Sábado santo, segundo día del triduo
El significado del día está puesto de relieve por la
presentación que el misal hace del mismo. La iglesia, dice, durante el sábado santo permanece junto al
sepulcro del Señor meditando su pasión. El gran sábado de la liturgia
bizantina está envuelto en los mismos sentimientos.
Lo más probable es que el ayuno fuera la única forma
de celebración primitiva. Por lo menos la tradición ha visto siempre este
sábado como un día alitúrgico, es decir, en el que la iglesia se abstiene de la
celebración eucarística. Por ello el altar queda desnudo.
El sábado, como día de oración y reposo, encuentra en
la oración de las horas su única celebración. Tiene un marcado acento de una
celebración pública del oficio de lecturas con asistencia del pueblo 'En este
oficio de lecturas, de acuerdo con el gran silencio y reposo del Señor —según
la antigua homilía que en él se lee—, pregustamos la salvación universal
anunciada a los justos del ANTIGUO TESTAMENTO: "Dios hecho hombre se ha
dormido y ha despertado a los que dormían desde hace siglos..., ha puesto en
movimiento a la región de los muertos", en el misterioso encuentro
con los que se hallaban en dicha prisión (1 Pe
3,19). En el oficio la iglesia confía participar del reposo
y triunfo del Señor. En las vísperas, celebradas pocas horas antes de la
vigilia pascual, domina esta esperanza ante la inminencia de la resurrección.
Joan
Bellavista
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