TIEMPOS LITURGICOS

TIEMPOS LITURGICOS

sábado, 28 de mayo de 2022

DIEZ REGLAS PARA REZAR CON SENCILLEZ

1.- Tómate cada día unos minutos de tiempo para estar solo y en paz. Relaja tu cuerpo, tu cabeza y tu corazón.

2.- Habla a Dios con sencillez y naturalidad y dile todo cuanto te preocupa. No es necesario que utilices fórmulas extrañas. Háblale con tus propias palabras. Él las entiende perfectamente.

3.- Entra en diálogo con Dios cuando estás en el trabajo diario. Cierra los ojos, aunque sólo sean dos segundos, donde quiera que estés en el negocio, en el autobús, en la mesa de trabajo…

4.- Haz convicción de esta verdad: Dios está contigo y quiere ayudarte. No es que tú estés acosando a Dios para que te dé Su bendición, todo lo contrario, es Él quien quiere bendecirte.

5.-Reza con la seguridad de que tu oración es inmediatamente eficaz, más allá de tierras y mares, y protege donde quiera que se encuentren tus seres queridos y hace que les llegue a ellas el Amor de Dios.

6.- Cuando reces, tienes que tener ideas positivas y apartar las negativas.

7.- Cuando te pongas a rezar reafirma siempre la actitud de estar dispuesto a aceptar, sea cual fuere, la voluntad de Dios.

8.- Cuando estás rezando déjalo todo en manos de Dios. Pídele que te dé fuerzas para hacer todo cuando esté en tus manos y, el resto, queda en buenas manos, en las Suyas.

9.- Di una buena palabra de intercesión por aquellos que no te quieren bien o te han tratado mal, eso te dará vigor y una fortaleza extraordinaria.

10.- Reza todos los días por tu país y por la paz en el mundo.

 José Sánchez Aguado

sábado, 21 de mayo de 2022

(Jn 13, 34)

 
MAYO 2022

«Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros» (Jn 13, 34).

 

  Estamos en el momento de la última cena. Jesús, sentado a la mesa con sus discípulos, acaba de lavarles los pies. Dentro de unas horas será arrestado, condenado a muerte y crucificado. Cuando el tiempo se acorta y la meta se acerca, se dicen las cosas más importantes: el «testamento». En este contexto, en lugar de la institución de la Eucaristía, el Evangelio de Juan relata el lavatorio de los pies. Y a la luz de este hay que entender el mandamiento nuevo. Jesús actúa primero y enseña después, y por eso su palabra es autorizada.

  El mandamiento de amar al prójimo ya estaba presente en el Antiguo Testamento: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Lv 19, 18). Pero Jesús ilumina un aspecto nuevo de este, la reciprocidad: es el amor mutuo lo que crea y distingue a la comunidad de sus discípulos.

  Este tiene su raíz en la misma vida divina, en la dinámica trinitaria que el ser humano está habilitado a compartir gracias al Hijo. Lo ejemplifica Chiara Lubich con una imagen que nos puede iluminar: «Jesús, cuando vino a la tierra, no vino de la nada, como cada uno de nosotros, sino que vino del Cielo. E igual que un emigrante, cuando va a aun país lejano, se adapta al nuevo entorno, pero lleva consigo sus usos y costumbres y sigue hablando su lengua, también Jesús se adaptó en la tierra a la vida de los hombres, pero, por ser Dios, trajo el modo de vivir del Cielo, de la Trinidad, que es amor, amor recíproco»[1].

 «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros»

  Aquí entramos en el núcleo del mensaje de Jesús, que nos lleva a la lozanía de las primeras comunidades cristianas y que hoy en día puede seguir siendo el distintivo de todos nuestros grupos y asociaciones. En un ambiente en que la reciprocidad es una realidad viva, experimentamos el sentido de nuestra existencia, encontramos la fuerza para seguir adelante en los momentos de dolor y de sufrimiento, nos sentimos sostenidos en las inevitables dificultades y saboreamos la alegría.

 Cada día nos enfrentamos a muchos desafíos: la pandemia, la polarización, la pobreza, los conflictos. Imaginemos por un instante lo que sucedería si consiguiésemos poner en práctica esta Palabra en el día a día: nos encontraríamos ante nuevas perspectivas, se abriría ante nuestros ojos el proyecto de la humanidad, motivo de esperanza. Pero ¿quién nos impide reavivar esta Vida en nosotros y reactivar a nuestro alrededor relaciones de fraternidad que se extiendan hasta llenar el mundo?

 «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros»

  Marta es una joven voluntaria que ayuda a las personas detenidas a preparar los exámenes universitarios. «La primera vez que entré en la cárcel me encontré con personas llenas de miedos y fragilidades. Intenté entablar una relación ante todo profesional y luego de amistad, basada en el respeto y la escucha. Pronto comprendí que no era yo la única que ayudaba a los presos, sino que también ellos me sostenían a mí. Una vez, mientras ayudaba a un estudiante para un examen, perdí a una persona de mi familia, y a él le confirmaron la condena en el tribunal de apelación. Los dos estábamos en muy malas condiciones. Durante la clase me daba cuenta de que él incubaba un gran dolor, que fue capaz de contarme. Llevar juntos el peso de aquel dolor nos ayudó a seguir adelante. Al final del examen vino a darme las gracias, y me dijo que sin mí no lo habría conseguido. Por un lado, yo había perdido a alguien de mi familia, pero por otro lado sentía que había salvado una vida. Comprendí que la reciprocidad permite crear relaciones verdaderas, de amistad y de respeto».

Leticia Magri



[1] 1 C. LUBICH, María, transparencia de Dios, Ciudad Nueva, Madrid 2003, pp. 83·84. 


sábado, 14 de mayo de 2022

REFLEXIONES PARA LA ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA

 

MAYO :  MES DE MARÍA

Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

 

LA ADORACIÓN NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS

 

     Hace ciento cinco años que la Virgen se apareció en Fátima y prometió a unos pastorcillos: “Mi Corazón Inmaculado triunfará"dos de ellos, los hermanos Francisco y Jacinta ya canonizados, y su prima, Hermana Lucia del Corazón Inmaculado de María, Sierva de Dios. A los pastorcillos les prometió llevarlos pronto al Cielo, pero a Lucia, la mayor, le dijo que se quedaría para difundir la devoción a su Corazón Inmaculado; ante los temores y miedos que le manifestó la niña, la Virgen le dijo: “Mi Inmaculado Corazón será siempre tu refugio”.

     Aquellos pastorcillos adoctrinados por el Ángel, en el amor a Jesús Sacramentado y en el espíritu de reparación por los pecados que ofenden al Señor, les enseña la oración de reparación: Santísima Trinidad… Dios mío yo creo…, que la rezaban unida a sus sacrificios, conscientes de los designios de la Providencia.  Desde su inocencia y guiados por la acción del Espíritu Santo por medio de la Virgen, vivieron el amor a Ella y a Jesús, y por los pecadores, ofreciendo sacrificios, rezando el rosario diariamente, Francisco pasaba muchas horas acompañando a Jesús en el sagrario, “que está muy solo”. Vivo ejemplo para nosotros adoradores, para imitar y pedir la intercesión a estas “luminarias”, que nos enseñen el camino que nos ha mostrado el Cielo.

     La última aparición de la Virgen, en el mes de octubre, además de varias manifestaciones sobrenaturales, comprobadas por más de setenta mil personas, apareció san José con el Niño bendiciendo al mundo; no olvidemos la insistencia del Papa Francisco en acudir en TODO a san José, en estos tiempos que nos toca vivir; a la vez dijeron aquellas palabras que deben resonar en nuestro corazón de adorador, “No ofendan más a Dios que ya está muy ofendido”.

   Desde entonces, todos los Papas han tenido muy presentes las peticiones de la Virgen en Fátima, animándonos, con su palabra, ejemplo y peregrinación a hacer vida el mensaje de la Virgen.  Mensaje de rezar el Rosario todos los días, sobre todo en familia, bajo el patrocinio de San José, amor a la Eucaristía y actos de reparación y sacrificios por la conversión de los pecadores, como recuerda la oración enseñada por la Virgen, para rezar después de cada misterio del Rosario, “Oh Jesús mío perdonad nuestros pecados…

   La promesa del triunfo del Corazón Inmaculado de María, vinculada a la celebración de los cinco primeros sábados de mes en reparación, con las indicaciones que Ella nos ha dado, sigue siendo urgente y actual:  Reparar las blasfemias contra la Inmaculada Concepción.  Reparar las blasfemias contra la Virginidad de la Virgen Nuestra Señora.  Reparar las blasfemias contra la Maternidad Divina, rechazando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.  Reparar por los que procuran influir en el corazón de los niños: ignorancia, indiferencia, desprecio y odio hacia esta Inmaculada Madre. 5º Reparar las ofensas con las que la ultrajan directamente en sus sagradas imágenes. La Virgen muestra la preocupación por sus hijos, y por la salvación eterna de los mismos, en la Patria del Cielo; así se lo recordamos en el rezo de la Salve, “vuelve tus ojos misericordiosos” , “Muéstranos a Jesús”. 

   Juan Pablo II, unido estrechamente al mensaje de Fátima, en sus viajes a España, nos recordaba “España tierra de María”.  Ella sigue mostrándonos la misericordia de su Hijo, en cientos de santuarios marianos extendidos por toda nuestra Patria, con tan queridas advocaciones, títulos entrañables y familiares para nosotros sus hijos, para mantener y aumentar la fe del Pueblo de Dios. Nos recuerda Juan Pablo II : “que, en este amor misericordioso de su Hijo, manifestado ante todo en contacto con el mal moral y físico, participaba de manera singular y excepcional el corazón de la que fue Madre del Crucificado y del Resucitado. En Ella y por ella, tal amor no cesa de revelarse en la historia de la Iglesia y de la humanidad (Dives in misericordia).

     De la mano de la Virgen, y en su Corazón Inmaculado, acudimos a nuestra vigilia mensual para, con Ella y como los pastorcillos, consolar, reparar, orar por la conversión de los pecadores y  por el Papa al que tenía especial predilección Jacinta; darle todo  nuestro amor al Corazón eucarístico de su Hijo, para que, a través de su Madre, nos haga apóstoles  de su misericordia para tantas personas tan necesitadas que la están buscando sin saberlo; para que no ofendan más a nuestro Señor…, y, desde nuestra pequeñez, ser “luminarias”, para que se acelere el triunfo del Inmaculado Corazón de María, como lo ha prometido.

    El Papa Francisco nos dice en Evangelii gaudium: “Nosotros hoy fijamos en Ella la mirada, para que nos ayude a anunciar a todos el mensaje de la salvación, y para que los nuevos discípulos se conviertan en agentes evangelizadores; vivamos mirando a María y volveremos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes”.

     Los santos pastorcillos, aprendieron en la escuela de la Virgen esas virtudes que han de ser propias de los adoradores, que el mismo Señor nos enseñará, como lo hizo su Madre, con los santos Francisco y Jacinta Marto, en las horas de silencio nocturno, sintiendo el latido de su Corazón.

Preguntas para el diálogo y la meditación.

¿Soy apóstol del Inmaculado Corazón en unión a la Eucaristía, celebrando los cinco primeros sábados, me he consagrado a su Corazón?

¿Vivo el espíritu de reparación siendo apóstol de la misericordia?

¿Sigo la petición de la Virgen de rezar el rosario todos los días, y lo difundo en familia?

¿Tiene un lugar preferencial San José en mi familia?


EL MARTIRIO DEL CUERPO INCORRUPTO DE SAN PASCUAL BAILÓN EVITÓ LA PRO-FANACIÓN DEL SAGRARIO


350 años después de muerto,  San  Pascual Baylón adoró la Eucaristía

 

    Quizás pocos recuerden la vida de Pascual Bailón, pero este santo fraile iletrado, que gozó del don de la ciencia infusa, fue uno de los más afamados santos de España, durante siglos. Su amor por Cristo Eucaristía fue tal que, incluso, «impidió» la profanación del Santísimo durante el inicio de la Guerra Civil

   Le llamaron Pascual porque nació el 16 de mayo de 1540, en la Pascua de Pentecostés. Y aunque Baylón era su verdadero apellido familiar, casi se convirtió en su apodo porque, según cuentan las crónicas, danzaba ante la imagen de la Virgen:  como era un iletrado, decía, no sabía qué otra cosa podía ofrecer para agradar a la Madre. Sus padres eran campesinos, gente pobre,  por lo que tuvo que trabajar como pastor desde los 7 años. Cuando apacentaba las ovejas en los campos de su Torrehermosa natal (Zaragoza), aprendió a leer pidiendo a los viajeros que le enseñasen a reconocer letra por letra las oraciones de un devocionario que llevaba consigo. A veces, se arrodillaba en el campo mirando hacia el campanario de la iglesia, y sus compañeros se asombraban al llegar al pueblo y comprobar que Pascual había puesto rodilla en tierra cuando el sacerdote consagraba el pan y el vino para que Jesús Eucaristía se hiciese presente.

   A los 24 años, ingresó en los franciscanos alcantarinos, después de tener una visión mística que le mostraba y demostraba la presencia real del Resucitado en la Eucaristía. En el convento, fue barrendero, portero y cocinero, y rehusó ser sacerdote porque se consideraba un ignorante. Pero sus superiores pronto descubrieron la sabiduría y hondura espiritual del humilde fraile:

De ciencia infusa dotado,/siendo lego sois  Doctor/Profeta y Predicador,/Teólogo consumado...

     Pasaba horas, e incluso noches enteras, postrado ante el Santísimo, en adoración de su Señor y amigo. Por encargo del superior de la Orden, hubo de atravesar Francia cuando los calvinistas hugonotes quemaban iglesias y asesinaban a todo católico que encontraban por el camino. Pascual hizo el trayecto a pie, porque no sólo no temía a la muerte, sino que deseaba dar su vida por Cristo. Pero Dios tenía otros planes para él: salió ileso de varias persecuciones, y, en cierta ocasión, supo rebatir con argumentos teológicos las objeciones que le planteó un grupo de hugonotes que negaban la presencia de Cristo en la Eucaristía. Cuando se vieron rebatidos, le tundieron a palos hasta casi matarlo. En Francia, convirtió a no pocos protestantes, y, de regreso a España, contó lo torpe que había sido cuando un hugonote a caballo, amenazándolo con una lanza, le preguntó si Dios estaba en el cielo. Él dijo que sí, y el hugonote se fue. Después, rompió a llorar porque no se le ocurrió añadir «y en la Eucaristía», lo que le habría valido el martirio.

     Murió en 1592, en el convento de Nuestra Señora del Rosario, en Villarreal (Castellón), el 17 de mayo, también Pascua de Pentecostés. Lo hizo entre visiones místicas y cuando, en la iglesia del convento, se consagraba la Sagrada Hostia. Fue canonizado en 1690; la Iglesia lo nombró Patrono de los Congresos Eucarísticos, de la Adoración Nocturna y la Casa Real.

      Su cuerpo permaneció incorrupto y flexible casi 350 años, hasta el 13 de agosto de 1936. Aquel día, una horda de milicianos de la República entró en la capilla de Nuestra Señora del Rosario para profanar el sepulcro del santo, al que miles de católicos solían peregrinar. Meses antes, el capellán había rehusado llevar el cuerpo al cementerio para protegerlo: «No llegarán a tanto», dijo. Pero llegaron. Los milicianos rompieron el sepulcro-relicario y entre blasfemias, sacaron el cuerpo a la plaza y le prendieron fuego, tras ultrajarlo con salivazos y orines. Un sacerdote, que presenciaba escondido el sacrilegio, recordó que el Santísimo seguía en el sagrario de la iglesia. Encomendándose a san Pascual, le pidió ayuda para salvar a  Cristo- Eucaristía de una profanación segura.

   El sacerdote, vestido con la sotana, atravesó la turbamulta de milicianos, entró en la iglesia tomada por los asaltantes, sacó al Señor y huyó con Él, pasando de nuevo entre los milicianos, y así, cuando las llamas y las ofensas consumían su cuerpo incorrupto: San Pascual alcanzó el martirio tres Siglos y medio después de muerto, mientras adoraba, en el cielo y en la tierra, a su amigo y Señor, Jesús Eucaristía.

DE UN ARTÍCULO DE ALFA Y OMEGA