¿Qué rezaba Jesús durante su vida?
Rezar una poesía a Dios a la
vez que se le recita una oración, es lo
que han venido haciendo judíos y cristianos a lo largo de la historia gracias a
los
Salmos. El
mismo Jesús los recitó durante su
vida. Pero, ¿quién compuso estos bellos textos, cuál es su origen y qué
utilidad tienen hoy en día?
Los Salmos, del latín "psalmus",
que significa "cántico acompañado de arpa", son
un conjunto de textos breves de alabanza a Dios y en forma de poesía que son
parte de los llamados Libros Sapienciales del Antiguo
Testamento. Aunque el origen de la literatura salmódica se remonta a culturas
como la sumeria, asiria, o egipcia, los Salmos de la Biblia que hoy conocemos nacen,
probablemente, de una serie de cantos litúrgicos empleados en Jerusalén en
el período del Segundo Templo.
Con el paso de los siglos estas
composiciones se fueron enriqueciendo con oraciones personales, lamentaciones
colectivas, Salmos de acción de gracias, escatológicos, loas a la realeza o,
incluso, salmos didácticos.
Desde hace siglos estos rezos poéticos o
poesías rezadas forman parte de la oración diaria de millones de cristianos:
religiosos, sacerdotes, diáconos y laicos... Y, sobre todo, estuvieron
presentes en la oración personal del propio Cristo. Así lo recoge la Biblia, cuando
Jesús utiliza, precisamente, un Salmo para expresar el sentido de su misión al
venir al mundo: "Aquí estoy, he venido como está
escrito en la ley: para hacer tu voluntad" (Sal 39, 8-9). Y a la hora
nona, estando crucificado, Jesús rezó las primeras palabras del salmo 22:
"Dios mío, ¿por qué me has abandonado?".
-¿Quién los compuso?
El autor más destacado en la composición de este tipo de piezas es el rey David, al que se le suele representar acompañado con un arpa característica del rezo de los Salmos. La tradición que une a David con la música es tan fuerte que incluso el profeta Amós, 300 años después, habla de él como un "inventor de instrumentos musicales" (Amós 6:5). Se cree que el monarca, ascendente del propio San José, compuso 73 de los 150 Salmos que tiene la Biblia.
Entre el resto de autores de
los Salmos se encuentran levitas anónimos
(miembros de la tribu de Leví, encargados de los servicios en el Templo de
Jerusalén) a los que se les atribuye 50 composiciones, pero, también, se cree
que el propio Moisés llegó a componer el Salmo número 90.
-¿Dónde se encuentran en la Biblia?
Los Salmos están recogidos en el Libro de los Salmos, perteneciente a los Libros Sapienciales, y dividido a su vez en cinco colecciones:
Libro Primero, Salmos del 1-41.-Libro
Segundo, Salmos del 42-72.-Libro Tercero, Salmos del 73-89.-Libro Cuarto,
Salmos del 90-106.-Libro Quinto, Salmos del 107-150.
La numeración de los Salmos es diferente
en el texto hebreo que en la Biblia griega, por ello primero se transcribe el
número en hebreo y entre paréntesis se coloca el número griego.
-¿Qué títulos tienen?
La mayoría de los Salmos contienen un
título en el que se ofrecen datos sobre los instrumentos musicales empleados, o
incluso del uso de melodías. Hay también en los títulos algunas indicaciones
sobre el momento en que se debían usar estas composiciones, ya fuera en
peregrinaciones, para la celebración de la dedicación del Templo o para el
sábado, entre otros. Finalmente, algunos
Salmos incluyen en los títulos una explicación del momento en el que se habrían
compuesto: la huida de David ante Saúl, el arrepentimiento tras la muerte de
Urías, la guerra con Absalón…
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