TIEMPOS LITURGICOS

TIEMPOS LITURGICOS

sábado, 2 de enero de 2021

CARTA DEL PRESIDENTE NACIONAL

 

Queridos hermanos en Cristo Eucaristía:

 

     Al reflexionar sobre la lastimosa y sufriente situación actual, en la que resulta casi imposible la celebración normal de nuestras vigilias de la Adoración Nocturna, vienen a mi pensamiento palabras del salmo 41:

   Recuerdo otros tiempos y desahogo mi alma conmigo, cómo marchaba a la cabeza del grupo, hacia la casa de Dios, entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta. ¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué te me turbas? Espera en Dios, que volverás a alabarlo: “Salud de mi rostro, Dios mío”...  

    Se podría decir que nos vienen estas restricciones, impuestas por las autoridades sanitarias, y nos encuentran con el ánimo bajo. Demasiadas veces oímos quejas, lamentos, flaquezas,… excusas en fin, para explicar -que no justificar- el motivo de nuestra falta de asistencia cada vez mayor a nuestro compromiso como adoradores. Sobre eso, vienen ahora a ponernos desde fuera dificultades y límites, hasta el punto que ha habido que dejar de celebrar las vigilias en muchas partes de España.

     Crece en nosotros el sentimiento de evocar otros tiempos más gozosos, en los que el día de la vigilia era el más esperado de todo el mes. El reencuentro, primero, con los amigos adoradores y tras éstos, con el Señor en la Eucaristía, para “tratar de amistad con Él, pues sabemos que nos ama”. Y hoy el alma se arruga, y el espíritu se acongoja. Echamos de menos aquellas vigilias, aquellos tiempos y parece que el mundo es una losa que nos oprime y nos quiere asfixiar.

     “¿Por qué te acongojas, alma mía?” Dios es fiel y es rico en misericordia. Siempre hay una salida y no hay lugar para la desesperanza, pues Él, el Todopoderoso, nos ama. Hemos de meditar esta verdad hoy, más que nunca, delante del sagrario y pedir con Fe, con Esperanza y con todo el Amor del que seamos capaces, que nos mantenga a nosotros fieles a la vocación que un día recibimos y todavía la tenemos […]

     Los adoradores, en nuestras vigilias, no vamos por libre, individualmente, sino que somos una porción de Iglesia que nos juntamos para orar y adorar a Cristo Eucaristía en “representación de toda la humanidad y en nombre de toda la Iglesia”. La Adoración Nocturna Española nos ofrece el marco donde realizar esa misión, en forma de vigilia, que hemos de llevar a cabo con el mayor respeto y pulcritud, tratando de mantener las formas interiores y exteriores. Creo que hemos hablado demasiadas veces de lo que es esencial frente a lo accesorio en nuestras vigilias, tal vez con la intención de algunos de recortar el tiempo o acomodar la estructura de la vigilia al gusto suyo. No debemos hacerlo. Hemos de procurar, por todos los medios, mantener nuestras vigilias en su esencial totalidad y estructura. Pero no pretendo ahora abundar en esto que ya hemos tratado otras veces. Ahora tenemos externamente una fuerte presión que nos obliga a hacer lo que no queremos y no nos permite hacer lo que deberíamos. Bien. No es posible la rebeldía. No vamos a dar esa batalla, pero lo que sí podemos y debemos hacer es mantenernos unidos como porción de Iglesia y “adorar en espíritu y en verdad”. Juntémonos los adoradores en la iglesia donde adoramos habitualmente, celebremos la Santa Misa, expongamos al Señor en la custodia, adorémosle en silencio, pidámosle volver a aquellos tiempos de los “cantos de júbilo y alabanza”, recemos juntos con nuestro ritual,… hagamos lo que podamos hacer para mantener nuestro espíritu de adoradores, aunque sea de 7 a 10, y no le podamos llamar vigilia. Pidamos y pidamos con esperanza volver pronto a alabar al Señor “Salud de nuestro rostro, Dios nuestro”. Que no se enfríe nuestro espíritu.

     Que el Señor, que se hizo hombre y nació en Belén para quedarse entre nosotros, os bendiga a todos y a vuestras familias.

 

José Luis González Aullón Presidente nacional A.N.E.

                           Lampara del Santuario – Enero 2021


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