AL INICIO DE LAS VACACIONES DE VERANO
VERANO: APRENDE A DESCANSAR
Ya está aquí el verano y para muchos, afortunadamente, las vacaciones para descansar. Algunos afirman que el verano es para
desconectar. Es cierto que así expresamos la distancia que nos sitúa en un
contexto diferente a los ritmos de trabajo que son frenéticos, extenuantes,
para muchas personas. En el ambiente hiperactivo de nuestra sociedad
acabamos verdaderamente cansados, atrapados por urgencias familiares,
laborales, pastorales, etc. Es evidente que hemos de encontrar el necesario
equilibrio físico, mental y espiritual. Aprovechemos, pues, el tiempo de
vacaciones. Pero
tenemos que aprender a descansar y redescubrir el sentido último del
reposo, no como una simple experiencia de huida, sino como el fruto de un
saber, el arte de vivir.
Creo que un reto no pequeño de nuestro
tiempo es aprender a tomarse el tiempo para vivir de verdad, para estar más
presente en las cosas y en las personas, para amar, para construir […] No
tenemos un manual del descanso, pero sabemos muchas cosas que nos recuperan
interiormente, nos humanizan y hacen reposar el cuerpo y el alma. Sirvan, pues, las vacaciones para
el encuentro,
para renovar lazos con nuestros familiares y amigos, para disfrutar de la
convivencia con las personas a las que amamos, al tener más tiempo libre, para nuevas
experiencias de amistad, de contacto con la naturaleza, de crecimiento. Un
ambiente relajado de vacación es perfecto para impulsar el agradecimiento, que a veces con las prisas podemos
olvidar. Saber dar las gracias a los demás por los detalles, por los planes o
por haberlo pasado bien juntos. Y sobre todo compartir dando gracias a Dios por estar bien y estar
juntos, y echar una mano a los nuestros, sin olvidar vivir la caridad con los necesitados,
solos o enfermos.
De muchas formas Dios sale a nuestro
encuentro en verano. Algunos visitan monasterios, hacen el Camino de Santiago,
buscan algún retiro, o participan –como lo harán muchos jóvenes de nuestra
diócesis unidos a los de todo el mundo— de la Jornada Mundial de la Juventud … De
diversos modos, en definitiva, podemos aprovechar para recuperarnos del
desgaste de cuerpo y alma […]
Os deseo el descanso merecido que reponga
vuestras fuerzas para seguir con fidelidad la ruta de nuestra vida siendo
fieles a la voluntad de Dios y a nuestros compromisos.
+ Rafael, Obispo de Cádiz y Ceuta
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