vobis tradetur», San Cirilo dice: «No dudes si esto es verdad, sino más bien acepta con fe las palabras del Salvador: porque, siendo Él la verdad, no miente».
     Por eso, haciendo eco al Doctor Angélico, el pueblo cristiano canta frecuentemente: [«En ti se engaña la vista, el tacto, el gusto; sólo el oído cree con seguridad. Creo lo que ha dicho el Hijo de Dios, pues nada hay más verdadero que este Verbo de la verdad»].
     Más aún, afirma San Buenaventura: «Que Cristo está en el sacramento como signo, no ofrece dificultad alguna; pero que esté verdaderamente en el sacramento, como en el cielo, he ahí la grandísima dificultad; creer esto, pues, es muy meritorio».
     Por lo demás, esto mismo ya lo insinúa el Evangelio, cuando cuenta cómo muchos de los discípulos de Cristo, luego de oír que habían de comer su carne y beber su sangre, volvieron las espaldas al Señor y le abandonaron diciendo: «¡Duras son estas palabras! ¿Quién puede oírlas?». En cambio, Pedro, al preguntarle el Señor si también los Doce querían marcharse, afirmó con pronta firmeza su fe y la de los demás apóstoles, con esta admirable respuesta: «Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna».
     Toda la encíclica es un tesoro del depósito de la fe sobre el prodigio eucarístico. Entera y una y mil veces debiéramos leerla con pasión y devoción. Es doctrina segura para tiempos firmes en la fe y para tiempos de estampida y zozobra.
     A la encíclica (y  al fragmento seleccionado), la vertebran dos elementos: uno doctrinal sobre las verdades indiscutibles para las que pedimos al Espíritu Santo que nos dé la gracia de sentirlas rectamente, en fidelidad a la revelación y a la tradición.
     Os pido de todo corazón que hagáis vuestro lo que afirma San Buenaventura: «Que Cristo está en el sacramento como signo, no ofrece dificultad alguna; pero que esté verdaderamente en el sacramento, como en el cielo, he ahí la grandísima dificultad; creer esto, pues, es muy meritorio». Hoy se niega su presencia. Se reduce la Eucaristía a signo.
     El otro es  orientativo sobre la actitud que debemos adoptar los creyentes y con cuánta mayor razón los adoradores nocturnos. Con humilde reverencia: no puede engañarnos el disfraz de tan asombrosa dignidad. Dios escondido en el pan. Alabado y bendito sea por siempre.
       Postrados a sus pies humildemente:
« Inclinémonos ante Dios; y no le contradigamos »

Preguntas para el diálogo y la meditación.

  ¿Venimos ante el Señor con la carga de todas nuestras inquietudes y necesidades? Hay que venir con todas, las materiales y espirituales. ¿Confiamos “de veras” en nuestro Dios, alcázar y protector?

     Hablamos, al referirnos a la conciencia, de que ha de ser recta. ¿Por qué ante las verdades propuestas como ciertas por la Iglesia han de ser recibidas rectamente? ¿Qué las puede torcer?


    Si en la Eucaristía Cristo estuviera presente como un signo, pero no en cuerpo, sangre alma y divinidad  ¿por qué las celebraciones litúrgicas, por ejemplo, no serían actos religiosos para dar a Dios el culto debido sino simples ceremonias sociales para resaltar una fraternidad sin Dios?

domingo, 15 de marzo de 2020

Comunicado del obispado de Cádiz sobre el Coronavirus en nuestra diócesis


     La Iglesia de Cádiz y Ceuta no es ajena a la complicada situación que vive todo nuestro país. Este delicado momento nos sitúa ante la realidad de nuestra vulnerabilidad y pone a prueba nuestra responsabilidad como ciudadanos y también como cristianos. Vivimos momentos excepcionales que requieren medidas excepcionales. Por ello, desde el inicio de esta crisis sanitaria, el Obispado de Cádiz y Ceuta ha recomendado a los fieles seguir, en todo momento, las indicaciones emitidas por las autoridades competentes.
     Derivadas de estas indicaciones, el Obispo de Cádiz y Ceuta ha dispuesto lo siguiente para todos los fieles, parroquias y lugares de culto público:
Las iglesias han de permanecer abiertas mientras las autoridades no dispongan lo contrario.
Las misas diarias y dominicales, la administración de los sacramentos, así como las celebraciones litúrgicas, se mantienen.
Se dispensa del precepto dominical a todos los fieles. Rogamos a las personas que, por sus condiciones de salud, edad o contacto con población de riesgo, no asistan a celebraciones. Se recomienda seguir estas celebraciones a través de los medios de comunicación.
Suspender toda actividad formativa (catequesis, reuniones, convivencias, encuentros) prevista. Suspender concentraciones, como encuentros devocionales, retiros, etc, habituales en la pastoral ordinaria.
Se suprimen las visitas turísticas a las Iglesias y museos diocesanos.
     Como se indicó anteriormente:
…  Se aconseja a los fieles, en todo momento, seguir las pautas de prevención dispuestas por las administraciones sanitarias y profesionales de la salud.
…  En el caso de los templos, ha de retirarse el agua bendita de las pilas que hay en las entradas de las iglesias y en otros lugares de devoción.
…  En las celebraciones eucarísticas, los celebrantes y ministros de la comunión, deberán lavarse las manos antes y después de distribuir la comunión.
En este tiempo de Cuaresma, de especial importancia e intensidad espiritual para los cristianos, hemos de ser conscientes de que vivimos un especial momento de prueba en el que hemos de unirnos especialmente a Cristo en su pasión. Esta experiencia espiritual hemos de intensificarla personalmente a través de las prácticas devocionales privadas, como el rezo del Santo Rosario, el ejercicio del Vía Crucis, la Liturgia de las Horas y la oración, que han de ser en estos días la muestra de nuestro amor y confianza en Dios. Intensifiquemos, además, la oración por todos los enfermos y por los que trabajan en los servicios de salud y el cuidado de las personas, pidiendo al Señor que, en su infinita bondad, permita el fin de esta pandemia.
…  Los cristianos hemos de caracterizarnos en estos momentos por el ejercicio de nuestra caridad expresada en la solidaridad para con todos, comenzando por ser rigurosos en el cumplimiento de las indicaciones expresadas por las autoridades competentes, así como en la atención a los necesitados y sus familias.
…  Se pide a los sacerdotes disponibilidad y especial esmero para atender a los enfermos llevando la fuerza de la Palabra de Dios y la Eucaristía y acompañando a los profesionales sanitarios y voluntarios en este especial momento.

     Nos encomendamos a la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, Salud de los Enfermos, y a nuestros patronos San Servando y San Germán para que intercedan por nosotros.

DOMINGO 15 DE MARZO DE 2020, 3º DE CUARESMA

«EL QUE BEBA DEL AGUA QUE YO LE DARÉ NUNCA MÁS TENDRÁ SED»


   Seguimos con las catequesis que durante la cuaresma se preparaban para recibir el bautismo. Es el primer catecumenado que tiene la Iglesia. Siempre el encuentro de Jesús con la Samaritana lo vivió la Iglesia primitiva para explicar el Bautismo, como el agua viva que brota de la fuente del pozo, del manantial de su Corazón.
     La samaritana se acerca al pozo de Jacob, pero a la hora sexta, cuando estaba convencida de que no había nadie. Jesús tenía que pasar por Samaria para encontrarse con aquella mujer pecadora y cerrada a la acción de Dios. Es curioso que al final se da el encuentro porque Jesús tiene siempre sed, concretamente de nuestro amor. La iniciativa es de Jesús que le pide de beber, que le dice a aquella mujer, tengo sed. El Señor que es la fuente de la vida y del amor se hace el sediento, la Fuente de la vida y del amor, tiene sed de que nosotros tengamos sed del Amor de los amores.
     Hay una enseñanza que es clave en nuestra vida cristiana y que Jesús nos recuerda. Todo corazón humano no puede saciar su sed de amor sino es en el Corazón de Cristo, la fuente de agua viva. Hasta que no tengamos un encuentro personal con Jesús, no cambiara de raíz nuestra vida.  Jesús le descubre a la samaritana que podemos construir desde nuestra pobreza. Partiendo desde la verdad de que somos pecadores, podemos construir una vida nueva que se llama santidad.
     Cuando nos fiamos de Jesús y no nos reservamos nada y sencillamente le presentamos nuestras limitaciones y meteduras de pata, entonces es cuando al Señor le robamos el Corazón y nos revela sus grandes secretos. El secreto de su identidad, el Mesías de Dios, el que tenía que venir al mundo. También el verdadero culto en espíritu y verdad, que es la Eucaristía, celebrada desde donde sale el sol hasta su ocaso. Es necesario descubrir en el encuentro de Cristo con la samaritana, que el Señor nos espera y nos busca junto al brocal del pozo de su Corazón abierto.


+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo.

Primado de España.

sábado, 14 de marzo de 2020

D. ANTONIO LLAVES VILLANUEVA, ADORADOR NOCTURNO Y CABALLERO DE LA PONTIFICIA ORDEN DE SAN GREGORIO MAGNO.


IN MEMORIAM

     "Un adorador constante ejemplar de férrea fidelidad".

    Quien como virgen prudente supo mantener encendida su lámpara hasta la llegada de su Señor Quien como María no dudó en escoger la mejor parte, que nada ni nadie le quitó... Quien como lámpara del Santuario mantuvo siempre encendida su llama para dar testimonio de su ardiente devoción a Jesús Sacramentado
     Adorador constante de asistencia ejemplar, comenzó en la Obra muy joven procedente de Acción católica, en la que ya fuera miembro de su Consejo diocesano.
     Cofrade comprometido, en 1951 junto a otros jóvenes funda en el Convento de San Francisco de Cádiz la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno del Amor, de la que fue su primer Mayordomo con tan sólo 18 años; trabajando entusiasta y denodadamente para que la Cofradía tuviera una cotitular, viéndose recompensados sus desvelos con la salida procesional de Ntra. Sra. de la Esperanza una década más tarde. Presidente que fuera del Consejo Local de Cofradías y Hermandades de Cádiz. Orador y ponente en numerosos pregones y conferencias, así como fundador y mentor de la Asociación de Pregoneros y Presidente honorario de dicha asociación.
     En el ámbito civil podemos destacar su actividad intelectual como Secretario personal del ilustre poeta y literato D. José Mª Pemán y Secretario General del Ateneo Literario Artístico y Científico de Cádiz.
     De solidas convicciones católicas, que le llevaron a ser un hombre de Iglesia y un fiel colaborador del Obispado de Cádiz; el Papa Benedicto XVI le otorgó en diciembre de 2011 el nombramiento de Caballero de la Pontificia Orden de San Gregorio Magno. De esta forma, la Iglesia universal premia la labor que ha prestado siempre a la diócesis de Cádiz y Ceuta desde distintas facetas, misiones y responsabilidades que ha tenido a lo largo de los años.
     En 1.973 fue elegido en Asamblea General de Adoradores Presidente del Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna, permaneciendo en el cargo hasta su fallecimiento el pasado 12 de marzo.
     De sus muchos trabajos y desvelos por la Obra podemos destacar los actos celebrados con ocasión de la celebración del Centenario de la Adoración Nocturna de Cádiz (1.884 - 1.994), siendo el organizador y “alma mater” del Triduo Eucarístico Diocesano en el que se contó con la inestimable presencia e intervención del Sr. Obispo de Málaga Don Antonio Dorado; del Obispo Consiliario de Adoración Nocturna Española, Don Manuel Ureña y del Arzobispo de Sevilla Don Carlos Amigo; clausurando tan solemnes actos el Obispo de Cádiz Don Antonio Ceballos Atienza.
     A los que lo conocimos  y compartimos momentos de trabajo, desvelos, amena charla y buenos consejos que siempre dedicó en beneficio de la Adoración Nocturna, y que durante tantos años y con tanta dedicación presidió; así como fervorosa Adoración al Santísimo Sacramento, son muchos los sentimientos que en estos momentos nos embarga.
     Pendiente de todo y preocupado de cuanto acontecía a la Obra, a pesar de su larga y penosa enfermedad, hasta sus últimos días. Siempre ejemplo de constancia y de fervor en la oración, será para muchos de nosotros referencia constante por su férrea FIDELIDAD al compromiso contraído y que nos recordaba constantemente.
     Quédanos hoy el consuelo de que ya goza de la presencia del Padre en su eterna adoración y que esta Obra a la que pertenecemos goza ya de otro intercesor.    Dep.


FRANCISCO DE LA TORRE