«TAMBIÉN
ESTÁ ESCRITO: NO TENTARÁS AL SEÑOR, TU DIOS»
Seguir a Jesús es asumir que seremos tentados. La tentación forma
parte de la vida espiritual. En el Padrenuestro pedimos no caer en la
tentación. No se pide no tener tentaciones, porque el consejo de la Palabra es
claro, el que sigue el camino de Dios será tentado.
La primera tentación es el consumismo.
Elegir el tener más que el ser. El diablo siempre es grosero. Mira que decirle
a Jesús que haga un milagro a su favor. Es verdad que no solo de pan vive el
hombre, sino de la vida que brota de su Palabra. La tentación solo se puede
vencer sabiendo que la fuerza se realiza en la debilidad.
Otra tentación que asalta al ser humano
es el poder. Aquí también el enemigo pierde los papeles. Le dice a Jesús
que le adore a cambio de todo el mundo. Se lo dará con esta condición, que le
adore. El Señor no entra en su juego. Le coloca en su sitio. Solo al Señor
adoraras. Solo los que adoran a Dios son libres del poder para aplastar a los
hermanos. Al adorar al Señor nos crecen las alas de la libertad y del amor; y
el poder es servicio. Todo lo contrario a lo que lleva al diablo, que siempre
utiliza el poder para el propio provecho y no para el servicio a los más
vulnerables.
La gran tentación del corazón humano es
el éxito. A Jesús también el mentiroso y padre de la mentira, le quiere
poner sobre las cuerdas y la salida que le ofrece es el camino del éxito. Jesús
elige el camino de la entrega sin echarse atrás ante la cruz, que es siempre
fecunda. Toda tentación es un recuerdo que no podemos quedarnos en verdades a
media y que necesitamos el discernimiento para llegar a la vida en plenitud.
+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
Administrador Apostólico de Coria-Cáceres.
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