EL PAPA RECOMIENDA UNA PRÁCTICA «ANTIGUA PERO
BUENA»: EL EXAMEN DE CONCIENCIA DIARIO
En la
homilía matinal en la misa diaria de la residencia Santa Marta este viernes 10
de octubre, el Papa ha recomendado la
práctica "antigua pero muy buena" del
examen de conciencia.
El
Evangelio del día hablaba del diablo que tienta al hombre sin cesar. "El
diablo tiene paciencia", avisó el Papa Francisco. "Después de las
tentaciones en el desierto, cuando Jesús fue tentado por el diablo, en la versión de Lucas dice que el diablo lo dejó por
un tiempo, pero después volvió y lo puso a prueba, tendiéndole trampas en la Pasión, incluso en la
Cruz". "Si Tú eres el Hijo de Dios, ven, ven con nosotros, para
que podamos creer en eso", predicó Francisco que tentaba el Maligno.
"Debemos cuidar
nuestro corazón, donde mora el Espíritu Santo", dijo el Papa, pidiendo
evitar que en el corazón entren otros "espíritus". Pidió "proteger
el corazón, ya que tiene la llave de la casa". Un corazón no vigilado
corre peligro. "Mi corazón entonces se convierte en una plaza, donde todos
vienen y van. Un corazón sin intimidad, un corazón donde el Señor no puede
hablar, y no puede ser escuchado."
Jesús
también dice ("a mí me parece un poco extraño", comenta el Papa)
"el que conmigo no recoge, desparrama´. "Él usa la palabra ´recoger´. Tener un corazón
que se recoge, un corazón en el que
sabemos lo que pasa, y aquí y allí se puede realizar la práctica de gran parte de la Iglesia, antigua pero
buena: el examen de conciencia. Por la noche, antes de finalizar el día, nos
quedamos solos y la pregunta es: ¿qué ha pasado hoy en mi corazón? ¿Qué es el
éxito? ¿Qué cosas han pasado en mi corazón? Si no lo hacemos, no sabremos
vigilar ni custodiar de verdad".
El examen de conciencia, añadió el Papa, "es una gracia, porque proteger
nuestro corazón es mantener el Espíritu Santo, que está dentro de
nosotros". "Sabemos que Jesús habla claramente y los diablos huyen.
También al final de la vida Jesús nos da ejemplo. Para no dejar entrar a los
demonios, debemos ser capaces de recogernos, es decir, estar en silencio, con
nosotros y ante Dios, y al final del día preguntar: ¿Qué ha pasado hoy
en mi corazón? ¿Ha entrado alguien que no conozco? ¿La llave está puesta? Y
esto nos ayudará a defendernos de muchos males, incluso aquellos que nosotros
podemos hacer, si entran esos demonios tan astutos que nos pueden engañar a
todos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario