«BIENAVENTURADOS… VUESTRA RECOMPENSA SERÁ GRANDE EN EL CIELO»
En la versión de Lucas se habla de cuatro
Bienaventuranzas y de cuatro malaventuranzas, mientras que Mt 5 habla de ocho
bienaventuranzas.
Nitzche
decía que las bienaventuranzas de Jesús han pervertido a la humanidad. ! Como
se puede llamar felices a los pobres, a los que lloran, a los perseguidos por
causa de la justicia! Habría que llamar dichosos a los ricos, a los que ríen
porque no les falta de nada, a los que les va todo bien en la vida.
Jesús
nos presenta el Corazón del Reino, su mismo Corazón
para vivir con sus sentimientos.
Es necesario intuir que lo que reflejan
las bienaventuranzas es el Corazón herido de Amor de Jesús y lo que reflejan
las malaventuranzas es el corazón humano herido por el pecado, el egoísmo y la
soberbia. Hay que elegir de que parte esta nuestra vida. Si queremos vivir
unidos y con los sentimientos del Corazón ilimitadamente bueno de Jesús que
refleja su santidad.
La felicidad que nos promete Jesús es un
amor fiel a los proyectos de su Corazón. Cuando se elige el camino de la
mundanidad del que tanto habla el papa Francisco siempre tiene el perfume de la
tristeza y la decepción.
Tenemos
que saber que nuestro corazón es el lugar de lucha entre el bien y el mal y es
mucho lo que nos jugamos. Apostar por las bienaventuranzas es siempre acertar
con el camino de la santidad, aunque cueste. Seguir el camino de la mundanidad
es tener vivacidad pero no vida abundante.
Es como si sacamos al pez fuera del agua
que da botes y salta porque se muere. Sin embargo dentro del agua vive feliz,
sin dar saltos de vivacidad pero vive en la alegría y la paz de Dios y de sus
promesas del Reino.
+ Francisco Cerro Chaves - Obispo de Coria-Cáceres
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