«El confesionario será la
Puerta Santa del alma»
Francisco busca que el Jubileo del año
2016 sobre la Misericordia sirva para que toda persona pueda realizar una
experiencia única, la experiencia de que Dios me perdona de todos mis pecados.
Así lo explica monseñor Krzysztof Nykiel, regente de la Penitenciaría
Apostólica, el organismo más antiguo de la Curia romana y el primero de sus
tribunales. A este tribunal le corresponde dirimir aquellas cuestiones de
conciencia que están reservadas directamente al Papa, así como la concesión y
el uso de las indulgencias.
«El Papa afirma que el Jubileo
será un año propicio para redescubrir la centralidad del sacramento de la
Confesión, en la
vida de la Iglesia», explica el sacerdote. «Quien quiera experimentar la alegría de
sentirse acogido y amado por Dios, tendrá que acercarse al confesionario, pues
es principalmente a través de este sacramento como Dios se manifiesta al hombre
como Padre, que no se cansa nunca de perdonar ni salvar».
«Por esto, el
confesionario, durante el Año Santo, será la puerta santa del alma. Así como
los peregrinos de todo el mundo que llegarán a Roma para alcanzar la indulgencia
plenaria tendrán que pasar por la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, así el fiel, para obtener la absolución de los pecados y
experimentar la alegría del perdón de Dios, tendrá que pasar por las puertas
del confesionario. De este
modo, la celebración del sacramento se convertirá también en lugar en el que se
aprende, se descubre y se vive en el propio pellejo la grandeza del amor de
Dios que sacude nuestro corazón del horror y del peso del pecado, lo hace
consciente y lo guía hacia la alegría del Evangelio». Y añade: «El sacramento de la Reconciliación alcanza así un significado de
fe existencial, pues queda totalmente integrado en la vida cotidiana del
creyente».
Monseñor Nykiel concluye resaltando la
grave responsabilidad de los sacerdotes al impartir el sacramento de la
Reconciliación, pues, según pide el Papa, deben favorecer el encuentro con
Dios, en particular a aquellos que se sienten más alejados de la Iglesia.
«Tienen que ser manantiales de misericordia, en los que todo cristiano pueda
alcanzar, en cualquier momento, el perdón y la salvación»
Monseñor Krzysztof Nykiel, - Alfa
y Omega abril de 2015
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