«
ÉSTE ES MI HIJO AMADO… ESCUCHADLO»
La versión de Marcos de la transfiguración
nos hace resaltar que no se puede llegar al monte de la desfiguración, del
calvario, sin subir a la montaña alta, al monte de la contemplación.
Somos invitados a subir con El. Contigo
Señor y como tú nos recuerda San Ignacio de Loyola.
El Señor se presenta transfigurado, más allá
de su figura y conversando con Moisés, la Ley y con Elías el contemplativo. Es
el momento de exclamar con Pedro, Señor que bien se está contigo, aquí.
Es el monte de la Transfiguración y el Jordán, donde Jesús baja y pasa como un pecador en un bautismo general, donde se escucha la Voz del Padre, la misma voz de complacencia en lo Alto y en lo bajo, Tú eres mi hijo amado en quien me complazco.
+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
Primado de España
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