« LA
PALABRA SE HIZO CARNE Y ACAMPÓ ENTRE NOSOTROS »
Contemplar el misterio de la Navidad con
los ojos de los niños y de los santos es enterarse de la auténtica navidad.
San Juan en su prólogo nos vuelve a
insistir en que lo esencial es que ha puesto su tienda entre nosotros y hemos
contemplado su Gloria.
El drama de que viene a los suyos y los
suyos no se enteraron, no le recibieron… es la historia de siempre. Acoger a Jesús es la perenne
Navidad.
Desde que el Verbo se hizo carne, todo lo
humano es digno de ser vivido. Comparte su naturaleza divina con la nuestra,
para que en este admirable intercambio compartamos con El, su filiación divina,
lo que Él ha querido compartir con nosotros.
Primado de España
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