« NO ESTÁ AQUÍ. ¡ HA RESUCITADO ! »
Es la primera carrera de la Iglesia con
Pedro y Juan al encuentro del Resucitado. Magdalena les ha avisado. Ellos
corren hacia un sepulcro vacío porque no pueden vivir sin su Maestro.
Corre más rápido Juan, el limpio
de corazón, el místico que corre ligero de equipaje y llega antes… Pero deja
pasar a Pedro, la Iglesia, la sabiduría de la experiencia y pobreza que siempre
vive en el asombro de quien viene a colmar todas nuestras noches oscuras.
El Resucitado nos invita a buscarle en los caminos, en
“ir a Galilea y allí me veréis” y en el cenáculo. Él es siempre el que nos busca en todas nuestras
tristezas y oscuridades para llenar nuestra vida y poder gritar al mundo… Resucitó de veras nuestro amor y nuestra esperanza.
La
nueva vida con Cristo resucitado estalla en sinfonía de alegría, que será la
palabra clave de toda la Pascua, Aleluya. Cuando nos encontramos con el
Resucitado nuestra vida no tiene comparación, nos cambia todo, es una vida
vivida desde la certeza de que Él nos acompaña, con la convicción de que la
Vida es más fuerte que la muerte.
+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
Primado de España
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