ABRIL: DESDE EL
CUARTO DE GUARDIA
Alabado sea el
Santísimo Sacramento del Altar
LA ADORACIÓN
NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS
1º Marco para esta noche de abril.
Suplicar
al Señor que la Eucaristía sea para cada uno de nosotros “vida de nuestras
almas”.
Dos
palabras deben resonar esta noche en nuestros corazones: centro y vida. La
Eucaristía debe ser el centro y vida de todos los creyentes cuanto más para
quienes -hombres y mujeres- tenemos a gala ser adoradores nocturnos. “Amor por
amor” no hay otro camino. Juan Pablo II nos lo dice
con claridad:
“Todos
en la Iglesia deben vigilar para que este Sacramento de amor sea el centro de
la vida del Pueblo de Dios, para que, a través de todas las
manifestaciones del culto debido, se procure devolver a Cristo «amor por amor»,
para que Él llegue a ser verdaderamente «vida de nuestras almas»”
2º una oración
jaculatoria al Espíritu Santo, para que nos encienda en amores.
Necesitamos conocer pero más transformar
en vida lo que conocemos. Sólo el Espíritu Santo nos lo puede conceder:
Imple pectora,
llena nuestros corazones. Hagamos oración de súplica con la primera estrofa del
Veni
Creator Spíritus:
Ven,
Espíritu Creador,
visita las mentes de los tuyos;
llena de la gracia divina
los corazones que tú has creado.
visita las mentes de los tuyos;
llena de la gracia divina
los corazones que tú has creado.
3º un texto de un
santo o de la iglesia que nos inicie en la oración meditativa.
Todo lo que sabemos acerca de La
Eucaristía la Iglesia lo guarda celosamente en el depósito de la Fe. Pero es un
misterio tan inabarcable que es consciente de que se queda en el umbral, a las
puertas del Sacramento. Lo considera inefable. Subrayo las ideas más centrales
1º La Eucaristía construye la Iglesia
2º La construye y la regenera
3º Vive de la plenitud de este sacramento
4º Fuente de la fuerza sobrenatural de la Iglesia
5º No debe reducirse a la celebración de la fraternidad
2º La construye y la regenera
3º Vive de la plenitud de este sacramento
4º Fuente de la fuerza sobrenatural de la Iglesia
5º No debe reducirse a la celebración de la fraternidad
Para nosotros adoradores eucarísticos, nuestras
vigilias se organizan en torno a los tres aspectos del Sacramento: “Es al
mismo tiempo Sacramento-Sacrificio, Sacramento-Comunión, Sacramento-Presencia.”
Tenemos
el peligro, por las dificultades de nuestro tiempo, de reducir nuestras veladas
al rezo del oficio divino y de oraciones propias, alabando y adorando a Cristo
como Sacramento Presencia. La Adoración Nocturna debe cultivar los tres
aspectos, de tal manera que si no tenemos misa ni comunión propia, sería
conveniente que cada adorador viva la misa oída antes de la vigilia o la
más próxima, una vez pasada, como parte esencial de la Adoración en su
estructura completa.
San
Juan Pablo II De la encíclica “Redentor Hóminis”
“La Eucaristía
construye la Iglesia, y la construye como
auténtica comunidad del Pueblo de Dios, como asamblea de los fieles, marcada
por el mismo carácter de unidad, del cual participaron los Apóstoles y los
primeros discípulos del Señor. La Eucaristía la construye
y la regenera a base del sacrificio de Cristo mismo, porque conmemora su muerte
en la cruz, [167] con
cuyo precio hemos sido redimidos por Él. Por
esto, en la Eucaristía tocamos en cierta manera el misterio mismo del Cuerpo y
de la Sangre del Señor, como atestiguan las mismas palabras en el momento de la
institución, las cuales, en virtud de ésta, han llegado a ser las palabras de
la celebración perenne de la Eucaristía por parte de los llamados a este
ministerio en la Iglesia.
La
Iglesia vive de la Eucaristía, vive de la plenitud de este Sacramento, cuyo
maravilloso contenido y significado han encontrado a menudo su expresión en el
Magisterio de la Iglesia, desde los tiempos más remotos hasta nuestros días. [168]
Sin
embargo, podemos decir con certeza que esta enseñanza —sostenida por la agudeza
de los teólogos, por los hombres de fe profunda y de oración, por los ascetas y
místicos, en toda su fidelidad al misterio eucarístico— queda casi sobre
el umbral, siendo incapaz de alcanzar y de traducir en palabras lo que es la
Eucaristía en toda su plenitud, lo que expresa y lo que en ella se realiza. En
efecto, ella es el Sacramento inefable. El empeño
esencial y, sobre todo, la gracia visible y fuente
de la fuerza sobrenatural de la Iglesia como Pueblo de Dios, es el perseverar y
el avanzar constantemente en la vida eucarística, en la piedad eucarística, el
desarrollo espiritual en el clima de la Eucaristía. Con
mayor razón, pues, no es lícito ni en el pensamiento ni en la vida ni en la
acción, quitar a este Sacramento, verdaderamente santísimo, su dimensión plena
y su significado esencial. Es al mismo tiempo Sacramento-Sacrificio,
Sacramento-Comunión, Sacramento-Presencia. Y aunque es verdad que
la Eucaristía fue siempre y debe ser ahora la más profunda revelación y
celebración de la fraternidad humana de los discípulos y confesores de
Cristo, no puede ser tratada sólo como una «ocasión»
para manifestar esta fraternidad. Al
celebrar el Sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor, es
necesario respetar la plena dimensión del misterio divino, el
sentido pleno de este signo sacramental en el cual Cristo, realmente presente
es recibido, el alma es llenada de gracias y es dada la prenda de la futura
gloria. De aquí deriva el deber de una rigurosa observancia de las normas
litúrgicas y de todo lo que atestigua el culto comunitario tributado a Dios
mismo.”
Preguntas para el
diálogo y la meditación.
■ ¿Por
qué la eucaristía no puede reducirse a la celebración de la fraternidad y, en
consecuencia, la Iglesia recuerda el deber de “una rigurosa observancia de las normas
litúrgicas y de todo lo que atestigua el culto comunitario tributado a Dios
mismo”?
■ ¿Por
qué no es lícito ni en el pensamiento ni en la vida ni en la acción, quitar a
este Sacramento, verdaderamente santísimo, su dimensión plena y su significado
esencial?
■ ¿Por
qué la Adoración Nocturna debe velar por que se tengan en cuenta los tres
aspectos del Sacramento y animar a los adoradores a suplir personalmente la
carencia de alguno de los tres aspectos? La misa sacrificio, la misa comunión,
la misa liturgia de la palabra son partes irrenunciables de nuestras vigilias
nocturnas. Súplase con la intención espiritual lo que dificulta la realidad.
Pero no se renuncie a lo esencial.
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