«LA PIEDRA DESECHADA ES
AHORA LA PIEDRA ANGULAR»
En esta
parábola san Mateo nos narra la pasión de Cristo contada por Jesús. Es
proclamada en Cuaresma. Es una llamada del amor de Cristo a su viña y nuestra
falta de respuesta ante tanto amor derramado.
Jesús habla del amor a su viña. De sus cuidados, de
sus desvelos. Es un Amor incondicional.
No hay duda de que esa viña es el pueblo de Israel, la Iglesia, el corazón
humano. Todos son desvelos. Esta detrás el texto de Isaías 5. Y es un drama siempre actual ante la falta de
respuesta y de desamor por parte de los que tienen el deber de cuidar a su
viña.
Las
respuestas son desconcertantes. Increíbles. Un desprecio ante un Amo que solo
quiere el fruto de su viña. A todos los enviados del Padre le rechazan,
apedrean, no hacen caso, les maltratan. Es una respuesta que nos parece
imposible por parte de los siervos, ante todos los cuidados del Amo.
Cuando
envía el Padre a su Hijo le sacan fuera de la viña, narra con precisión la
pasión y lo matan fuera de los muros. Han cometido un error garrafal. La viña es nuestra y hacemos con ella lo que nos da la
gana. Es como si sacaran lo peor de sí mismos, su
profundo egoísmo, cerrados a la gracia de su corazón bueno. Es la frustración
de la conversión por cerrarse a que la viña de fruto abundante. El Señor nos recuerda al final la responsabilidad de
dar fruto nuestra viña.
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Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
Primado de España
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