«… EL QUE TENGA OÍDOS QUE OIGA»
Muchas parábolas de
Jesús en este texto de Mateo con un fin sencillo y aleccionador y es que hay
que tener paciencia porque el trigo y la cizaña crecen juntas en el mismo campo
del corazón humano.
Decía el Hermano Rafael que toda la ciencia consiste en saber esperar. No una espera tensa que nos pone nervioso. Tampoco no poner de
nuestra parte todo lo que podamos y debamos de hacer.
Todas las parábolas
tienen el mismo tema y la misma moraleja. Nunca la cizaña se convierte en trigo
y nunca el trigo se convierte en cizaña. La paciencia todo lo alcanza. No sería
bueno comenzar como una apisonadora, que por falta de saber esperar, nos
carguemos el trigo que aparece aun en medio de cizaña, que pronto se descubre
que es estéril.
En el fondo estas parábolas
del Reino de los cielos es una llamada a un
discernimiento que sabe de luz y tinieblas, de gracia y pecado, de trigo y cizaña...de don y de colaboración
humana. Al final siempre queda claro lo que es trigo y de lo que es cizaña. Sencillamente hay que tener una espera confiada.
+ Francisco Cerro Chaves -
Arzobispo de Toledo
Primado
de España
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