TIEMPOS LITURGICOS

TIEMPOS LITURGICOS

sábado, 26 de junio de 2021

CONVOCANDO VIGILIA GENERAL EXTRAORDINARIA

 


DEL BLOG DEL OBISPO

 MI MENSAJE SOBRE LA LEY DE EUTANASIA EN ESPAÑA

Matar a los que sufren nunca es progresista…


     El 25 de junio entrará en vigor la ley de la eutanasia en España. La eutanasia no es ningún derecho, avance o progreso. Matar a los que sufren nunca es progresista; acabar con los enfermos indefensos es reaccionario, y lo progresista es cuidarlos. No debemos dejarnos engañar con una idea de falsa compasión. Nunca es lícito eliminar una vida humana para resolver ningún problema. La eutanasia, además, es ajena al ejercicio de la medicina y a las profesiones sanitarias, que siempre se rigen por el axioma de curar –o al menos aliviar—, y siempre acompañar y consolar. Así lo ha manifestado el Comité de Bioética de España, los Colegios de Médicos y tantos otros organismos y personalidades.

    La Conferencia Episcopal Española ha publicado un docu-mento clarificador y otro la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede. El derecho es a la vida y, por tanto, a los cuidados paliativos, jamás a la muerte. El derecho a la eutanasia –dejando de lado los cuidados paliativos y las ayudas eficaces a la dependencia- es, además, intimidatorio y podría favorecer conductas suicidas. Debemos seguir manifestando nuestra repulsa a esta ley y actuar en consecuencia. Eliminar el sufrimiento sí, pero eliminar al que sufre, no.

    Los obispos de la Conferencia Episcopal animamos a suscribir el Testamento Vital, que es la expresión escrita de la voluntad de un paciente sobre los tratamientos médicos que desea recibir, o no está dispuesto a aceptar, en la fase final de su vida. El Testamento Vital también especifica que se administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos, pero que no se aplique la eutanasia. Este Testamento Vital fue reconocido legalmente en España a partir del año 2002 con la Ley de Autonomía del Paciente, y, una vez firmado, se inscribe en un registro de voluntades vitales creado con este propósito en las distintas comunidades autónomas.

    Hay situaciones en las que el enfermo no puede decidir sobre su propia salud por incapacidad, debido a la propia enfermedad, accidente o vejez. Cuando se presentan estas dificultades, uno de los caminos para ayudar al personal sanitario es la consideración de la voluntad del paciente manifestada previamente a la pérdida de la capacidad de razonar. Es a esta voluntad anticipada a lo que se llama popularmente Testamento Vital, algo esencial para dejar constancia de nuestra voluntad de aceptar o rechazar determinados tratamientos médicos, liberando así a los familiares del peso de tomar decisiones por el enfermo en situaciones tan difíciles. También contempla nombrar a un representante legal encargado de velar por su cumplimiento y de tomar decisiones en previsión de una eventualidad no contemplada en el testamento escrito.

    Según la proposición de Ley Orgánica de regulación de la eutanasia no podrá aplicarse la eutanasia en caso de que la persona haya suscrito con anterioridad un documento con instrucciones, testamento vital, voluntades anticipadas o documentos equivalentes reconocidos legalmente.  Por eso es importante que se haga y se inscriba en el registro de voluntades vitales de la comunidad autónoma correspondiente, para que tenga valor jurídico, y para evitar el atropello a la dignidad y a la libertad de la persona incapacitada que trae consigo la ley de la eutanasia. Con el testamento vital se especifica que no se quiere el encarnizamiento terapéutico o acciones terapéuticas sin esperanza, inútiles u obstinadas, ni la eutanasia entendida como toda medida adoptada para acelerar la muerte de modo directo o inten­cionado. De esta forma quedan garantizados los cuidados mínimos de sustento vital, como lo es la comida y la bebida en cualquier persona, mientras se consideren razonable­mente útiles, evitando toda forma de ensañamiento terapéutico.

  Queridos amigos: os invito a conocer y suscribir este Testamento Vital, que podéis encontrar en las Iglesias o en la web de la Conferencia Episcopal Española, manifestando así nuestras convicciones de modo cívico y democrático, y asegurándonos una muerte verdaderamente digna.


domingo, 20 de junio de 2021

DOMINGO 20 DE JUNIO DE 2021, 12º DEL TIEMPO ORDINARIO

«MAESTRO, ¿NO TE IMPORTA QUE PEREZCAMOS?»

     Jesús en su labor por los caminos anunciando el Amor salvífico del Padre llegaba hasta el agotamiento. Parece increíble que se pueda dormir en una barca y con un oleaje tan grande, que parece que se va a hundir la barca. Es señal por una parte de su equilibrio de serenidad y por otra parte, que está al borde de la extenuación. Es como si no pudiese más. Se encuentra al borde de sus fuerzas.

     Ante un Jesús dormido en la barca y la posibilidad de hundirse y perecer gritan. El miedo paraliza el corazón. La oración se hace grito y el grito se hace oración… No te importa que nos hundamos. Parece que no te importa nuestra vida. Porque callas tanto tiempo cuando parece que nos vamos a hundir. Es la experiencia a veces trágica de tantos hombres y mujeres que en el mar embravecido de la vida y llevando a Dios en la barca de su vida no le ven, piensan que duerme y gritan en sus noches oscuras creyendo no encontrar respuestas.

     La oración del grito se hace reproche y riña… Es que no te importa que nos hundamos. Porque te escondes Señor en mis dificultades y pareces que te encuentras en el sueño de los justos.

   Cuando acudimos al Señor vuelve la calma al mar embravecido de nuestra vida. Hasta podemos caminar por encima de las olas. Es más cuando más arrecia la tormenta… Sus palabras salen a nuestro encuentro…. Porque dudas hombre de poca fe. A veces la mayor presencia de Dios es su aparente ausencia y amainó el viento… Volvió la calma.

 

+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo

                                                        Primado de España


viernes, 18 de junio de 2021

(Mt 7, 21)

 
JUNIO 2021

«No todo el que me diga: "Señor, Señor" entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial» (Mt 7, 21).

   Esta frase del Evangelio de Mateo forma parte de la conclusión del gran Discurso de la montaña, en el que Jesús, después de proclamar las bienaventuranzas, invita a quienes lo escuchan a reconocer la cercanía amorosa de Dios e indica cómo actuar en consecuencia: descubrir en la voluntad del Padre la vía directa para alcanzar la plena comunión con Él en su Reino.

«No todo el que me diga: "Señor, Señor" entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial».

    Pero ¿qué es la voluntad de Dios? ¿Cómo podemos conocerla? Así comparte Chiara Lubich su descubrimiento: «La voluntad de Dios es la voz de Dios, que continuamente nos habla y nos invita; es un hilo o, mejor dicho, una trama de oro divina que teje toda nuestra vida terrena y más allá; es el modo que tiene Dios de expresar su amor, un amor que pide una respuesta para que Él pueda realizar en nuestra vida sus maravillas. La voluntad de Dios es nuestro deber ser, nuestro verdadero ser, nuestra realización plena. [...] Repitamos, pues, en cada instante, ante cualquier voluntad de Dios, dolorosa, gozosa o indiferente: "Hágase": [...] Descubriremos que esta simple palabra es un potente impulso, como un trampolín, para hacer con amor, con perfección, con total dedicación lo que tenemos que hacer. [...] Y así iremos componiendo, momento a momento, el maravilloso, único e irrepetible mosaico de nuestra vida, que el Señor ha pensado desde siempre para cada uno de nosotros: Él, Dios, de quien solo se dicen cosas bellas, grandes e inmensas, en las que, hasta la parte más pequeña, como un acto de amor, tiene sentido y resplandece, igual que las flores minúsculas y variopintas tienen su porqué en la belleza sin límites de la naturaleza»[1].

«No todo el que me diga: "Señor, Señor" entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial».

     Según el Evangelio de Mateo, la Ley por excelencia del cristiano consiste en la misericordia, que lleva a plenitud toda expresión de culto y de amor al Señor. Esta Palabra nos ayuda a abrir nuestra relación con Dios, ciertamente personal e íntima, a la dimensión fraterna mediante gestos concretos. Nos empuja a «salir» de nosotros mismos para llevar reconciliación y esperanza a los demás.

     Un grupo de jóvenes de Heidelberg (Alemania) nos ofrece este testimonio: «¿Cómo conseguir que nuestros amigos experimenten que la llave de la felicidad se encuentra dándose a los demás? Ese es el punto de partida de nuestra acción, titulada: "Una hora de felicidad': La idea es muy simple: se trata de hacer feliz a otra persona al menos durante una hora al mes. Comenzamos por quienes nos parecían más necesitados de amor, y en todas partes donde nos hemos ofrecido nos han abierto las puertas de par en par. Y así hemos llevado a varios ancianos en silla de ruedas a pasar el rato al parque, hemos ido al hospital a jugar con los niños ingresados y a hacer deporte con personas discapacitadas. Ellos estaban muy contentos, pero, como promete la acción, ¡nosotros lo estábamos aún más! ¿Y nuestros amigos, a quienes invitamos a participar? Primero se mostraban perplejos, y ahora que han probado lo de dar la felicidad, están de acuerdo con nosotros: ¡das la felicidad e inmediatamente la sientes!».

Leticia Magri



[1] C. LUBICH, conexión telefónica del 27-2-1992: EAD., Santificarse juntos, Ciudad Nueva, Madrid 1994, pp. 110-114. 


sábado, 12 de junio de 2021

DOMINGO 13 DE JUNIO DE 2021, 11º DEL TIEMPO ORDINARIO

«¿CON QUÉ COMPARAREMOS EL REINO DE DIOS?»

     Marcos nos vuelve a interpelar con parábolas lo que ha sido todo el argumento de su evangelio, el seguimiento de Cristo. Ser discípulo de Jesús es partir de lo pequeño, de lo humilde, de lo que no cuenta para el mundo. Estamos en la lógica de lo pequeño, de lo insignificante, de lo que no cuenta en las claves de la eficacia.

     Jesús enseña en parábolas porque es el lenguaje que entiende todo el mundo. Son a modo de cuentos que forman parte de la sabiduría de los sencillos y de los pobres que captan maravillosamente la moraleja de las parábolas.

     Las parábolas de hoy son claves porque destacan a través del grano de mostaza, de lo pequeño con vocación de crecer, de hacerse un arbusto donde aniden las aves del cielo. El evangelio es buena noticia para los pequeños. No nos podemos quedar en el lamento de la pequeñez, sino en la osadía de crecer con confianza.

     Seguir a Jesús es siempre una vida vivida desde todas nuestras pobrezas, llamadas a vivir creciendo en la confianza, como María, que creyó que para Dios nada hay imposible. Vivamos el discipulado como consecuencias de nuestro bautismo para ser coherentes desde nuestra pobreza.

 

+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo

                                                        Primado de España

 


viernes, 11 de junio de 2021

sábado, 5 de junio de 2021

DEL BLOG DEL OBISPO

Pongamos la mirada en la Hostia Santa: ¡es el mismo Dios! ¡El Amor mismo!



  La solemnidad del Corpus Christi es la fiesta de la Eucaristía, don maravilloso de Cristo, que en la última cena quiso dejarnos el memorial de su Pascua, el sacramento de su Cuerpo y de su Sangre, prenda de inmenso amor por nosotros. Pongamos la mirada en la Hostia santa: ¡es el mismo Dios! ¡El Amor mismo! 

     La Eucaristía es el memorial de la muerte y resurrección de Jesucristo, de su amor hasta el final por cada uno de nosotros, que Él quiso encomendar a la Iglesia para que fuera celebrado a través de los siglos. La Eucaristía es escuela de caridad y de solidaridad. Quien se alimenta con el Pan de Cristo no puede quedar indiferente ante quien carece del pan cotidiano. 

  La Eucaristía y la caridad son dos elementos fundamentales de la vida y de la misión de la Iglesia y de cada creyente. Profundizar en ellos hace que nuestra fe llegue más lejos, nos hace crecer personalmente y como comunidad. Eucaristía sin la caridad se convierte en un culto vacío, tantas veces denunciado en la Sagrada Escritura. La Eucaristía es el misterio central que «contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo en persona, nuestra Pascua» (PO, 5). Siempre debemos profundizar en esto para que cada hombre pueda encontrarse con Jesucristo, que nos ha revelado al Dios «cercano», amigo nuestro, y para vivir la caridad. En el sacramento de la Eucaristía Cristo está verdadera, real y presente, y nos revela con qué amor Dios nos ama en Él.

    Jesús vino a revelarnos el amor del Padre, pues «el hombre no puede vivir sin amor  (S. Juan Pablo II, Redemptor hominis10).  Alimentados por la Eucaristía, nosotros también, siguiendo el ejemplo de Cristo, vivimos por Él para ser testigos del amor. La caridad es capaz de generar un cambio auténtico y permanente en la sociedad, actuando en los corazones y en las mentes de los hombres, y cuando se vive en la verdad «es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad» (Caritas in veritate, 1). […]

   Que la fiesta del Corpus Christi sea una ocasión para crecer en esta atención concreta a los hermanos, especialmente los pobres, para construir una normalidad nueva, más justa y fraterna, construida desde un nosotros que nos hace hermanos; que nos haga tomar conciencia de que, en medio de un tiempo extraordinario y doloroso, necesitamos recrear nuestras relaciones para sostenernos y cuidarnos de una forma nueva. Os animo a colaborar con Caritas no solo económicamente sino también como voluntarios. Hacen falta medios materiales y económicos, pero también manos al servicio de la caridad. En la Eucaristía, vivida, celebrada y adorada, encontraréis cada día la fuerza para ser buenos, para mejorar la sociedad y para ofrecer a nuestros hermanos más pobres la ayuda que necesitan.



DOMINGO 6 DE JUNIO DE 2021, SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI

«TOMAD, ESTO ES MI CUERPO… ESTA ES MI SANGRE»

     En esta fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo  se reafirman las tres dimensiones esenciales de la Eucaristía como sacramento, sacrificio, banquete y presencia. Lo recoge bellamente uno de los himnos de Liturgia de este día, se canta la locura del Amor del Corazón: su Presencia entre nosotros. Se queda con nosotros para siempre como el Amigo que nunca falla. Aquello que le dicen las madres a sus hijos: “Te quiero tanto que te voy a comer”. Aquí es Cristo el que por amor se deja comer por nosotros como el auténtico maná que bajó del cielo. Jesús nos dice con este sacramento: Os quiero tanto que me dejo comer para ser vuestra vida, vuestra alegría, vuestra paz  ahora y por siempre.

   La Eucaristía nos dice una y otra vez que no fue Moisés el que nos da el pan de vida, es mi Padre, dice el Señor, el que os alimenta, y también repetirá que la Eucaristía es para la vida; el que coma de este pan vivirá para siempre. Quien vive adorando la Eucaristía  transforma su corazón.

  

+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo

                                                        Primado de España