«NADIE QUE MIRA HACIA ATRÁS VALE
PARA EL REINO DE DIOS»
Seguir a Jesús a las duras y maduras significa poner
los ojos en quien tiene abierto el Corazón y descubre que la recompensa de
quien sigue a Cristo es el mismo Cristo.
Tres son las claves que destaca Lucas para hablar del seguimiento de Jesús y cuáles
son las exigencias.
Primero,
deja que los muertos entierren a sus muertos. Es decir si quieres seguir al
Señor no
te quedes en el pasado, en la nostalgia de quien vive en la tristeza de lo
que pasó, de lo que a veces nos cuesta enterrar a nuestros muertos, aquello que
no nos deja vivir en el hoy.
Segundo,
el no despedirse de los familiares, de los padres, en el fondo es no ser esclavo de afectos que son desordenados y que no nos conducen a vivir
en la entrega total de la libertad de los hijos de Dios. El seguimiento de
Jesús es una radicalidad que no se puede anteponer nada, pero no nos hace
personas sin corazón y sin sentido común. Es necesario seguir a Jesús poniendo
nuestros ojos y corazón en lo que no tiene ni tendrá fecha de caducidad.
Por
último el Señor nos vuelve a insistir en no mirar atrás. En no quedarse en nuestras propias
fuerzas.
El Señor
no elige a los capaces sino que capacita a los que elige. Crea un corazón
nuevo. Nos invita a caminar sin mirar atrás, a tener siempre la alegría de no
vivir con un cadáver en el corazón, de aquellos que siempre les pesa tanto el
pasado y la vida, que no son capaces nunca de ponerse en camino, en el
seguimiento de Cristo Resucitado, y olvidarse lo que nos hace languidecer sin
esperanza.
+ Francisco Cerro Chaves - Obispo de Coria-Cáceres
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