TIEMPOS LITURGICOS

TIEMPOS LITURGICOS

miércoles, 18 de noviembre de 2015

CARTA PASTORAL DE D. RAFAEL AL INICIO DEL CURSO - 2015-2016 (I)



BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS



CELEBRAR EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA

    El Santo Padre nos invita al Jubileo de la Misericordia. La Bula Misericordiae vultus que convoca el Jubileo constituye un precioso tratado sobre la misericordia, expuesto sencillamente por el Papa, cuya lectura nos ayudará a entender mejor su significado. Aunque la inauguración oficial del Jubileo de la Misericordia será el próximo 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, creo importante plantear ya su preparación desde nuestro comienzo de curso. Así lo desea al Santo Padre que propone este tiempo, desde la bula de convocatoria, como periodo inicial de estudio, dialogo y acción. Sera la garantía de una celebración que cale profundamente en nuestra vida y el mejor impulso a nuestro plan pastoral. En el primer Ángelus después de su elección, el Santo Padre decía que: “Al escuchar misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia” (Ángelus del 17 de marzo de 2013).
   Este Jubileo de la misericordia tiene unas características que lo distinguen de los demás. En primer lugar es deseo del Papa que sea vivido tanto en Roma como en las Iglesias locales. En segundo lugar se ofrece la posibilidad de abrir la puerta santa, la puerta de la misericordia, en cada Diócesis, especialmente en cada Catedral, en un templo significativo o en un santuario de devoción especial para los fieles, para facilitar su acogida, algo desconocido en otros Jubileos. En tercer lugar, se trata de un Jubileo que toma su fuerza en el contenido central de la fe y busca recordar a la Iglesia su misión prioritaria de ser testimonio de la misericordia. Para ello, el Papa enviará al mundo entero unos misioneros de la misericordia, sacerdotes capaces de comprender los límites de los hombres pero audaces para difundir la ternura del Buen Pastor en la predicación y en la confesión. Por último, el Jubileo pretende que participen en él absolutamente todos los cristianos, de cualquier edad, vocación o carisma, para que cada uno viva el profundo significado de la misericordia.
Se ha establecido un calendario para que todos se sientan llamados a vivir la misericordia del Señor, desde el 8 de diciembre de 2015, celebración de la apertura del jubileo de la Misericordia, hasta su clausura el 20 de noviembre de 2016, Solemnidad de Cristo, Rey del universo. Incorporaremos a nuestra programación sus eventos y convocatorias.
    En Evangelii gaudium nos ofrece el Santo Padre la clave reveladora que nos ayudará a entender el verdadero significado y el sentido de este Año jubilar: “La iglesia vive un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva” (n. 24). La Bula Misericordiae vultus responde a esta mirada, nos sumerge de lleno en este gran misterio del ser de Dios, de su inaudito amor por todos los hombres, de su don de salvación. Dios misericordioso nos hace una llamada para que seamos los primeros beneficiarios y difusores de su caridad.
Desde sus primeros gestos y palabras el Papa Francisco puso su pontificado bajo el signo de la misericordia divina. “Éste es el gran tiempo de la misericordia. No lo olviden: éste es el gran tiempo de la misericordia”, exclamaba en su primer Ángelus dominical (12 de junio de 2013). Tenemos por tanto la oportunidad de comprender y vivir mejor nuestra fe a partir de esta verdad fundamental que Dios nos ha revelado, que define y caracteriza nuestro ser cristiano y que orienta nuestra misión y nuestro obrar: que Dios es misericordia, capaz de compadecerse de nuestras pobrezas y debilidades, siempre dispuesto al perdón y a la gracia que regenera nuestra vida y la llena de fruto. Si llegamos a vivir, profundizar, experimentar y pensar esta misericordia, como pretende el Papa con este Jubileo, obtendremos una verdadera gracia para nuestra diócesis y para cada uno en particular, y será un tiempo de crecimiento para todos los cristianos y un verdadero renacimiento para proseguir en el camino de la nueva evangelización y de la conversión que nos hemos trazado en nuestro Plan Diocesano de Pastoral para estos años.
      La misericordia es “la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia” y debe estar presente en todo, pues lo está Cristo. Para transmitir al mundo el fuego de la misericordia debemos desarrollar diferentes facetas.
      Os invito a poner la atención en algunas más relevantes que os presento ahora para esforzarnos en vivirlas comunitariamente.
+Mons. Rafael Zornoza Boy-Obispo de Cádiz-Ceuta


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