TIEMPOS LITURGICOS

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sábado, 14 de noviembre de 2020

DEL BLOG DEL OBISPO

MENSAJE DEL SR. OBISPO CON OCASIÓN DE LA JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES



     Este domingo 15 de noviembre celebramos la IV Jornada Mundial de los Pobres. De entre los datos que maneja Cáritas, desde el inicio de la crisis sanitaria de la Covid 19, se ha incrementado un 70 % la demanda de ayudas a nivel nacional.  Personas que nunca lo habían hecho (un 26 %) vienen a las puertas de Cáritas por primera vez. Al problema del hambre se suma la incertidumbre frente a un horizonte poco halagüeño y la soledad, otras formas de pobreza que se siguen extendiendo como una auténtica pandemia. Además está la pandemia de nuestro egoísmo, por la que nos protegemos de lo que ocurre y nos cerramos al otro.

     Hemos de prepararnos, por tanto, para vivir intensamente la IV Jornada Mundial de los Pobres, instituida por el Papa Francisco para estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro. Al mismo tiempo, la invitación está dirigida a todos, independientemente de su confesión religiosa, para que se dispongan a compartir con los pobres a través de cualquier acción de solidaridad, como signo concreto de fraternidad.

     Como nos recuerda el Santo Padre en su mensaje de este año la comunidad cristiana está llamada a involucrarse en esta experiencia de compartir, con la conciencia de que no le está permitido delegarla a otros”. Tender la mano al pobre pertenece al núcleo de ser cristiano, pues es un signo evangélico que nos recuerda la proximidad, la solidaridad y el amor que el mundo tanto necesita, en medio de sus pobrezas existenciales, en medio de la falsa creencia del “sálvese quien pueda”, en la desconfianza de cualquier acto de gratuidad. En medio de esta pandemia hemos de reconocer y agradecer todas «esas manos que han desafiado el contagio y el miedo para dar apoyo y consuelo». Que su testimonio nos impulse a una mayor entrega diaria y cotidiana.

     No dejes de colaborar con Cáritas, y no olvides tender la mano al pobre que tienes cerca. Seguiremos orando y reflexionando frente la proximidad de esta Jornada. Demos siempre testimonio de Cristo que dio su vida por todos y cada uno. Practicar la fe operativa, la caridad, nos hace degustar el Reino de Dios, al mismo Cristo en nosotros.



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