TIEMPOS LITURGICOS

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domingo, 15 de noviembre de 2020

REFLEXIONES PARA LA ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA


NOVIEMBRE: DESDE EL CUARTO DE GUARDIA

 Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

 

LA ADORACIÓN NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS

 

1º Marco para esta noche de enero.

     Dios además de en el cielo, está presente entre nosotros de una manera admirable en el Pan y Vino consagrados, en la celebración eucarística, en el prodigio de la Comunión y en las Especies Sacramentales en el Sagrario. En esta vigilia, vamos a tener como anclaje de nuestro corazón y de nuestros pensamientos: Cristo es el vecino más influyente e importante de nuestra comunidad. Queréis enchufes, id al sagrario. Aprendamos en las vigilias de la Adoración Nocturna a llevarlo en nuestro ser durante nuestra vida, en la media hora de meditación contemplativa, al salmodiar, al cantar, al musitar y al adorar y, sobre todo, en medio de los afanes de cada día.

2º Una oración jaculatoria  al espíritu santo, para que nos encienda en amores.

      Sin la ayuda del Espíritu Santo, nuestra religiosidad puede quedarse en ritos sin alma. El Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima Trinidad es el fuego del Corazón de Cristo. Esta noche digámosle:

 

Tu septiformis munere,
Sermone ditans guttura
.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.


3º Un texto del venerable don Luis de Trelles que nos inicie en la oración meditativa.

 “En la maravilla de su amor. dios es mi vecino más importante”

     Cristo se ha quedado con nosotros hasta el final de los tiempos.  ¡Imposible! Así es: imposible e increíble para nuestras cortas miras siempre pedestres, siempre a ras de suelo, pero no para nuestro Dios que por su encarnación tiene corazón de hombre sin dejar de amar como Dios. Las vigilias de Adoración Nocturna son ocasión para cultivar y crecer en el amor a un Dios enamorado de los seres humanos, ahondando en la maravillosa intimidad de quien, además de pagar por nuestras culpas, se ha quedado a vivir cerca de nosotros en el sagrario, para seguir de cerca nuestras incidencias, alegrías y penas y, en todo momento, ser nuestro consejero, nuestro amigo, nuestro maestro, nuestro director. Cristo vive en nuestra vecindad. Es el vecino más importante de nuestra comunidad que nos espera paciente, apasionadamente y vivo en el Pan Eucarístico.

     El Señor nos ha redimido. ¡Hecho grandioso! Pero además hay mucho más: ha querido vivir con nosotros para enamorarnos, para que, en medio de la vida cotidiana sepamos que él no nos abandona. Cristo, Nuestro Señor y amigo, sigue de cerca nuestras vicisitudes hasta que nos lleve al banquete eterno del cielo. Dios con nosotros como amigo, hermano, compañero, y además Redentor nuestro y Señor de la historia y además Príncipe de la paz. ¡Alabado sea y bendito por siempre!

   “La vida común de Cristo con nosotros depende de nuestra voluntad, sin la cual no se otorga. Por una condescendencia de Dios que el corazón presiente, pero que la inteligencia no penetrará jamás, sino en la Bienaventuranza, el Señor se nos brinda en el Sacramento y el hombre no acepta, a pesar de que responde tan grande favor a una necesidad instintiva de nuestra alma, criada sin duda para su destino inmortal en la gloria y para unirse con Dios por la gracia en la vida temporal.

     Hay en el mundo, y por ventura en las capas inferiores de la sociedad es frecuente, que haya personas predestinadas a una ‘'vocación superior”, almas aristocráticas, no obstante, su estado social ínfimo, que presienten un porvenir superior sin aspirar visiblemente a él… Así el hombre en quien estaba borrado el sello de su origen, al contacto de Dios humanado, digámoslo así, recupera su realeza primitiva y se puede hermanar, en cierto modo, con Dios, mediante la gracia que le trajo el Hijo del Rey  por una inefable condescendencia.

     La redención no sólo fue para expiar la pena del pecado, sino también una aproximación de Dios al hombre, que revela a éste todo el amor de aquél y le atrae suavemente a sí por vínculos de caridad. ¡Sublime misterio!

     Hay un rescate que supone una compra y un precio, pero también un don perfecto que se nos ofrece. Porque está escrito que tanto amó Dios al hombre que le dio a su Unigénito, No sólo para que con sus méritos infinitos nos rescatase, sino para que también lo cultivase en su afecto y viviese  en una forma tan secreta y eficaz como es la vida eucarística de Cristo…

     No contentándose el Señor con tomar nuestra carne, para sufrir por ella una pena condigna de nuestra culpa, se quedó con nosotros para hacer una vida común, permaneciendo en nuestra proximidad para asimilarnos a él y prestarnos sus auxilios todopoderosos.

     Si fuera posible usar este lenguaje, diríamos que, amén de vida de la gracia, nos quiso ofrecer, obrando de esta suerte, la vida de la amistad, de la de la compañía y de la igualdad con todas sus consecuencias. Es un favor infinito que apenas se creería si no lo explicase el amor de Dios.“

 

Preguntas para el diálogo y la meditación.

 

  La Adoración Nocturna no es una institución venerable que pertenece a otros tiempos. Es remedio a las máximas necesidades religiosas de nuestros días. ¿Por qué no es suficiente saber de Dios, por ejemplo, que El Verbo se encarnó y nos redimió con su muerte y resurrección? ¿Por qué en la Eucaristía se quedó entre nosotros, sólo para alabarle y reparar nuestras miserias o, además, para enseñarnos a vivir y transformarnos en Dios?

   La Eucaristía es el alimento que nos lleva a la vida eterna. Sin duda. Pero no pasivamente ni sólo, porque al recibirlo, sabemos que es verdad. ¿Por qué es tan importante tomar conciencia de que  la comunión es  para unirse con Dios por la gracia en la vida temporal?

    ¿Por qué la Eucaristía es además vivir  en una forma tan secreta y eficaz como es la vida eucarística de Cristo?


 

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