« PAZ A VOSOTROS…
¿ POR QUÉ OS ALARMÁIS
? »
Ese ardor nos recuerda la promesa del
Espíritu Santo, el fuego de Pentecostés que forma en nosotros los sentimientos
del Corazón de Cristo y nos lanza a evangelizar.
El saludo es la paz, fruto del Espíritu
Santo que junto con el amor y la alegría, son la prueba de algodón, de que Dios
está siempre con nosotros y que vive en nosotros con la fuerza de su
misericordia.
Siempre estamos llamados a evangelizar, a
llevar el gozo y la alegría del Señor a todos aquellos que nos encontramos en
el camino de la vida.
+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
Primado de España
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