TIEMPOS LITURGICOS

TIEMPOS LITURGICOS

sábado, 21 de septiembre de 2019

(1 Ts 5, 11)



SEPTIEMBRE 2019
«Confortaos mutuamente y edificaos los unos a los otros» (1 Ts 5, 11).

     El apóstol Pablo escribe a la comunidad cristiana fundada por él en Tesalónica. Ha tenido que huir de allí a causa de graves dificultades y persecuciones. Sin embargo, a través de sus cartas sigue acompañándolos e incluso los alaba por su constancia y perseverancia en la fe.
     Pablo conoce los interrogantes profundos de esta comunidad: ¿qué les espera después de morir? ¿Cómo prepararnos adecuadamente para la venida definitiva del Señor? No responde indicando preceptos, sino profesando de nuevo su fe: Jesús ha dado la vida por amor a toda la humanidad y ha resucitado, y de ese modo abre a todos el camino hacia la Vida. Como preparación para su vuelta, el Apóstol aconseja vivir en la vida diaria según el Evangelio, seguir trabajando honestamente y construyendo una comunidad fraterna:
«Confortaos mutuamente y edificaos los unos a los otros»
     Él mismo lo ha experimentado: el Evangelio hace germinar la semilla de bondad que Dios ha depositado en el corazón humano.        Es una semilla de esperanza que crece en el encuentro personal y diario con el amor de Dios y florece en el amor recíproco; estimula a combatir las malas semillas del individualismo y de la indiferencia, a llevar los unos los pesos de los otros y a alentarnos mutuamente. Es una Palabra que revoluciona nuestras relaciones personales y sociales; un consejo muy valioso que nos ayuda a redescubrir la verdad fundamental de la fraternidad, raíz de tantas culturas. Así la expresa el principio de la filosofía bantú del Ubuntu: «Yo soy porque nosotros somos».
     El gran líder metodista Nelson Mandela afirmaba: «Ubuntu no significa no pensar en uno mismo, sino más bien preguntarse: ¿quiero ayudar a la comunidad que tengo alrededor?».[1]
«Confortaos mutuamente y edificaos los unos a los otros».
     ¿Cómo vivir esta Palabra?
     «Procurando crecer también nosotros en el amor recíproco en nuestras familias, nuestro entorno de trabajo, nuestras comunidades o asociaciones eclesiales, parroquias, etc. Esta Palabra nos pide una caridad sobreabundante, que sepa superar las medidas mediocres y las barreras procedentes de nuestro sutil egoísmo. Bastará con pensar en ciertos aspectos de la caridad (tolerancia, comprensión, acogida recíproca, paciencia, disponibilidad de servicio, misericordia ante las faltas reales o presuntas de nuestro prójimo, comunión de bienes materiales, etc.) para descubrir muchas ocasiones de vivirla.
     Además, si en nuestra comunidad se da este clima de amor mutuo, su calor irradiará inevitablemente a todos. Incluso quienes aún no conocen la vida cristiana se percatarán de su atractivo y, muy fácilmente, casi sin darse cuenta, se verán envueltos en ella, hasta sentirse parte de una misma familia»[2].
«Confortaos mutuamente y edificaos los unos a los otros».
       Con este espíritu nació en Palermo (Italia) un grupo de asistencia médica multidisciplinar, psicología y enfermería al servicio de los pobres de la ciudad. Dicen sus protagonistas: «Somos un grupo de médicos y personal sanitario de distintas Iglesias cristianas. Las palabras del Evangelio nos alientan a reconocer en cada persona a un hermano o una hermana, en particular a quienes no pueden acceder a un tratamiento. Entre nuestros asistidos hay personas afectadas por enfermedades muy graves, o también adictos al juego y a Internet. Aunque llevamos poco tiempo, este grupo está ya operativo para la población migrante, en particular una comunidad ghanesa adventista de la ciudad. Un grupo numeroso y alegre con el que sentimos la alegría de ayudarnos como hermanos e hijos de un único Padre»
Leticia Magri


[1] De «Experience Ubuntu», entrevista de Tim Modise, 24-5-2006: https://le-citazioni.it/ autori/nelson-mandela/
[2] C. LUBICH, «Crecer en el amor recíproco», Palabra de vida, noviembre 1994, en Ciudad Nueva n. 304 (11/1994), p. 33.

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