MAYO: DESDE EL CUARTO DE GUARDIA
Alabado sea el
Santísimo Sacramento del Altar
LA ADORACIÓN
NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS
1º marco para esta noche de mayo.
Pasar la
vigilia en presencia de Dios. Dios está aquí No venimos a estar en el templo, ni
ante los altares ni ante los retablos, Los adoradores nocturnos –hombres y
mujeres- venimos a estar con nuestro Dios y Señor. Una gran poetisa católica lo
expresó así:
Enséñame a callar de veras, hacia dentro
a asomarme al vacío donde pueda escucharte.
A despojarme pronto de esta envoltura inerte
que me oculta y te esconde en una red sin fin
de inútiles palabras….
Enséñame a callar y a entenderte en lo hondo
y que nazca tu luz, Señor, en mi silencio.
a asomarme al vacío donde pueda escucharte.
A despojarme pronto de esta envoltura inerte
que me oculta y te esconde en una red sin fin
de inútiles palabras….
Enséñame a callar y a entenderte en lo hondo
y que nazca tu luz, Señor, en mi silencio.
(ERNESTINA DE CHAMPOURCIN, Presencia a oscuras)
2º una oración jaculatoria al
espíritu santo, para que nos encienda en amores.
Nada podemos nosotros. Pero el
Señor Jesús nos anunció: “el Paráclito, el Espíritu Santo, a quien el Padre
enviará en mi nombre, hará que recordéis lo que yo os he enseñado y os lo
explicará todo” ( Jn14,
25). Pidámoselo
confiados:
Accende lumen sensibus,
infunde amorem cordibus, infirma nostri corporis, virtute firmans perpeti. |
Enciende con tu luz nuestros sentidos,
infunde tu amor en nuestros corazones y con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra frágil carne. |
3º un texto de un santo o de la iglesia que
nos inicie en la oración meditativa.
Hoy os
propongo para vuestra lectura meditativa dos textos refundidos
en uno de SAN RAFAEL ARNÁIZ, extraídos de sus Obras completas. El primero
gira en torno a la idea central “Fuera de Dios, nada hay” y al
medio para encontrarlo: el silencio, “ese silencio que rumia amores y esperanzas”. “El
silencio del que quiere mucho, mucho y no sabe qué decir, ni qué pensar, ni qué
desear, ni qué hacer. Sólo Dios allá adentro, muy calladito,… esperando.”
La Adoración
nocturna es mucho más que cumplir un compromiso personal piadoso. El adorador
necesita como requisito en su vida interior haber descubierto que Dios
constituye el centro de su vida. El teresiano “sólo Dios basta” cultivado en
encuentros personales de amistad. Toda la vigilia es un encuentro privado con el Señor. El amor
hacia Él debe estar aun cuando recitemos en coro los salmos u otras oraciones.
Pronunciamos palabras pero si nos mueve el amor y no nos distraemos sino que
estamos en lo que decimos, qué curioso, es un modo de silencio. Cuánto más en
la media hora de meditación silenciosa. Si no se nos ocurren ideas, dedica tu
silencio a quererle. Mírale, sabiendo que Él te mira.”
El segundo texto es una comparación con el ciervo
sediento. Nuestro Dios se ha encarnado, Cristo colma nuestros
anhelos y nuestra sed.
De las Obras completas de San Rafael Arnaiz.
“Dios y
siempre Dios; ni el corazón acaba de hartarse ni el alma encuentra
sosiego fuera de Dios.
Nada te
dicen los hombres; nada encuentras en los libros, sólo en el silencio de todo y
de todos. En ese silencio que ni el pensamiento se atreve
a turbar, en ese silencio que rumia amores y esperanzas, solamente ahí se
puede vivir.
Fuera, todo
es ruido, barullo. Fuera de Dios, nada hay. La
paz sólo está en Dios y Dios vive en el alma de sus amigos y mientras no
busquemos a Dios en el silencio y la oración, mientras no nos estemos quietos…,
no hallaremos paz ni encontraremos a Dios.
Solamente en
el silencio se puede vivir pero no en el silencio de palabras y de obras…, no; es otra
cosa muy difícil de explicar. Es el silencio del que quiere mucho, mucho y no sabe
qué decir, ni qué pensar, ni qué desear, ni qué hacer. Sólo
Dios allá adentro, muy calladito,… esperando.
Pobre alma
que sufres; ¿buscas descanso? En nada ni en nadie lo hallarás. Cállate un
poquito, busca un sitio de tu alma, muy oculto, muy silencioso y en él pon un
poco de amor a Jesús; y ya verás; ni penas ni alegrías turbarán tu paz y aun
la espera se hará dulce. ¿Por qué he de perderme en vanas palabras que
nada pueden decir?
Todo,
todo se arregla mirando a Jesús…
El ciervo
con sed es el animal acosado por los cazadores. Su sed le viene de su
continuo correr por los montes, los riscos y las breñas. Busca con locura la
fuente escondida donde sabe, hallará descanso a su fatiga y el agua que
templará sus ardores. El ciervo sediento es ciervo que huye…
El alma
con ansias del cielo es alma que ve sus flaquezas; el hombre que busca la
fuente de Cristo es que está sediento, y la sed es de hombres y no de
ángeles.
Bien sabe
el Señor que, cuando más débil me siento, cuando más lucho con la materia
que tira hacia abajo, cuando el corazón se ve sujeto a tantas cosas y mi alma
sufre con un dolor más humano que divino, entonces es
cuando arrodillado delante del Sagrario y en silencio de la noche, gimo y lloro
como el ciervo sediento.
Entonces es
cuando veo que sólo en Cristo se haya descanso. Entonces notamos que el amor
que le tenemos es débil y flojo, es la centellica que apenas llamea. Vemos
nuestra nada y nuestra pequeñez, y que lo que no es mentira ni engaño, lo
que es amor verdadero y felicidad perfecta, Lo que únicamente
puede apagar nuestra sed... Cristo.”
Preguntas para el
diálogo y la meditación.
■ Cuando recitamos los salmos, por
ejemplo, ¿qué debemos acallar para que nuestra oración se convierta en
encuentro de alabanza y amistad con el Señor?
■ ¿Por qué Don Luis de Trelles recomendaba a sus
consocios, como llamaba a los adoradores, a contemplar a Cristo en la
Eucaristía como se representa en la imagen del Corazón de Jesús, mostrando sus
llagas y su corazón traspasado? ¿No será porque nos ayuda a descubrir, que en
la Adoración Nocturna no venimos a soltar rezos y ya está, sino a amar a quien
nos ama con locura?
■ El barullo nos ensordece, el mundo nos ofrece mil
deleites que no colman nuestra sed, ¿No será que sólo en Cristo se esclarece el
misterio del hombre?
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