Con
este vídeo quiero felicitaros a todos en este momento esencial de la vida de la
Iglesia. La Navidad que se acerca es una celebración de gran alegría, también
externa, pero sobre todo es un evento religioso para el que es necesario
una preparación espiritual. Para preparar y
celebrar la Navidad el Papa Francisco, por tarto, ha pedido hacer un
examen de conciencia y abandonar la “búsqueda del éxito a toda costa”, del
“poder en detrimento de los más débiles”, de la riqueza y del “placer a
cualquier precio”. “Es necesario
realizar un cambio en nuestra vida, un examen de conciencia para dejar a un
lado el camino lleno de ídolos de este mundo, actitudes propias del diablo como
buscar el éxito a toda costa, buscar el poder en detrimento de los más débiles,
tener sed de la riqueza y buscar el placer a cualquier precio”.
Que Dios se haga hombre tiene que ver con el Reino de Dios y el Reino de los
cielos. El Reino de Dios se extenderá sin fin hasta la vida eterna, pero lo más
impresionante es que el Reino de Dios está aquí presente y que es posible
experimentar desde ahora su potencia espiritual. Curiosamente su criterio y
estilo, vividos en nuestra propia vida, serán el criterio de discernimiento
cuando demos cuenta de ella al final, ante el Señor que se ha hecho hombre para
abrirnos la puerta del cielo.
Es
importante que brille nuestra alegría y se manifieste a los demás. Nuestras
celebraciones, llenas de sencillez y profundidad para vivir la vida cargada de
valores, de deseo de bien, de paz y de servicio, deseosos de compartir con los
necesitados y atentos con los pobres, enfermos y desvalidos, son algo más que
bombillitas led o espumillón barato para decorar una
sala: son un verdadero faro, un foco de luz
ardiente que sintoniza inmediatamente con lo más íntimo del corazón de todos,
al que muestra con naturalidad la belleza de una sociedad iluminada por Dios.
María es la Virgen de la espera y de la esperanza, es
el modelo de la actitud espiritual con el que la Iglesia celebra y vive los
misterios divinos. Con la fiesta de la Inmaculada hemos celebrado el feliz
comienzo de la Iglesia, hermosa, sin mancha ni arruga (Pablo VI, Marialis Cultus 3).
Ella nos anima a prepararnos con actitud vigilante, orando y alabando a Dios.
Que la
Virgen María nos ayude a prepararnos al encuentro con este Amor cada vez más
grande que en la noche de Navidad se ha hecho pequeño, como una semilla caída
en la tierra, la semilla del Reino de Dios. Debemos
pedir su intercesión materna para
la conversión de los corazones y el don de la paz.
+ Rafael Zornoza Boy -
Obispo de Cádiz y Ceuta
(Antes de visualizar el vídeo deje pasar el Himno inserto
al blog)
No hay comentarios:
Publicar un comentario