VIRTUDES EUCARÍSTICAS DE JESÚS
(DISPOSICIONES QUE DEBEN LLEVARSE A LA SAGRADA COMUNIÓN)
“En la eucaristía es necesaria una gran fe para reconocer a JESUCRISTO, residiendo todo entero y en
millones de lugares, sin división como sin multiplicación de su persona única,
bajo las especies y apariencias de pan y vino. No hay, en efecto más que un
solo y mismo JESÚS en el cielo, en los múltiples tabernáculos de la tierra, y
en cada uno de nosotros.
¡Qué misterio! Hay aquí una maravilla incomprensible
a la razón humana, porque para comprenderla necesitaría esta pobre y débil
razón de un orden de conocimientos que no tiene, y que Dios le ha rehusado con
sabiduría y justicia, a fin de probar la fe del cristiano en su divina palabra,
perfectamente expresa en este punto: Esto es mi cuerpo, esta es mi sangre (Mateo. 26, 26-28). Mi carne verdaderamente es comida, y mi sangre es verdaderamente
bebida (Juan, 6, 56).El cáliz de bendición que bendecimos ¿no es la
comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos ¿no es la participación del cuerpo
del señor? (I Corintios, 10,16). Pues bien, esta sumisión de la razón a Dios, esta creencia
en la verdad de su palabra, formalmente reconocida y establecida, es lo que
constituye el mérito de la fe. Dios
es honrado por este acto, [. . .] Pues bien [. . .] Dios ha hablado. Dios ha afirmado
y apoyado su palabra con testimonios irrefutables y al alcance de la razón humana.
El hombre sabe que Dios es infinitamente superior a él, que no puede ni quiere engañar
a nadie, y que tiene el derecho de pedir al hombre que le honre por un acto de fe
en su palabra, por increíble que sea esta palabra a su limitada inteligencia.
Entonces se
somete y dice ¡Dios mío, creo! Y lo dice con amor, porque sabe que honra a Dios y le agrada con su fe. Ved
ahí un gran acto de virtud. Ved ahí una fe digna de la mirada de Dios, y de los
ángeles. Ved ahí un corazón sumiso que
mueve el corazón de JESÚS, y hace descender sobre él grandes gracias.
La lámpara del Santuario