MAYO : MES DE MARÍA
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar
LA ADORACIÓN
NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS
Hace ciento cinco años que la Virgen se
apareció en Fátima y prometió a unos pastorcillos: “Mi Corazón Inmaculado
triunfará"; dos de ellos, los
hermanos Francisco y Jacinta ya canonizados, y su prima, Hermana Lucia del
Corazón Inmaculado de María, Sierva de Dios. A los pastorcillos les
prometió llevarlos pronto al Cielo, pero a Lucia, la mayor, le dijo que se
quedaría para difundir la devoción a su Corazón Inmaculado; ante los temores y
miedos que le manifestó la niña, la Virgen le dijo: “Mi
Inmaculado Corazón será siempre tu refugio”.
Aquellos
pastorcillos adoctrinados por el Ángel, en el amor a Jesús Sacramentado y en el
espíritu de reparación por los pecados que ofenden al Señor, les
enseña la oración de reparación: Santísima
Trinidad… Dios mío yo creo…, que
la rezaban unida a sus sacrificios, conscientes de los designios de la
Providencia. Desde su inocencia y guiados por la acción del Espíritu
Santo por medio de la Virgen, vivieron el amor a Ella y a
Jesús, y por los pecadores, ofreciendo sacrificios, rezando el rosario
diariamente, Francisco pasaba muchas
horas acompañando a Jesús en el sagrario, “que está muy
solo”. Vivo ejemplo para nosotros adoradores, para imitar y pedir la
intercesión a estas “luminarias”, que nos enseñen el camino que nos
ha mostrado el Cielo.
La
última aparición de la Virgen, en el mes de octubre,
además de varias manifestaciones sobrenaturales, comprobadas por más de setenta
mil personas, apareció san José con el Niño bendiciendo al
mundo; no olvidemos la insistencia del Papa Francisco en acudir
en TODO a san José, en estos tiempos que nos toca vivir; a la vez dijeron
aquellas palabras que deben resonar en nuestro corazón de adorador, “No
ofendan más a Dios que ya está muy ofendido”.
Desde
entonces, todos los Papas han tenido muy presentes
las peticiones de la Virgen en Fátima, animándonos, con su
palabra, ejemplo y peregrinación a hacer vida el mensaje de
la Virgen. Mensaje de rezar el Rosario
todos los días, sobre todo en familia, bajo
el patrocinio de San José, amor a la Eucaristía y actos de
reparación y sacrificios por la conversión de los
pecadores, como recuerda la oración enseñada por la Virgen,
para rezar después de cada misterio del Rosario, “Oh Jesús mío perdonad
nuestros pecados…
La promesa del
triunfo del Corazón Inmaculado de María, vinculada
a la celebración de los cinco primeros sábados de mes en
reparación, con las indicaciones que Ella nos ha dado, sigue siendo urgente y
actual: 1º Reparar las blasfemias contra la
Inmaculada Concepción. 2º Reparar
las blasfemias contra la
Virginidad de la Virgen Nuestra
Señora. 3º Reparar
las blasfemias contra la
Maternidad Divina, rechazando al mismo tiempo recibirla como
Madre de los hombres. 4º Reparar por los que procuran influir
en el corazón de los niños: ignorancia, indiferencia, desprecio y
odio hacia esta Inmaculada Madre. 5º Reparar las ofensas con las que la ultrajan
directamente en sus sagradas imágenes. La Virgen muestra la
preocupación por sus hijos, y por la salvación eterna de los mismos, en la Patria
del Cielo; así se lo recordamos en el rezo de la Salve, “vuelve tus ojos
misericordiosos” , “Muéstranos a Jesús”.
Juan Pablo II, unido estrechamente al
mensaje de Fátima, en sus viajes a España, nos
recordaba “España tierra de María”. Ella
sigue mostrándonos la misericordia de su Hijo, en cientos de santuarios
marianos extendidos por toda nuestra Patria, con tan queridas advocaciones,
títulos entrañables y familiares para nosotros sus hijos, para mantener y
aumentar la fe del Pueblo de Dios. Nos recuerda Juan Pablo II : “que,
en este amor misericordioso de su Hijo, manifestado ante todo
en contacto con el mal moral y físico, participaba de manera
singular y excepcional el corazón de la que fue Madre del Crucificado y del
Resucitado. En Ella y por ella, tal amor no cesa de
revelarse en la historia de la Iglesia y de la humanidad (Dives in misericordia).
De
la mano de la Virgen, y en su Corazón Inmaculado, acudimos a nuestra vigilia
mensual para, con Ella y como los pastorcillos, consolar, reparar, orar por la
conversión de los pecadores y por el Papa al
que tenía especial predilección Jacinta; darle todo nuestro amor al
Corazón eucarístico de su Hijo, para que, a través de su Madre, nos haga
apóstoles de su misericordia para tantas personas tan necesitadas que la
están buscando sin saberlo; para que no ofendan más a nuestro Señor…, y,
desde nuestra pequeñez, ser “luminarias”, para
que se acelere el triunfo del Inmaculado Corazón de María, como lo ha
prometido.
El Papa Francisco nos dice en Evangelii
gaudium: “Nosotros hoy fijamos en Ella la mirada, para que nos ayude a anunciar
a todos el mensaje de la salvación, y para que los nuevos discípulos se
conviertan en agentes evangelizadores; vivamos mirando a María y
volveremos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella
vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles
sino de los fuertes”.
Los santos
pastorcillos, aprendieron en la escuela de la Virgen esas
virtudes que han de ser propias de los adoradores, que el mismo Señor nos
enseñará, como lo hizo su Madre, con los santos Francisco y
Jacinta Marto, en las horas de silencio nocturno, sintiendo el latido de su
Corazón.
Preguntas para el diálogo y la meditación.
■
¿Soy apóstol del Inmaculado Corazón en unión a la Eucaristía, celebrando los
cinco primeros sábados, me he consagrado a su Corazón?
■ ¿Vivo
el espíritu de reparación siendo apóstol de la misericordia?
■ ¿Sigo
la petición de la Virgen de rezar el rosario todos los días, y lo difundo en
familia?
■ ¿Tiene
un lugar preferencial San José en mi familia?
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