TIEMPOS LITURGICOS

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domingo, 9 de noviembre de 2008

La Sábana de Turín




La palabra griega SINDON significa sábana. Y una sábana de lino es lo que la Iglesia Católica custodia en la actualidad y muchos fieles veneran desde antiguo como la tela que sirvió para amortajar a Cristo.

Los cristianos no están obligados a creer en la autenticidad de esta reliquia y de hecho, la Iglesia Católica no se pronuncia sobre la misma. La fe cristiana se basa en la resurrección de un judío de origen humilde llamado Jesús que se decía Hijo de Dios, y no en un pedazo de tela, aunque haya sido ésta utilizada para su enterramiento. Por ello, creemos que está fuera de lugar el intentar utilizar la Sábana de Turín tanto para descalificar al cristianismo, como el blandirla como arma de cruzado para defenderlo. Se puede ser muy buen cristiano y no aceptar en absoluto la autenticidad de la Sábana.


Un poco de historia de la Sábana Santa

1350 es la fecha a partir de la cual se conoce sin duda alguna la trayectoria histórica de la reliquia y sobre la que hay común acuerdo entre los historiadores.
La falta de datos concretos sobre la Sábana anteriores a esa fecha se utiliza frecuentemente como argumento en contra de su autenticidad.
Según otros, el comienzo de la cronología de la Sábana podría establecerse en la ciudad de Edesa (la actual Urfa en Turquía), donde una reliquia que podría ser la Sábana Santa fue encontrada durante la reparación de la muralla de la ciudad entre los años 525 y 544. Para más datos sobre esta hipótesis le remitimos a los escritos de Ian Wilson. Le mostramos a continuación algunos de los argumentos que se aducen para establecer la historia de la Sábana anterior a 1350. Repetimos que sólo hay común acuerdo a partir de esta fecha.


En el año 944, la tela fue supuestamente trasladada desde Edesa a Constantinopla.
Existe un manuscrito griego sobre un sermón del archidiácono Gregorio de Santa Sofía en el día en que la reliquia llegó a la ciudad (16 de agosto del año 944) (Archivos Vaticanos).

Una miniatura del año 1081 (Miniatura de Skylitres (1081-1118)) reproduce la escena del emperador Lecapeno (920-944) besando la Sábana Santa a su llegada a Constantinopla. En la escena, la sábana se muestra extendida y el emperador besa la cabeza mientras otra persona sostiene el resto de la tela (Biblioteca Nacional de Madrid, vitrina 26, 2, folio 131, r).

La tela consta en el catálogo de reliquias del palacio imperial de Constantinopla que hizo el monje de Thingeyrar en 1157.
También aparece en una lista de 1201 hecha por Nicolás Mesarites.

Según se cree, la reliquia desapareció de Constantinopla durante las Cruzadas. Se conserva una carta del 1 de agosto de 1205, escrita por Teodoro Ángel Comneno, nieto de Isaac II, emperador de Constantinopla dirigida al papa Inocencio III, organizador de la cuarta cruzada. En ella se queja del latrocinio de los cruzados y pide que sea devuelta la Sabana Santa a Constantinopla
. En el Centro de Sindonología de Turín se encuentran cartas autógrafas de los Cardenales Binet y Mathieu, arzobispos de Besançon, que confirman la presencia de la Sábana en la ciudad en los primeros días del siglo XIII.


En el año 1355 la sábana reaparece de nuevo tras siglo y medio en paradero desconocido. Se exhibe en la iglesia de Lirey, a unos 150 kilómetros de París y es posesión de Godofredo de Charny, un caballero francés que según algunos podría haber adquirido la reliquia en Constantinopla. A partir de este momento se tienen datos seguros sobre su trayectoria.


Año 1532. Noche del 3 al 4 de Diciembre. Incendio en la iglesia francesa de Chambéry, donde se custodiaba entonces la reliquia. Las monjas clarisas responsables del convento remiendan las zonas afectadas por quemaduras de plata fundida.


Año 1578. La reliquia, ya entonces posesión de los Saboya, se traslada desde Chambéry, antigua capital del Ducado de Saboya, hasta Turín.


Año 1694. El arquitecto italiano Guarini construye una capilla especial, adosada a la Catedral de Turín, para que en ella se pueda almacenar y custodiar la reliquia. Donde permanece hasta hoy.


Año 1983. Umberto II de Saboya deja en herencia la Sábana Santa al Papa y desde entonces es propiedad de la Santa Sede.

En la noche del 11 al 12 de abril de 1997 un nuevo incendio pone en peligro la integridad de la reliquia que esta vez no sufre daño alguno.
Bajo estas líneas, la tela en la que se puede observar la imagen dorsal y ventral del hombre crucificado. Los rotos que se observan en disposición simétrica son consecuencia del incendio de 1532.











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