ENERO: Eucaristía y Doctrina Social de la Iglesia
Puede que
algunos piensen ¿qué tiene que ver la Eucaristía y la adoración con esta
temática de la Doctrina Social? Trataremos de dar una respuesta a esta pregunta
a lo largo de los temas de reflexión de este curso pastoral.
Humanismo integral y solidario (1)
Lo
cierto es que todo parte
de las palabras de Cristo en la institución del Sacramento, que recordamos en cada Misa: haced esto en
conmemoración mía. La
Eucaristía es el memorial del
Señor, es decir, su
presencia viva y operante entre
nosotros hasta que Él vuelva. Pero la Eucaristía no se termina con la
milagrosa transformación del pan y del vino en Cristo completo, vivo y
verdadero. La Eucaristía prosigue su
dinamismo milagroso y transformante en nosotros mediante la comunión, -tomad y comed… tomad y bebed-. Sí, hasta hacer de nosotros Cristo. De modo que lo que las Sagradas Especies operan
en nosotros desde la comunión, y gracias a la adoración se consuma, luego se
haga también realidad, en la Sociedad y en todas las llamadas “realidades
humanas”, gracias a la vida y la acción de cada cristiano y de la entera
Iglesia.
Así se puede afirmar que el
mandato -haced esto en
conmemoración mía- no se agota en la acción litúrgico-sacramental ni en la
simple cooperación de cada uno en su propia santificación (cristificación /eucaristización), ha de llegar a la realización de
la consagración de todas las
realidades creadas. Sólo
desde esta perspectiva se entiende el profundo enraizamiento eucarístico
del sacerdocio regio o común de
todos los bautizados. Sólo desde esta perspectiva se descubre la íntima
trabazón entre sacerdocio común y ministerial. Sólo así se conjura todo riesgo
de ritualismo o cosificación de la celebración eucarística.
Como Cristo es el principio de
transformación del universo, desde
su Encarnación y Misterio Pascual (muerte/resurrección/-glorificación), la Eucaristía y la Iglesia,
íntimamente entrelazadas, son en cada
momento y lugar de la historia humana los catalizadores de
ese dinamismo que recapitula todo en Cristo, que hace nuevas todas las cosas.
La
Doctrina Social de la Iglesia recopila orgánicamente los principios morales
cristianos que brotan de la misma vida y persona de Jesucristo y que se
orientan a canalizar la acción personal y comunitaria de los miembros de la
Iglesia, en orden a que la vida de Cristo y su dinamismo transformante vayan
operando la transformación de todo hasta la consumación de los tiempos. En la
medida que la Teología Moral cristiana, en la que se integra esta Doctrina
Social, se fundamenta en Cristo en su Misterio Pascual y en su realización
sacramental mediante la Iglesia, la Teología sobre la Eucaristía (Liturgia-Sacramentología-Eucaristía), el hombre (antropología) y la Iglesia (eclesiología) se muestran
más integradas y como el nervio de esa misma teología moral, evitando caer en
una ética puramente inmanente (de tejas para abajo) y fácilmente víctima del relativismo y el positivismo (una ética
puramente de consenso y sin bases objetivas).
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia
(2004), que será nuestro “texto de referencia” en este curso, pone estos
fundamentos en su “introducción” (nn. 1-19). Insistiendo en que en la base
de la Doctrina Social de la Iglesia está el proyecto creador-redentor de Dios,
la verdad plena del hombre. De ella emergen una serie de líneas
fundamentales que recorren toda esta enseñanza: solidaridad, respeto y amor.
Este
modo de aproximarnos a la Eucaristía, celebrada, comulgada y adorada, nos ayuda
a integrar en torno a la doctrina tradicional e inmutable de la transubstanciación, los aspectos
aceptables de ciertas explicaciones del Misterio Eucarístico modernas que se
fijaban en su dimensión personal o eclesial (transignificación) o en su dimensión político-social (transocialización). Ellas solas se muestran insuficientes y privadas de fundamento
sobrenatural, pero integradas en la tradición cristiana ayudan a que la fe
verdadera sobre el Sacramento no se quede encerrada en un puro ritualismo o
pietismo. Cristo, la Eucaristía, es la fuerza llamada a llevar la creación
entera a su plenitud. Un auténtico y actualizado big band (gran explosión).
Preguntas para el diálogo y la meditación.
■ ¿Comprendes
tu participación en la Eucaristía como un injertarte en Cristo y en su obra
salvadora?
■ ¿Evitamos en nuestros ambientes eclesiales tanto el peligro de una
relación con la eucaristía pietista y ritualista, como el de una acción y
compromiso cristiano, social y político, totalmente independiente del Misterio
Eucarístico?
■ ¿Somos conscientes de la necesidad de una formación teológica (Catecismo
de la Iglesia Católica) y moral (Compendio de la Doctrina Social
de la Iglesia) para vivir como verdaderos cristianos y adoradores?
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