¿Qué tal el ayuno y la abstinencia
de los malos pensamientos?
Al hablar de Cuaresma muchos se acuerdan del ayuno
y la abstinencia. Creen que, por reducir un poco los alimentos del Miércoles de
Ceniza y el Viernes Santo, y porque los viernes en lugar de comer carne toman
pescado, ya son penitentes.
La
verdad es que hacer eso no cuesta gran cosa; pero, ¿qué tal el ayunó y la
abstinencia de los malos pensamientos, el ayuno de las malas palabras y las malas acciones? Eso ya es otra cosa, que cuesta inmensamente más.
Y se
trata de seguir esta rigurosa dieta más que la de los alimentos.
Ayunar
de los malos pensamientos. Cuantas
malas ideas circulan con semáforo verde por la vía pública de nuestro cerebro, como son: las etiquetas que les ponemos a los demás, la pornografía,
las intenciones malévolas, esos resentimientos largamente alimentados, etc.
Ayunar
de las palabras malas.
Un buen porcentaje de nuestra mercancía verbal es
de muy mala calidad. Las murmuraciones, las críticas son un manjar envenenado con el que se alimentan
muchas personas. El que no critica a su prójimo es una maravilla del universo;
y estas maravillas se dan muy poco. Lo normal es criticar, murmurar, comerse al
prójimo. Se critica todo y a todos con desvergüenza.
En una
ocasión encontré a una persona que me pidió sinceramente un consejo: ¿que podía
hacer para erradicar su hábito de murmurar?. Le aconseje que rezara un avemaría
cada vez que se le escapara una crítica. Tomó el consejo muy en serió, y el resultado
fue que el primer día tuvo que rezar casi tres rosarios completos. Luego, poco
a poco, fueron disminuyendo las avemarías, hasta que no tuvo que rezar ninguna,
porque había vencido el habito de murmurar. El consejo es válido, y el que
desee dejar de ser un murmurador, puede intentarlo.
Podemos
intentar también el ayunó de palabras sonoras, chistes de doble sentido, etc. Hay mucho de que ayunar, por ejempló, de las malas acciones. Ayuna de
verdad el que deja de cometer maldades. Ayunar de las bebidas alcohólicas; ayunar del robó, las injusticias, fraudes, peleas, adulterios, infidelidades; ayunar de
películas pornográficas, de envidias, malos deseos contra los demás y tantas cosas
más.
Si
durante este ayunó y abstinencia del mal, se toma una dieta abundante de
caridad con el prójimo, de sacramentos, de renovación espiritual, de buenas obras,
entonces tendrá sentido la Cuaresma. De
lo contrario, será una comedia aquello de correr a la Iglesia a que me pongan
ceniza o asistir a los Oficios. Algunos están
seguros de que ya se les borraron sus maldades, porque les impusieron la
ceniza; como si fuera así de fácil. Más bien, el ir a recibir ceniza significa comprometerse
a hacer ayunó y abstinencia de alguna de aquellas cosas malas que se dan en mi
vida. ¿En qué va a consistir mi ayuno y
abstinencia durante esta Cuaresma?
del Padre Mariano de Blas
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