TIEMPOS LITURGICOS

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viernes, 7 de septiembre de 2018

DOMINGO 9 DE SEPTIEMBRE DE 2018, 23º DEL TIEMPO ORDINARIO


«TODO LO HA HECHO BIEN…»


     Cuando bautizo me encanta repetir este gesto que recoge el Evangelio de Marcos. Toco los oídos del que se bautiza y le digo: “Effeta, Ábrete”, con mi oración y mi deseo de que se abra a la Palabra de Dios, que escuche en ese momento al Dios de la Vida, que viene para hacernos inmensamente felices.
     Era uno de los signos mesiánicos: los ciegos veían, y a los sordos se les abrían los oídos para acoger el Amor salvífico de Cristo que siempre es “buena noticia para los pobres”, para los que sufren.
     A todos los limpios de corazón el gesto mesiánico de Jesús les tuvo que recordar las profecías y el cumplimiento en Jesús. Tuvo que ser un momento de profunda emoción. El Señor siempre nos alienta a saber esperar que también a nosotros, en el oído del corazón, se nos abra para la esperanza y para un amor sin límites. Que el “Señor le ha tocado”. Saber que Él cambia la ruta y la realidad de nuestra vida. Su Amor nos lleva a una vida nueva para no quedarnos en lo superficial y lo externo, sino en lanzarnos con su Amor a experimentarnos infinitamente amados por la Misericordia del Señor.
     La irrupción del Señor en nuestra vida, con su “toque de gracia”, nos hace vivir en la continua alabanza y adoración de quien ha conocido el Amor y se lo dice a toda la humanidad, que está necesitada de que su vida esté determinada por la escucha de la Palabra de Dios y la centralidad de la Eucaristía, celebrada, comulgada y adorada.
     El gozo del de Jesús, nos traslada al Paraíso donde también el Señor, con un poco de barro y saliva hizo brotar la vida, el corazón nuevo, que no se podrá hacer realidad mientras que no nos dejemos tocar por la Misericordia del Señor.
     Si recorremos toda la historia de la salvación, esta Palabra de Dios alienta su sonido en el Paraíso, con Moisés abriendo el mar para salvar al pueblo de Dios. También Jesús, el nuevo Moisés, ha dejado abrir el Corazón como el EFFETÁ , como lanzada del soldado, lo ha querido el Padre para descubrirnos que el Hijo amado tiene abierto el corazón como salvador por Amor y que permanece siempre abierto. Abiertos, no sólo los oídos, sino el Corazón para acoger en su Palabra y en su Vida el Amor salvífico y triunfador de Jesús.

+Francisco Cerro Chaves - Obispo de Coria-Cáceres



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