Santiago, Patrón de España
… El calendario litúrgico nos
presenta la fiesta solemne de Santiago apóstol, patrono de España, el día 25 de julio. Al ser día laborable, a muchos
puede pasarles desapercibido. Sin embargo, es día de
precepto de oír Misa y descanso laboral, del que están
dispensados los que no tengan más remedio que ir al trabajo. Busquemos en el
día o en su víspera acudir a la Santa Misa para honrar al Patrono de España, bajo cuyo patrocinio se ha
difundido la fe cristiana y se ha mantenido hasta el día de hoy en nuestro
suelo, a pesar de tantas dificultades a lo largo de
los siglos. También hoy, España necesita el patrocinio del apóstol Santiago.
Según la piadosa tradición, él predicó en las tierras de España el Evangelio de
Cristo y fue
visitado por la Virgen en Zaragoza para consolarle en sus fatigas apostólicas,
dejándole el regalo firme de su Pilar bendito.
La invocación constante del apóstol
Santiago ha mantenido la fe en España y la ha llevado hasta los pueblos de
Latinoamérica, donde es invocado en muchos lugares como glorioso Patrón. El
hecho de vivir en un Estado aconfesional no significa que renunciemos a
nuestras raíces cristianas, y entre éstas se encuentra el patrocinio poderoso
de Santiago el Mayor, que fue degollado en tiempos del rey Herodes por su
fidelidad a Jesucristo. Hoy quizá más que nunca necesitamos esta valiosa
intercesión del Amigo del Señor, testigo de los momentos más íntimos
de la vida de Jesús, como fueron la
transfiguración en el monte Tabor o la angustiosa oración de Getsemani. También hoy necesitamos
recordar el testimonio valiente de su martirio, para no arrugarnos ante la
urgente tarea de la evangelización.
Amigo del Señor, misionero infatigable,
testigo de un amor hasta derramar su sangre. En Santiago apóstol encontramos el
modelo de discípulo misionero que necesita hoy la Iglesia para anunciar el gozo
y la alegría del Evangelio. El camino de Santiago, camino hasta el sepulcro del
apóstol en Compostela, se ha convertido en una parábola permanente de la vida
humana, que camina al encuentro del Señor…
El verano se convierte así
en tiempo de encuentro, de formación, de evangelización. Que quienes puedan disfrutar de vacaciones las
empleen para estos encuentros o actividades similares, de manera que podamos
afrontar el futuro, el próximo curso, con ánimo renovado.
Recibid
mi afecto y me bendición:
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