«¿CON QUÉ PODEMOS COMPARAR EL REINO DE DIOS?»
Cuando
leemos de una manera continuada el Evangelio de Marcos y lo pasamos por el Corazón
de Cristo y el nuestro, descubrimos por el Espíritu Santo maravillas de
maravillas.
En
este domingo Marcos nos presenta parábolas de la verdad de
Jesús y el Reino. Si el domingo pasado
se nos hablaba del diablo el que divide la obra de Dios y su Reino, ahora el evangelista recurre a ejemplos
humildes y sencillos, parábolas que nos enternecen y nos lanzan a una confianza
ilimitada en el Amor de Dios. Se habla
de semilla enterrada y que no se ve, y
que cuando crece de hace espiga y hortaliza, y hasta las aves hacen sus nidos
¿Qué nos sugiere a nosotros,
hombres y mujeres que en este tiempo que nos toca vivir nos invade un pesimismo
de muerte?
Primero la fe confiada que me lleva a vivir
sabiendo que el
Señor sigue actuando y sembrando semillas de esperanza en todos los corazones,
aunque no se vean y parezcan insignificantes y signos pobres.
Por otra parte esas semillas nos indican
que debemos “saber esperar”
como repetía el lema del Hermano Rafael “toda la ciencia consiste en saber
esperar”. Dicen por Castilla, que nunca coincide la siembra, con la cosecha.
Gran sabiduría que podemos olvidar con facilidad. La paciencia forma parte
esencial del que quiera ser de Dios y dar frutos abundantes.
Es también claro que esa semilla crecerá
aunque se tenga que regar con el sudor de nuestra esperanza. A veces impaciente
y como siempre muy influenciada por el deseo de éxito y de ver enseguida los
frutos podemos pensar que no hay nada que hacer.
El Señor nos lanza a confiar en que los
planes de Dios se cumplen, aunque se hagan esperar. No tirar la toalla
pensando cuando llega el invierno y los campos parecen callar y que sólo hay
muerte debajo de una tierra dura, agostada y sin agua, sin embargo pronto
estallará la vida y como sin darnos cuenta la vida se ha hecho realidad, pues
la primavera acaba llegando siempre a nuestras vidas.
Jesús nos sugiere con el Evangelio de
Marcos que lo pequeño, lo sencillo tiene vocación de crecer, de hacerse grande,
de albergar vida, como los pájaros con sus nidos. Son parábolas que los autores
dicen que son la respuesta de Jesús a través del Evangelio de Marcos de los momentos
difíciles en la vida de Cristo que comenzaron en su vida pública donde después
del éxito inicial se va enfriando poco a poco el entusiasmo de la mayoría de
sus seguidores que se cansan pronto de seguirle por los caminos de la vida. Estas
parábolas hablan de lo pequeño, del saber esperar y de que al final vuelve la
vida y que los momentos difíciles se superan confiando en que la semilla
crecerá.
+ Francisco Cerro Chaves - Obispo
de Coria-Cáceres
No hay comentarios:
Publicar un comentario