LEER PARA LA
COMUNIDAD
CADA LECTURA
TIENE UN TONO DIFERENTE
Busquemos por ejemplo, en nuestro Misal,
el primer domingo de Adviento del ciclo B, y fijémonos en las tres lecturas.
* La primera lectura,
del capítulo 63 de Isaías ("!Ojalá
rasgases el cielo y bajases!"), es una oración llena de
angustia y anhelo ante Dios. Una oración en situación de desconcierto, que pide
con confiadamente que Dios actúe.
* El salmo 79 ("Pastor de Israel,
escuchas") es, como la mayoría de los salmos, una
oración en forma de poema.
* La segunda lectura,
del comienzo de la carta a los Corintios ("Aguardáis
la manifestación de Jesucristo"), tiene un tono de
conversación escrita, con palabras de satisfacción y de estímulo.
* El evangelio,
del capítulo 13 de Marcos (Velad"),
es una exhortación vehemente, una llamada de Jesús a sus discípulos que pide
una respuesta decidida.
Ya se ve que la manera como se tiene que
leer cada una de estas lecturas
será diferente.
Es cierto que cada uno de nosotros tiene su propio tono y si queremos cambiarlo
se notará que estarnos haciendo comedia. Pero, dentro de nuestro estilo, sí
que, si hemos entendido bien lo que leemos, se notará la diferencia en la
manera de comunicar cada lectura: la
primera lectura y el salmo los leeremos de forma más pausada y sentida, la
segunda lectura de manera más sencilla y directa, el evangelio de forma más
fuerte y vehemente. Aunque, como hemos dicho anteriormente,
siempre sin hacer comedia.
UN MISAL Y UNA BIBLIA
Cualquier cristiano tendría que tener
estos dos libros en casa, y un
lector más aún.
El primer lugar, el Misal manual, donde se encuentran las lecturas de los domingos y
fiestas. Para poderse preparar lo que tiene que leer, e irse empapando también
de la Palabra de Dios que leemos cada domingo. Aunque aquel domingo no le toque
leer, hará bien si lee en
casa las tres lecturas, para ir adentrándose cada vez más en
el mensaje de la palabra de Dios.
En
segundo lugar, la Biblia. Porque es
un punto de referencia fundamental de la vida cristiana y nos puede ayudar a conocer mejor lo
que leernos. Por ejemplo, a veces nos irá bien leer
las introducciones que hay en cada libro, o las notas a pie de página_
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