Santarém
es una ciudad
perteneciente a Portugal, muy conocida
por el milagro eucarístico acontecido en 1247, que aún en la
actualidad permite ver con claridad la Sagrada Hostia con la Preciosa Sangre de
Nuestro Señor Jesucristo. Por eso dicen que el milagro continúa.
Varios historiadores del siglo XV afirman
haber leído el documento original, hoy desaparecido, en el cual se data el
milagro ocurrido del 16 de febrero de 1247. Otros documentos datan el milagro
en el año 1266, la fecha registrada en la copia comisionada por el rey Alfonso
IV en 1346. La disparidad de fechas puede muy bien deberse al conocido hecho de
que la misma Hostia ha sido causa de innumerables milagros en diferentes años.
El primer milagro
Entre los años 1225 y 1247 vivía una mujer
en Santarém que era muy infeliz pues estaba convencida de que su esposo le era
infiel. Utilizó toda la astucia de la que ella era capaz para atraer a su
esposo, pero no tuvo ningún resultado. Desesperada ante su situación, visitó a una hechicera del pueblo,
la cual le prometió que su esposo volvería a amarla como antes con la condición
de que le llevara como
paga una Hostia Consagrada. Esto atemorizó enormemente a la
mujer, pues sabía que aquello sería un gran sacrilegio, pero finalmente
accedió. Al recibir la
Comunión en su iglesia parroquial de San Esteban, no la consumió
sino que salió de la iglesia inmediatamente, se
sacó la Hostia de la boca y la puso en un nudo de su pañuelo de cabeza. Por el
camino a la casa de la hechicera, la Sagrada Hostia comenzó a sangrar. La
mujer no se dio cuenta de lo que ocurría hasta que se lo comunicaron otros
transeúntes, pensando que era ella la que sangraba. El
pánico estremeció el corazón de la mujer. Se fue a su casa y puso la Hostia,
envuelta todavía en el pañuelo, en el fondo de un baúl
de cedro donde guardaba sus pertenencias en su habitación. Allí se quedó, con
gran temor, todo el día hasta que anocheció. Cuando su esposo llegó a la casa
tarde esa noche, se fueron a dormir, aunque lo más seguro es que ella no
descansara mucho. La culpa de su pecado la atormentaba, y también la duda de
saber si la Hostia continuaba sangrando.
En
la plena oscuridad de aquella habitación, aconteció otro gran milagro. Salieron
del baúl brillantes rayos, haciendo que la pareja se despertase.
Vieron entonces una
espectacular visión de ángeles adorando la Hostia sangrante. La
mujer no pudo más y confesó el gran pecado a su esposo. Los dos se
arrepintieron y pasaron el resto de la noche arrodillados en adoración y reparación
ante la Hostia Milagrosa. Por
la mañana informaron al sacerdote de la parroquia, el cual fue a
la casa y escuchó la historia relatada por la mujer. El sacerdote retornó la Hostia a la
iglesia de San Esteban en solemne procesión, acompañado por muchos del clero y
laicos. La Hostia continuó sangrando por tres días.
Finalmente se decidió ponerla (aun sangrando) en un relicario de cera de abeja.
Allí permaneció la Sagrada Hostia por mucho tiempo hasta que ocurrió un segundo
milagro.
Segundo Milagro, alrededor de 1340.
El
sacerdote encerró la Sagrada Hostia en un envase de cera y lo colocó en el
tabernáculo. Fue entonces que ocurrió otro milagro. Cuando el sacerdote abrió la puerta
del tabernáculo, el envase de cera se había roto en muchos
pedazos. En su lugar había
un envase de cristal que contenía la sangre de la Hostia mezclada con la cera.
Esta se puede aún contemplar junto al relicario mayor que es del 1782. En la
actualidad la Sagrada Hostia se mantiene en un trono Eucarístico del siglo
XVIII, sobre el altar mayor. La Iglesia de San Esteban es también conocida como
el Santuario del Santo Milagro.
Los milagros continúan
A través de los siglos, la Hostia ha emitido nuevamente sangre y
en ella se han visto aparecer varias imágenes de Nuestro Señor Jesucristo.
Entre los testigos está San Francisco Javier, el apóstol de las Indias, quien
visitó el santuario antes de irse en misión, así como un arzobispo de Lisboa.
Procesión Eucarística con la Hostia sangrante.
Desde que ocurrió el milagro hasta la
actualidad, todos los años, en el Segundo Domingo de abril, El Milagro
Eucarístico sale en procesión desde la casa de los esposos donde ocurrió el
milagro, en la Vía delle Stuoie, hasta la Iglesia del Milagro. La casa ha sido
capilla desde 1684.
El
Milagro Eucarístico de Santarém, es considerado el más importante después del
de Lanciano (Ya
publicado en el blog).
Se han comisionado estudios e investigaciones canónicas,
siendo las más relevantes las de 1340 y 1612, las cuales probaron sin lugar a
dudas la autenticidad y antigüedad del Milagro Eucarístico. El Milagro Eucarístico de Santarém solo dejó
la ciudad una vez, cuando las tropas de Napoleón invadieron a Portugal en 1810.
Por temor a que el Milagro fuese profanado en manos de los franceses se
llevaron y terminó en Lisboa, en la Iglesia de Pacao. Más tarde, al no ser
devuelto el Milagro a Santarém, los ciudadanos de esa ciudad hicieron una
protesta en masa. El Milagro Eucarístico fue devuelto a Santarém sigilosamente,
para evitar la resistencia de los capitalinos, a quienes no se les comunicó lo
del traslado hasta el 2 de diciembre de 1811.
El santuario fue restaurado por D. Antonio
Francisco Marqués, obispo de Santarém y abrió sus puertas solemnemente el 7 de
marzo de 1996. Hoy cuenta con un pequeño museo tras el altar mayor. El Milagro
de Santarém es expuesto cuando los peregrinos lo piden con anticipación.
Entonces lo pueden contemplar muy de cerca. La
Sangre sigue en estado líquido, casi 800 años después de ocurrir el milagro.
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