«SED PERFECTOS, COMO VUESTRO PADRE CELESTIAL ES
PERFECTO»
El evangelio de Jesús tiene
radicalidad porque Jesús va a por todas. Se puede amar a nuestros
enemigos, si el Señor nos da la gracia de los sentimientos de su Corazón.
Siempre me acuerdo de aquella frase lapidaria de Lacordiere. Si quieres ser
feliz un instante, véngate; pero si quieres ser feliz siempre, perdona. Esa es
la gran propuesta humana del evangelio, que es como Jesús humano y divino.
Jesús desde su fidelidad
sin fisuras al decálogo va mucho más allá en Aquel que nos ha amado hasta el extremo. En el
fondo lo que nos enseña Jesús con su vida a vivir, no tiene comparación con
nada. Es tan radical como original. Y a la vez es sencillo, porque vivido con
Él, es volver a encontrar siempre el encanto de la vida con Dios para no vivir
en el desencanto de la vida.
Jesús nos da aquí una de las respuestas
más claras a los retos que tenemos hoy de cristianos cansados y sin alicientes.
Ser cristiano es para muchos una carga insoportable. No han descubierto el
Corazón de lo que les parece una Ley sin vida ni entrañas. Cuando se vive desde
el Amor de Dios, todo tiene el sabor de la vida verdadera, que no se vive solo
de leyes, sino del amor personal de Jesús.
En el fondo lo que Jesús nos ofrece no es más cantidad de leyes o
preceptos, sino la calidad, el Corazón que entrega la vida por amor. Es siempre crecer por dentro, para servir por fuera.
Es saber que el cristianismo es la religión de la caridad, del Corazón del Amor
que no se queda en un formalismo, sino en un amor que se toma en serio la relación
con Dios Padre y con la caridad con todos los hermanos más necesitados.
+ Francisco Cerro Chaves - Arzobispo electo de Toledo
Administrador Apostólico de
Coria-Cáceres.
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