RECIBIRÉIS EL ESPÍRITU SANTO
La fiesta de Pentecostés viene a rematar
la acción redentora de Cristo y llevarla a cumplimiento. Cincuenta días después
de su Resurrección y a los diez días de haber ascendido al cielo, Jesús cumple
su promesa: nos envía el Espíritu Santo desde el seno del
Padre para que nos acompañe como abogado en
nuestro peregrinar hasta el cielo y en la transformación del mundo presente.
La vida cristiana no es una imitación
externa de un modelo superhombre, Jesucristo, y por tanto algo inalcanzable. La
vida cristiana es la vida de Dios en nosotros y Dios quiere vivir su vida en
todas y cada una de las personas que vienen a este mundo. Dios quiere poner su
morada en nuestro corazón e ir construyendo desde dentro una personalidad
nueva. El bautismo nos sumerge en la vida de Cristo y nos hace renacer con Él a
otra vida, la de hijos de Dios. Y todo ello es obra del Espíritu Santo en
nuestras almas. Por tanto, la vida cristiana no surge ni se sostiene de un
voluntarismo, de una decisión humana, sino de un proyecto de Dios, si le
dejamos que se cumpla en nosotros.
El Espíritu Santo nos sitúa en la gracia de Dios. “Estar en gracia de Dios” es tener en el alma la
presencia de Dios por inhabitación de las Personas divinas. Y junto a la
gracia, las virtudes y los dones. Todas las virtudes tienen su centro y su
motor en el amor, en el amor de Dios que nos ama y en el amor que genera en
nosotros ese amor (ágape, caritas). Dios es amor. El Espíritu Santo es el amor personal
de Dios, que abraza en amor al Padre y al Hijo, y que ha sido derramado en
nuestros corazones, encendiendo en nosotros el mismo amor de Dios.
El Espíritu
Santo reproduce en nosotros las mismas actitudes de Cristo. La vida cristiana es la vida según el Espíritu Santo,
movidos por él. La fe, la esperanza y la caridad son virtudes principales, que
mueven todas las demás. Y junto a las virtudes, los dones: sabiduría,
entendimiento, consejo, ciencia, fortaleza, piedad y temor de Dios. Y la acción
perfecta del Espíritu produce en nosotros los frutos del Espíritu: caridad,
alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, mansedumbre, fidelidad, modestia,
continencia, castidad (Gal 5,22).
El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia, es quien
la conduce por los caminos de la historia según los
planes de Dios. Así aparece en los Hechos de los Apóstoles, en aquella primera
comunidad. Y así continúa siendo a lo largo de la historia. La Iglesia, que ha
pasado por todo tipo de avatares prósperos y adversos, continúa con una
frescura siempre nueva sirviendo al mundo el Evangelio de Jesucristo. Ahí
tenemos a los santos de todos los tiempos, también los de nuestra época, que
son grandes bienhechores de la humanidad y son elocuentes testimonios de amor a
Dios, movidos por el Espíritu Santo. Las dificultades no hunden a la Iglesia,
sino que la renuevan. Las persecuciones la restauran y siempre son ocasión de
un amor más grande.
La fiesta de Pentecostés es ocasión propicia para
tomar conciencia de pertenencia a una familia en la que todos
tenemos una misión encomendada, para
el servicio común del Cuerpo de Cristo. Pero en esta fiesta queda subrayada la
acción apostólica de los laicos en el mundo. El mandato misionero de Cristo: “Id a todas las gentes
y anunciadles el Evangelio”,
adquiere en Pentecostés todo su vigor. El fiel cristiano seglar, laico en el
mundo, tiene la preciosa misión de hacer visible a Jesucristo y su Evangelio en el mundo
en el que vive, con el reto permanente
de transformar este mundo en un mundo más parecido al proyecto de Dios, en un mundo más justo y más fraterno, en un mundo en
que los más débiles no son descartados, en un mundo en el que se respeta la
creación porque es regalo de Dios para los hombres.
Pentecostés es el día de la Acción
Católica y del Apostolado Seglar, porque el Espíritu Santo, que viene
continuamente a su Iglesia, quiere suscitar testigos valientes en medio de las
plazas de la civilización del amor, de la vida según el Espíritu.
Recibid mi afecto y mi
bendición:
+
Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario