NOVIEMBRE : AUDIENCIA
PRIVADA CON EL REY
Alabado
sea el Santísimo Sacramento del Altar
LA ADORACIÓN NOCTURNA
MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS
Soberano Señor Sacramentado…
Los adoradores sabemos que
nuestro
turno, nuestra vigilia es siempre una audiencia privada con el Rey. El
Rey de Reyes, cuya fiesta siempre cae en noviembre. Y que tiene una especial
importancia para nosotros. Creemos que Cristo es el Señor del cosmos
y de la historia. Por derecho de naturaleza (Él es Dios) y por derecho de
conquista (Él nos ha salvado). En Él, la historia de la humanidad e incluso
toda la Creación encuentran su recapitulación su cumplimiento
transcendente.
Cristo es Rey, y su reino ha
comenzado ya en la Iglesia…"La Iglesia, o el reino de Cristo
presente ya en misterio, constituye el germen y el comienzo de este Reino en la
tierra". Aunque aún no está acabado. Es
rey de hecho, pero no reina aún de hecho en tantas parcelas
de la vida humana, de las sociedades…
El Reino de Cristo, presente ya en su
Iglesia, sin embargo, no está todavía acabado "con gran poder y
gloria" con el advenimiento del Rey a la tierra. Por eso la Iglesia
pide, y nosotros hoy: ¡Ven Señor Jesús!
Hasta que todo le haya sido sometido y
"mientras no haya nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la
justicia, la Iglesia peregrina lleva en sus sacramentos e instituciones, que
pertenecen a este tiempo, la imagen de este mundo que pasa. La sagrada
Escritura llama "cielos nuevos y tierra nueva" a esta renovación
misteriosa que trasformará la humanidad y el mundo. Ésta será la realización
definitiva del designio de Dios de "hacer que todo tenga a Cristo por
Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra". Hemos
de tener la seguridad de que esta Soberanía de Cristo pasa por su reino
eucarístico, por su amor en el Sacramento:
-“No
se debe pasar en silencio que, para confirmar solemnemente esta soberanía de
Cristo sobre la sociedad humana, sirvieron de maravillosa manera los
frecuentísimos Congresos eucarísticos que suelen celebrarse en nuestros
tiempos, y cuyo fin es
convocar a los fieles de cada una de las diócesis, regiones, naciones y aun del
mundo todo, para venerar y adorar a Cristo Rey, escondido bajo
los velos eucarísticos; y por medio de discursos en las
asambleas y en los templos, de la adoración, en común, del augusto Sacramento
públicamente expuesto y de solemnísimas procesiones, proclamar a Cristo como
Rey que
nos ha sido dado por el cielo.
Bien y con razón podría decirse que el pueblo cristiano, movido como por una
inspiración divina, sacando del silencio y como escondrijo de los templos a
aquel mismo Jesús a quien los impíos, cuando vino al mundo, no quisieron
recibir, y llevándole como a un triunfador por las vías públicas, quiere restablecerlo
en todos sus reales derechos”. - (Quas Primas, Pío XI)
La Escritura nos
proclama con fuerza esta verdad. Cristo es Rey,
pero de un modo sobrenatural, Rey sobre cielos y tierra, de individuos y
sociedades, pero Rey desde la Cruz, desde la Eucaristía. Jesús es Rey de
Amor.
Pilato volvió
a entrar en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: « ¿Eres tú el
rey de los judíos?». Jesús le respondió: « ¿ Dices
esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?». Pilato explicó: « ¿Acaso yo
soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos.
¿Qué es lo que has hecho»? Jesús respondió: «Mi
realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este
mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera
entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí».
¡Qué gran privilegio!
Nosotros somos-estamos a su servicio no con la fuerza, sino con la oración.
Ciertamente éste es un reinado peculiar, pero no menos poderoso. Cristo
es Rey y nosotros somos su ejército, sus soldados… testigos de la Verdad:
Pilato le dijo: «¿Entonces
tú eres rey». Jesús respondió: «Tú
lo dices: yo soy rey. Para esto he nacido y he
venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha
mi voz».
Muchos otros se burlan hoy
de la realeza de Jesús, lo arrinconan cada vez más en plazas, escuelas,
hospitales… Lo ofenden con leyes que van contra su Ley. Le
coronan de espinas, le dicen “No queremos que reines sobre nosotros”. Pilato
mandó entonces azotar a Jesús. Los soldados tejieron una corona de espinas y se
la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto rojo, y acercándose,
le decían: «¡Salud, rey de los judíos!», y lo
abofeteaban.
Y sin embargo la verdad de
su realeza se impone. Ante cobardes y enemigos, ante nuestras defecciones y
traiciones:
Pilato dijo a los judíos: «Aquí
tienen a su rey». Ellos vociferaban: « ¡Que muera! ¡Que
muera! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «¿Voy a crucificar a su rey?». Los
sumos sacerdotes respondieron: «No tenemos otro rey que el César». Entonces
Pilato se lo entregó para que lo crucificaran. Pilato
redactó una inscripción que decía: "Jesús el Nazareno,
rey de los judíos", y la hizo poner sobre la
cruz. Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue
crucificado quedaba cerca de la ciudad y la inscripción estaba en hebreo, latín
y griego. Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas:
"El rey de los judíos", sino: " Éste ha dicho: Yo soy
el rey de los judíos"». Pilato respondió: «Lo
escrito, escrito está».
Los santos nos animan, especialmente nuestro fundador, el fundador de la ANE, don Luis de Trelles, santo varón que tuvo muy metido en el corazón este orar por el pronto advenimiento del Reino de Cristo, especialmente en nuestra patria: - “En el Tabernáculo, nuestro Gran Rey llama a Sí a los humildes que trabajan y están cargados, para confortarlos y convalecemos. Pero por lo que a nosotros toca, importa meditar acerca de nuestra humilde y noble misión, por más que de ella seamos muy indignos. Disfrutamos la dicha de asistirle y de rendirle solos homenaje cuando otros reposan, puesto que "el Señor parece que duerme, pero su corazón vela"… “Qué consuelo para este puñado de indignos servidores del Dios escondido, si consiguiésemos ser escuchados, utilizando la vigilia en implorar por la Iglesia Santa y su visible Cabeza el Papa; por España, por el purgatorio entero, por el mundo pecador, por nuestros parientes, amigos y enemigos, por los moribundos, incrédulos y por aquéllos que Dios quiere que pidamos; por nuestra verdadera conversión que debe ser la primera de nuestras peticiones, porque la Ley de Dios y de perfección es la verdadera meta de este pequeño grupo de adoradores nocturnos del Gran Rey de los siglos, al que nos gloriamos de pertenecer.”
Preguntas para el
diálogo y la meditación.
■ ¿Cristo reina sobre mi vida, mi familia, mi
ciudad?
■ ¿Cuáles han sido los últimos ataques al
Reinado de Cristo en nuestra patria?
■ ¿Confío en que mi oración es poderosa para
cambiar esto?
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