«PAZ A VOSOTROS»
El cenáculo es el lugar del encuentro con el Resucitado, con su Divina
Misericordia. El cuadro de la Divina Misericordia expresa este momento de envío, que lleva
consigo la buena noticia del perdón de los pecados. Por la entrañable
misericordia de nuestro Dios, se inaugura la proclamación por parte del
Resucitado de su Misericordia.
Siempre el peligro de nuestra vida por
tantos miedos acumulados es cerrarnos. El peligro de los miedos nos paraliza el
corazón. Vencer definitivamente los miedos, es a veces, una misión que nos sobrepasa.
Contamos con la gracia y la ayuda del Señor. Los miedos hay que atravesarlos,
si queremos caminar hacia el Señor. Sabemos que al final del túnel, siempre
está el Resucitado y que nos alienta su Misericordia en el canino de la vida.
El miedo de los apóstoles paraliza su
capacidad para salir al mundo y proclamar la redención de Cristo. Todavía deben
prepararse para que el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, les ilumine y les
de fuerzas para vencer todas las resistencias a las que nos lleva el pecado.
Es necesario volver al Corazón de su Misericordia, que es la
Eucaristía. Es necesario hacer un nuevo éxodo, para salir de nosotros mismos,
de nuestro pánico, para ir al encuentro de un mundo necesitado de Misericordia.
Nos podemos quedar encerrados en nuestras quejas y nuestras disculpas, con un
corazón que no ama. Pero también podemos volver al encuentro con la vida que
impulsa Pentecostés, y que nos envía a proclamar por los cuatro vientos, que la
Misericordia del Señor se expresa en su perdón, a través del
sacramento de la Penitencia y de la Eucaristía, pan de los pobres y maná en el
camino de la vida.
+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo de Toledo
Primado
de España
No hay comentarios:
Publicar un comentario