IDEAS PARA
"REAVIVAR LA FE" A TRAVÉS DE LA MISA
1.- Ir a comulgar.- "La procesión debe ser lenta para
permitir el acto de reverencia personal, inclinación profunda o
genuflexión, al cuerpo del Señor. Mientras se administra la Comunión,
permanecemos de rodillas en señal de adoración; nos podemos sentar una vez
que el sacramento es repuesto de nuevo en el tabernáculo".
2.- ¿Se puede de rodillas?- Según la Congregación para el Culto Divino, "la
práctica de arrodillarse para recibir la comunión tiene de su parte una
tradición de siglos e indica un signo de adoración. El hecho de que el fiel
esté de rodillas no constituye motivo para negarle la comunión. El
sacerdote que la niega comete un abuso pastoral".
3.- Los fragmentos.- "De la gran reverencia hacia el Sacramento viene la precaución de
la utilización del platillo o del purificatorio, como los bizantinos, en la
distribución de la Comunión, para evitar que la sagrada Hostia, o algún
fragmento de la misma, caiga. Jesús está realmente presente también en
los fragmentos de la Hostia".
4.- Cuidado con la creatividad.- Del mismo modo que el sacerdote "no dice cosas
de su coleto, no inventa una doctrina propia, del mismo modo no puede hacer o
inventar Liturgias, porque engañaría y llevaría a la idolatría. Cuando rezo o
celebro la Misa, tengo que acordarme de que repito las palabras de
Otro, soy colaborador de una obra que me precede y me supera".
5.- Canciones.- "Hemos asistido a la desaparición del repertorio musical en favor
de canciones derivadas de la cultura secular, incompatibles claramente con
el Evangelio. Se cede a la música ligera -tal vez con la ilusión de atraer
a los jóvenes-, en la que prevalecen el ritmo, la zalamería de las palabras,
incluso la utopía y la horizontalidad mundanas".
6.- Confesionarios durante la misa.- "Hay que garantizar, sobre todo, la reserva.
Muchos fieles admiten que no se confiesan porque ya no están protegidos
por la discreción de la rejilla. Además, la experiencia demuestra
que al quitar los confesionarios de la vista de los fieles en la nave, donde
estaban situados en las iglesias tradicionales, disminuye la idea de
confesarse".
7.- ¿Dónde está el Santísimo?- "En el postconcilio, del demonio parece haberse
ensañado con el Tabernáculo -como es obvio-, desarrollando un conflicto que no
parece acabarse: en muchas iglesias el Tabernáculo es colocado en
lugares de poca importancia o separados, que no son fáciles de encontrar, o
se antepone a él la sede del celebrante que, de esta manera, le da la espalda,
algo verdaderamente grave. Así los fieles, al entrar en la iglesia, no se dan
cuenta de la presencia del Santísimo Sacramento y no se detienen en
adoración".
8.- Sin devoción no hay participación.- "La desaparición de los gestos de adoración,
el final del silencio en la iglesia y la exhibición de los llamados actores han
llevado a los fieles a ser simples espectadores y la Liturgia ha decaído hasta
ser un espectáculo en el que se exhiben sacerdotes y ministros, nada que ver
con lo que ocurría antes del Concilio, con el agravante de que, si antes los
fieles contemplaban en silencio el misterio, ahora lo observan divertidos o
aburridos. Sin devoción no hay participación plena. En la Liturgia hay que
participar con los cinco sentidos y hay que dejarse cautivar por algo que viene
de lo más profundo y de la eternidad. No se trata de una conferencia en la que
tienes que entenderlo todo. Comprender la realidad de la Liturgia no es
lo mismo que comprender las palabras".
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